La subida de impuestos que prepara el gobierno de Zapatero, la mayor desde que se instauró la partitocracia en España, además de un error que tendrá efectos negativos sobre el consumo, el empleo y la economía en general, es una estafa del presidente, que prometió todo lo contrario en su programa electoral y en otros discursos ante el pueblo.
El incumplimiento de las promesas electorales es una constante en España desde que el socialista Enrique Tierno Galván, siendo alcalde de Madrid, dijo que "las promesas electorales están para no cumplirlas", una barbaridad antidemocrática e inmoral ante la que los españoles de entonces cometieron el error de sonreir en lugar de rebelarse y expulsar del poder a aquel energúmeno.
Desde entonces, las mentiras del poder han inundado la política española hasta convertirla en un lodazal.
El más sonado de los numerosos incumplimientos de González fue el de la OTAN porque, tras prometer a los españoles que "OTAN, de entrada, no", pasó a defender el "Sía a la OTAN" en un referendum cargado de sinvergonzonería antidemocrática.
Aznar no sólo incumplio su promesa electoral de regenerar la democracia, sino que la infectó aun más al promover el "Pacto por la Justicia", un bodrio antidemocrático suscrito con el PSOE gracias al cual ambos partidos se reparten el control de los grandes tribunales españoles.
Zapatero, siguiendo la tradición de González y de Aznar, ha incumplido muchas de sus promesas electorales y ha instaurado la mentira como método de gobierno al negar las negociaciones con ETA, que mantenía en las cloacas del poder, al negar la crisis y engañar a los ciudadanos por motivos electorales y ahora al subir unos impuestos que muchas veces prometió bajar.
Los expertos son unánimes al vaticinar que una subida de impuestos en la actual situación de España tendrá efectos letales sobre el ya destruido tejido productivo e incrementará el desempleo, la pobreza y la recesión.
El incumplimiento de las promesas electorales es una constante en España desde que el socialista Enrique Tierno Galván, siendo alcalde de Madrid, dijo que "las promesas electorales están para no cumplirlas", una barbaridad antidemocrática e inmoral ante la que los españoles de entonces cometieron el error de sonreir en lugar de rebelarse y expulsar del poder a aquel energúmeno.
Desde entonces, las mentiras del poder han inundado la política española hasta convertirla en un lodazal.
El más sonado de los numerosos incumplimientos de González fue el de la OTAN porque, tras prometer a los españoles que "OTAN, de entrada, no", pasó a defender el "Sía a la OTAN" en un referendum cargado de sinvergonzonería antidemocrática.
Aznar no sólo incumplio su promesa electoral de regenerar la democracia, sino que la infectó aun más al promover el "Pacto por la Justicia", un bodrio antidemocrático suscrito con el PSOE gracias al cual ambos partidos se reparten el control de los grandes tribunales españoles.
Zapatero, siguiendo la tradición de González y de Aznar, ha incumplido muchas de sus promesas electorales y ha instaurado la mentira como método de gobierno al negar las negociaciones con ETA, que mantenía en las cloacas del poder, al negar la crisis y engañar a los ciudadanos por motivos electorales y ahora al subir unos impuestos que muchas veces prometió bajar.
Los expertos son unánimes al vaticinar que una subida de impuestos en la actual situación de España tendrá efectos letales sobre el ya destruido tejido productivo e incrementará el desempleo, la pobreza y la recesión.
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