La reciente ruptura del Tratado de Amistad y Cooperación con Argelia, por decisión unilateral argelina, es el último drama de la desastrosa política exterior de Pedro Sánchez y su gobierno, que ha convertido a España en una especie de "paria" internacional solitario y aislado.
La decisión, que se aplica de manera “inmediata”, llega tras ratificar Sánchez en el Congreso la nueva postura en el contencioso. El ministro Albares, fiel seguidor de los engaños y cegueras del sanchismo, asegura no temer represalias en el suministro del vital gas argelino, a pesar de que todo el mundo sabe que ya se está reduciendo el suministro y que poco a poco ese comercio se extinguirá.
Argelia, convertida en "enemigo" nos va a inundar con pateras, como ya está sucediendo en Baleares. Es su represalia por el cambio de rumbo personal que ha impuesto Sánchez a la política española sobre el Sahara y la traición al pueblo saharaui.
En las fronteras hay ya muchas mercancías españolas y argelinas bloqueadas por Argelia desde hace dos meses y a algunos socios argelinos de empresarios españoles les han dicho que se vayan buscando otros proveedores porque de España no va a entrar nada.
La situación, como es habitual, es mucho peor de lo que el gobierno de Sánchez dice. La mentira y el disimulo, de nuevo, presiden la acción de gobierno en España.
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, cuyo fracaso diplomático es ya notable y de gran trascendencia, ha “lamentado” la decisión argelina, ha reiterado la adhesión del Gobierno español a los principios que inspiran el tratado del que ha renegado Argelia y ha expresado su voluntad de mantener buenas relaciones con Argelia, “igual que con todos nuestros vecinos, basadas en el respeto mutuo y la cooperación mutuamente beneficiosa”. Albares ha asegurado no temer represalias en el suministro de gas. Mentiras y mas mentiras.
Sánchez ha tenido el "mérito" de romper con Argelia, traicionar a los saharauis y no solucionar el conflicto con Marruecos de una tacada. Triple daño para España, triple ridículo, triple perjuicio y triple riesgo. Un verdadero desastre que en cualquier país decente del mundo habría ya provocado la dimisión del fracasado gobierno, pero que en España, una falsa democracia dominada por las leyes de la tiranía, no ocurre nada, ni provoca la justa indignación de un pueblo español que está siendo conducido hacia el fracaso y la ruina.
Francisco Rubiales
La decisión, que se aplica de manera “inmediata”, llega tras ratificar Sánchez en el Congreso la nueva postura en el contencioso. El ministro Albares, fiel seguidor de los engaños y cegueras del sanchismo, asegura no temer represalias en el suministro del vital gas argelino, a pesar de que todo el mundo sabe que ya se está reduciendo el suministro y que poco a poco ese comercio se extinguirá.
Argelia, convertida en "enemigo" nos va a inundar con pateras, como ya está sucediendo en Baleares. Es su represalia por el cambio de rumbo personal que ha impuesto Sánchez a la política española sobre el Sahara y la traición al pueblo saharaui.
En las fronteras hay ya muchas mercancías españolas y argelinas bloqueadas por Argelia desde hace dos meses y a algunos socios argelinos de empresarios españoles les han dicho que se vayan buscando otros proveedores porque de España no va a entrar nada.
La situación, como es habitual, es mucho peor de lo que el gobierno de Sánchez dice. La mentira y el disimulo, de nuevo, presiden la acción de gobierno en España.
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, cuyo fracaso diplomático es ya notable y de gran trascendencia, ha “lamentado” la decisión argelina, ha reiterado la adhesión del Gobierno español a los principios que inspiran el tratado del que ha renegado Argelia y ha expresado su voluntad de mantener buenas relaciones con Argelia, “igual que con todos nuestros vecinos, basadas en el respeto mutuo y la cooperación mutuamente beneficiosa”. Albares ha asegurado no temer represalias en el suministro de gas. Mentiras y mas mentiras.
Sánchez ha tenido el "mérito" de romper con Argelia, traicionar a los saharauis y no solucionar el conflicto con Marruecos de una tacada. Triple daño para España, triple ridículo, triple perjuicio y triple riesgo. Un verdadero desastre que en cualquier país decente del mundo habría ya provocado la dimisión del fracasado gobierno, pero que en España, una falsa democracia dominada por las leyes de la tiranía, no ocurre nada, ni provoca la justa indignación de un pueblo español que está siendo conducido hacia el fracaso y la ruina.
Francisco Rubiales
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