La “violencia sanchista” es peor que la “violencia machista”

Buenas a todos,

Es mejor no ser socialista, primero de todo por salud mental, la cuestión de la economía claro que importa, pero es secundario, ya que eso sucederá después, la persona que cree en eso, no puede ser feliz ni estar en paz, por todas las contradicciones en las que está envuelto. Independientemente de si su gobierno ya es socialista o todavía no lo es. El socialista nunca estará satisfecho porque el objeto de su deseo es una quimera, y cada vez estará más lejos cuanto más intente perseguirla.

Pero la responsabilidad de que haya tantas personas víctimas pasivas de esa ideología es la desprotección que hay principalmente en la educación. Este es un tema que desde la caída del muro de Berlín no se ha resuelto todavía. Y todavía no se enseña a todo el mundo los peligroso que es el socialismo y sus innumerables contradicciones.

Cuando llega el socialismo al gobierno, sigue actuando como si fuera la oposición, porque no están satisfechos nunca, así que necesitan inventarse un enemigo con el cual ensañarse para descargar su frustración. Pueden llegar a ser socialistas ricos, sea dentro del gobierno, o sirviéndole, con dinero público, o porque sean ricos que creen en el socialismo, los cuales también abundan, cualquiera puede llegar a creer en el socialismo.

También hay socialismos que actúan de oposición al socialismo del gobierno, tachandolo de no ser verdadero socialismo. Es un caso que merece ser estudiado con más detalle. Porque precisamente, dado que el socialismo que apoyan, no es "verdadero", tendrían que hacerse la pregunta, de como podrían garantizar que el que ellos proponen como alternativa lo sea. Y así quizás llegar a descubrir, dentro de ese razonamiento, que el socialismo en sí no funciona.

La infelicidad del socialismo se deriva de que anteponen un resultado a unos principios. Y los principios que aplastan son los que pueden sustentar lo máximo a lo que pueden aspirar de esos resultados que desean. En otras palabras, destruyen activamente aquello que desean, lo que necesariamente les tiene que producir graves complejos, una gran infelicidad y un sentimiento de culpa permanente.

Como aquel que es adicto al juego, intentará doblar la apuesta para recuperar lo perdido, intentarán arreglar esa culpa, empeorándola más, siguiendo con la misma retórica. Es complicado que todos vayan a ser capaces de salir de ese círculo vicioso. De las adicciones unos encuentran la salida, con suerte o gracias a Dios, y otros no. Y todos, indudablemente, quedan tocados por la experiencia para siempre.

Una persona que ha logrado salir de esa manera de pensar política engañosa, le duele mucho más verse rodeados o en un mundo donde se promove ese tipo de discurso, que ahora en vez de resultarle un caramelo, el caramelo de la demagogia, le trae el recuerdo de las contradicciones, de la infelicidad, de la culpa, las muertes, la violencia, etc. un sabor venenoso y desesperanzador, lo contrario de lo que muchos creen ver, y además, sabe que haga lo que haga va a ser practicamente incapaz de corregir a nadie de caer presas de esa nueva oleada de socialismo.

En ese momento, cuando las masas histéricas están devorando esos caramelos del nuevo discurso social-populista, ya es demasiado tarde para solucionar el problema, el problema debió haberse resuelto en la educación general, y en la conciención masiva, frente al horror del socialismo. Nadie que advierta en ese punto de la histeria colectiva, será escuchado, será tratado como alguien reaccionario, una especie de aguafiestas que está en contra del progreso, de la democracia, incluso de la libertad, o de solucionar los problemas. Será tratado, incluso, como un ser perverso, como un monstruo, como un enemigo público. Y este en última instancia, desarrolla el complejo de culpa frente a una sociedad enloquecida, que lo ve todo del revés, de no poder estar orgulloso en público de defender la libertad, y muchos otros valores, o acomplejado, de ser un patriota y velar por el bienestar de su país y del mundo. Porque sabe que no lo entenderán.

En la educación parece haberse sesgado por algún motivo, el estudio de diversos puntos de vista para explicar la historia. De tal modo que incluso a día de hoy, incluso las personas que no son socialistas, usan términos como capitalismo y socialismo, para explicar las diferencias entre países donde actúan estos regímenes, y de esa manera están apoyando un punto de vista anti-científico, en el que se compara un punto de vista sobre el orden establecido basado en la economía de libre mercado, con una teoría política que a su vez se basa en ese mismo punto de vista para justificarse. De tal manera, incluso muchos detractores de socialismo, terminan reforzando el argumentario falaz del socialismo.

Cuando he hablado repetidas veces sobre crear un nuevo tipo de comunicación, inteligente, enfocado en las masas, en los grupos grandes. Y que eso permitiría futuriblemente la democracia, una real que se sienta como tal. He hablado de una manera en la cual veo que este tipo de conflictos en la sociedad, pero también muchos otros, no serían posibles. El socialismo es posible porque funciona una lógica de manadas, y esa misma lógica de manadas pretende crear una utopía, pero la utopía no es posible manteniendo la lógica de manadas. Es algo que debe abandonarse por la comunicación útil, por la libertad, por la democracia, por la dialéctica colectiva.

No tiene nada que ver, tener a una masa en la cual existe una muchedumbre movilizada en torno a las mismas ideas, presuntamente de progreso, pero que entre ellos, apenas se han visto ni hablado demasiado. Ni tampoco las han cuestionado demasiado.

A tener una sociedad entera, en la cual, cada uno es capaz de escuchar al conjunto y luego, es capaz libremente expresa ideas y sabe aproximadamente lo que otros dicen o piensan, por la manera en como ese sistema ordenaría y condensaría visualmente y gráficamente la información.

Cuando se puedan comparar las dos cosas, se puede ver, que en el primer caso, aunque se pueda llamar democracia al sistema donde eso ocurre, es muy difícil que tal cosa lo sea realmente. En realidad tendríamos a una manada empujando al resto.

Y en el segundo, prácticamente es un paso a que el sistema de comunicación conlleve un cambio político y cultural, a favor de la democracia. La manada en este caso sería como una forma social arcaica que estaría desinflada permanentemente, porque actuar en manada no es necesario cuando el ciudadano puede comunicar e interactuar de manera inteligente con su grupo.

La manada simplemente se "desinfla", porque teniendo la necesidad de comunicación útil con el grupo satisfecha, no resulta necesario que el individuo se comporte de esa manera tosca, en la que, a ciencia cierta sabe que suele haber más problemas que soluciones.

Un saludo.