La antipatía de Trump hacia Pedro Sánchez fue evidente desde el primer momento.
Si llegan las sanciones norteamericanas y la España de Sánchez es señalada como enemiga de la libertad y la democracia, Sánchez no se salvará y tendrá que dimitir, pero los daños nos alcanzarán a todos, sobre todo a los empresarios, que se precipitarán en la ruina por las sanciones y la caída del turismo, nuestra principal riqueza.
Millones de españoles, con cierta insensatez, contemplan con agrado y esperanza la posibilidad de que sea Donald Trump el que nos salve de Pedro Sánchez y de su corte de miserables, pero España entera tendría que pagar un precio muy alto por esa "salvación", que dejaría claro ante el mundo que los españoles hemos sido tan irresponsables y poco fiables como aliados que hemos elegido en las urnas un gobierno hostil a todo lo que defiende y proclama la civilización occidental: libertades individuales, derechos ciudadanos y rechazo a las tiranías que esclavizan a los humanos, como la que está vigente en Venezuela, apoyada obscenamente por el sanchismo.
La verdad es que si comienzan las sanciones y castigos internacionales a España se abriría una espita que puede causarnos, además de la ruina económica, todo un océano de sufrimientos, incluyendo la expulsión de la OTAN, de la Unión Europea y de otros organismos internacionales que agrupan a los países libres del mundo.
Pero, a pesar de esos riesgos, los últimos movimientos de Trump contra el sanchismo están llenando de ilusión a muchos españoles, que se sienten indignados y llenos de rabia frente al comportamiento vergonzoso del gobierno, que navega entre la mentira, el engaño, la traición y el acoso a la Constitución, a la verdad y a la decencia.
Aquella frase "España ha vuelto", pronunciada por la flamante ministra española de Asuntos Exteriores nada más tomar posesión, nos sigue resultando incomprensible. Días después, la política exterior española hace aguas por su indefinición con respecto a la tiranía de Venezuela, con la que parece existir vínculos desconocidos por los ciudadanos y por nuestros aliados. El gobierno de Sánchez no recibe a Guaidó, el líder reconocido por la comunidad democrática internacional y sí recibe a escondidas y con mentiras absurdas a la vicepresidenta venezolana, que tiene prohibido pisar espacio Schengen, mientras que el siniestro ex presidente Zapatero se reúne con Maduro y la vicepresidenta en Caracas.
Todo esto ocurre cuando Estados Unidos todavía no ha olvidado el incidente de los encapuchados enviados por el gobierno de Sánchez a Bolivia para sacar a escondidas a altos cargos del gobierno de Evo Morales refugiados en la embajada de México, una operación arriesgada y pirata que viola las normas y reglas de la diplomacia y las relaciones internacionales.
Como consecuencia de esos comportamientos incomprensibles e inadecuados, las relaciones con EE.UU. se han deteriorado y España se enfrenta a nuevas sanciones por su política oscura y su apoyo a los peores asesinos y tiranos del presente. Para colmo de estupidez, representantes españoles de política exterior y defensa se reúnen con el embajador Duchan en Madrid con la intención de solucionar el caos y a estos "lumbreras" incompetentes no se les ocurre otra cosa que amenazar a Estados Unidos con las bases militares conjuntas presentes en nuestro territorio y con nuestra cooperación en defensa. Por si fuera poco, Francia suspende la reunión bilateral entre gobiernos por la falta de estabilidad del gobierno español. España es descartada del eje Franco Alemán, también por desconfianza, e incorporan a la más fiable Polonia, mientras que Marruecos, nuestro peor enemigo, se acerca a norteamericanos y europeos para arrinconar a España.
El el plano interno, la situación es todavía peor. El gobierno estrecha sus vínculos con la parte más sucia e indecente del país, con los desleales y enemigos de España, con los que se siente a gusto, mientras se distancia de los demócratas y de los constitucionalistas, provocando confusión y angustia en una ciudadanía que nunca sospechó que los socialistas harían estas locuras y suciedades cuando les votaron. Al mismo tiempo, niega la devolución del IVA que debe a las comunidades autónomas y castiga injustamente a las autonomías donde el socialismo ha sido expulsado del poder, como Andalucía y Murcia.
Es cierto que "España ha vuelto", pero ¿Qué España lo ha hecho y para qué? El retorno de España es un regreso a lo peor de nuestra Historia, a la confrontación y al conflicto permanente. Sánchez, cada día se parece más a un loco con un revolver o a un mono conduciendo un trailer.
Los más pesimistas afirman que la administración Trump está estudiando situar a España en su lista de países con gobiernos antidemocráticos y en manos de comunistas, en la que están Cuba y Venezuela. Si eso ocurriera, nos aplicarían medidas comerciales disciplinarias, subidas de aranceles y hasta podrían prohibir la entrada de productos españoles en USA.
Si la escalada siguiera, llegaríamos a niveles terribles, desde ruptura de relaciones diplomáticas, denuncia ante los organismos internacionales y la Unión Europea, a ayuda a la resistencia interna y a nuestros enemigos, internos y externos, para que nos desestabilicen y agredan, además de bloqueo de cuentas y encargo a sus asesores legales, CIA, DEA y FBI de analizar la toma de acciones legales contra el actual gobierno español.
El oscuro y ocultado encuentro del ministro Ábalos con la segunda de Maduro y la conversación telefónica que sostuvo Sánchez con Delcy Rodríguez, han ofendido profusamente a Trump, que considera esos comportamientos como traición de un país aliado con el que Estados Unidos mantiene multitud de vínculos de amistad, cooperación y tratados preferenciales.
¿Que más necesitan los socialistas para admitir que se han equivocado colocando a un peligroso insensato al frente de España? ¿Que más necesitamos los españoles para intensificar nuestro rechazo y oposición activa a un gobierno que nos está conduciendo al abismo?
Francisco Rubiales
Millones de españoles, con cierta insensatez, contemplan con agrado y esperanza la posibilidad de que sea Donald Trump el que nos salve de Pedro Sánchez y de su corte de miserables, pero España entera tendría que pagar un precio muy alto por esa "salvación", que dejaría claro ante el mundo que los españoles hemos sido tan irresponsables y poco fiables como aliados que hemos elegido en las urnas un gobierno hostil a todo lo que defiende y proclama la civilización occidental: libertades individuales, derechos ciudadanos y rechazo a las tiranías que esclavizan a los humanos, como la que está vigente en Venezuela, apoyada obscenamente por el sanchismo.
La verdad es que si comienzan las sanciones y castigos internacionales a España se abriría una espita que puede causarnos, además de la ruina económica, todo un océano de sufrimientos, incluyendo la expulsión de la OTAN, de la Unión Europea y de otros organismos internacionales que agrupan a los países libres del mundo.
Pero, a pesar de esos riesgos, los últimos movimientos de Trump contra el sanchismo están llenando de ilusión a muchos españoles, que se sienten indignados y llenos de rabia frente al comportamiento vergonzoso del gobierno, que navega entre la mentira, el engaño, la traición y el acoso a la Constitución, a la verdad y a la decencia.
Aquella frase "España ha vuelto", pronunciada por la flamante ministra española de Asuntos Exteriores nada más tomar posesión, nos sigue resultando incomprensible. Días después, la política exterior española hace aguas por su indefinición con respecto a la tiranía de Venezuela, con la que parece existir vínculos desconocidos por los ciudadanos y por nuestros aliados. El gobierno de Sánchez no recibe a Guaidó, el líder reconocido por la comunidad democrática internacional y sí recibe a escondidas y con mentiras absurdas a la vicepresidenta venezolana, que tiene prohibido pisar espacio Schengen, mientras que el siniestro ex presidente Zapatero se reúne con Maduro y la vicepresidenta en Caracas.
Todo esto ocurre cuando Estados Unidos todavía no ha olvidado el incidente de los encapuchados enviados por el gobierno de Sánchez a Bolivia para sacar a escondidas a altos cargos del gobierno de Evo Morales refugiados en la embajada de México, una operación arriesgada y pirata que viola las normas y reglas de la diplomacia y las relaciones internacionales.
Como consecuencia de esos comportamientos incomprensibles e inadecuados, las relaciones con EE.UU. se han deteriorado y España se enfrenta a nuevas sanciones por su política oscura y su apoyo a los peores asesinos y tiranos del presente. Para colmo de estupidez, representantes españoles de política exterior y defensa se reúnen con el embajador Duchan en Madrid con la intención de solucionar el caos y a estos "lumbreras" incompetentes no se les ocurre otra cosa que amenazar a Estados Unidos con las bases militares conjuntas presentes en nuestro territorio y con nuestra cooperación en defensa. Por si fuera poco, Francia suspende la reunión bilateral entre gobiernos por la falta de estabilidad del gobierno español. España es descartada del eje Franco Alemán, también por desconfianza, e incorporan a la más fiable Polonia, mientras que Marruecos, nuestro peor enemigo, se acerca a norteamericanos y europeos para arrinconar a España.
El el plano interno, la situación es todavía peor. El gobierno estrecha sus vínculos con la parte más sucia e indecente del país, con los desleales y enemigos de España, con los que se siente a gusto, mientras se distancia de los demócratas y de los constitucionalistas, provocando confusión y angustia en una ciudadanía que nunca sospechó que los socialistas harían estas locuras y suciedades cuando les votaron. Al mismo tiempo, niega la devolución del IVA que debe a las comunidades autónomas y castiga injustamente a las autonomías donde el socialismo ha sido expulsado del poder, como Andalucía y Murcia.
Es cierto que "España ha vuelto", pero ¿Qué España lo ha hecho y para qué? El retorno de España es un regreso a lo peor de nuestra Historia, a la confrontación y al conflicto permanente. Sánchez, cada día se parece más a un loco con un revolver o a un mono conduciendo un trailer.
Los más pesimistas afirman que la administración Trump está estudiando situar a España en su lista de países con gobiernos antidemocráticos y en manos de comunistas, en la que están Cuba y Venezuela. Si eso ocurriera, nos aplicarían medidas comerciales disciplinarias, subidas de aranceles y hasta podrían prohibir la entrada de productos españoles en USA.
Si la escalada siguiera, llegaríamos a niveles terribles, desde ruptura de relaciones diplomáticas, denuncia ante los organismos internacionales y la Unión Europea, a ayuda a la resistencia interna y a nuestros enemigos, internos y externos, para que nos desestabilicen y agredan, además de bloqueo de cuentas y encargo a sus asesores legales, CIA, DEA y FBI de analizar la toma de acciones legales contra el actual gobierno español.
El oscuro y ocultado encuentro del ministro Ábalos con la segunda de Maduro y la conversación telefónica que sostuvo Sánchez con Delcy Rodríguez, han ofendido profusamente a Trump, que considera esos comportamientos como traición de un país aliado con el que Estados Unidos mantiene multitud de vínculos de amistad, cooperación y tratados preferenciales.
¿Que más necesitan los socialistas para admitir que se han equivocado colocando a un peligroso insensato al frente de España? ¿Que más necesitamos los españoles para intensificar nuestro rechazo y oposición activa a un gobierno que nos está conduciendo al abismo?
Francisco Rubiales
Comentarios: