Auxilio Social
Poco a poco, pero con firmeza, la sociedad española, de la mano de Zapatero, esta retornando a las miserias de la postguerra. Por ahora solo se producen los primeros síntomas del retorno a aquellos tiempos en los que España se retorcía en la pobreza, pero ya son tan evidentes e hirientes que constituyen una bofetada en el rostro del fracasado socialismo gobernante.
Las colas en los comedores de caridad, la proliferación de desarraigados que viven en las calles y parques bajo cartones de embalaje y plásticos, familias que alquilan de nuevo una o dos habitaciones, con derecho a cocina, aseo y lavadero y la emigración a Francia y Alemania en busca de trabajo, imágenes típicas de los comienzos del Franquismo, retornan a la España de Zapatero como consecuencias de una crisis mal gestionada y como denuncia del insensato gobierno de este inepto jerarca sonriente.
Mientras España retorna a su pasado miserable y la frontera sur de Europa amenaza con situarse de nuevo en los Pirineos, Zapatero declara insensateces a la prensa internacioinal, como sus palabras reciantes a Newswek, a la que declaró que basta salir a la calle para darse cuenta que España va bien. ¿Qué es lo que contempla este jerarca socialista desde su coche oficial, rodeado de guardaespaldas y bien nutrido de sueldos millonarios y presupuestos para todo tipo de gastos?
Es evidente que Zapatero no ve los rasgos que despuntan en la España del presente, campeona europea del paro y de la creación de pobreza, como el regreso de muchos hijos desempleados al hogar paterno, el protagonismo creciente de Cáritas Diocesana, la reactivación de las arcaicas conferencias de San Vicente de Paul en muchas ciudades y pueblos, el auge de los realquileres, el envejecimiento del parque automovilístico, las mujeres españolas que regresas a las calles para ejercer la prostitución, compitiendo con las extranjeras, y algunas esposas de parados endémicos que se ofrecen ya como "queridas" de ricos para llevar a casa algo de sustento, toda una denuncia palpable del gobierno de un Zapatero que, si creyera en la verdadera democracia, ya habría dimitido para dejar el timón de esta desgraciada España a cualquier otro dirigente más capaz.
Las colas en los comedores de caridad, la proliferación de desarraigados que viven en las calles y parques bajo cartones de embalaje y plásticos, familias que alquilan de nuevo una o dos habitaciones, con derecho a cocina, aseo y lavadero y la emigración a Francia y Alemania en busca de trabajo, imágenes típicas de los comienzos del Franquismo, retornan a la España de Zapatero como consecuencias de una crisis mal gestionada y como denuncia del insensato gobierno de este inepto jerarca sonriente.
Mientras España retorna a su pasado miserable y la frontera sur de Europa amenaza con situarse de nuevo en los Pirineos, Zapatero declara insensateces a la prensa internacioinal, como sus palabras reciantes a Newswek, a la que declaró que basta salir a la calle para darse cuenta que España va bien. ¿Qué es lo que contempla este jerarca socialista desde su coche oficial, rodeado de guardaespaldas y bien nutrido de sueldos millonarios y presupuestos para todo tipo de gastos?
Es evidente que Zapatero no ve los rasgos que despuntan en la España del presente, campeona europea del paro y de la creación de pobreza, como el regreso de muchos hijos desempleados al hogar paterno, el protagonismo creciente de Cáritas Diocesana, la reactivación de las arcaicas conferencias de San Vicente de Paul en muchas ciudades y pueblos, el auge de los realquileres, el envejecimiento del parque automovilístico, las mujeres españolas que regresas a las calles para ejercer la prostitución, compitiendo con las extranjeras, y algunas esposas de parados endémicos que se ofrecen ya como "queridas" de ricos para llevar a casa algo de sustento, toda una denuncia palpable del gobierno de un Zapatero que, si creyera en la verdadera democracia, ya habría dimitido para dejar el timón de esta desgraciada España a cualquier otro dirigente más capaz.
Comentarios: