Cualquier ciudadano español tiene hoy motivos para vomitar y sentir asco. Si ese español es socialista, además debería sentir vergüenza y rechazar a Sánchez y a su banda, por asesinar el socialismo y la decencia política.
Cualquier socialista que siga apoyando a Sánchez a partir de hoy, engrosará las filas de los miserables y lucirá en la frente el sello de sucio, antiespañol y antidemócrata.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha cerrado un acuerdo con Junts y ERC para otorgar impunidad a todos los que participaron en la rebelión independentista catalana, el golpe de Estado y los actos de violencia en Cataluña que buscaban la independencia por la fuerza.
El acuerdo modifica de nuevo la Ley de Amnistía para que supere la votación en el Congreso de los Diputados. El texto recoge todas las exigencias de los separatistas, incluso aquellas que, según los socialistas, eran inasumibles, indultando el terrorismo, excluyendo la tortura y los tratos humanos degradantes, como recoge el mencionado artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. También adapta la alta traición, al quedar excluida sólo cuando implica el «uso de la fuerza efectiva e incumple las resoluciones de Naciones Unidas en materia de invasiones», esencial para sortear la trama rusa; e incorpora la malversación, en el caso de que no haya habido enriquecimiento personal.
Puigdemont ha logrado que el texto definitivo incluya todas sus aspiraciones, ya sea de forma definida o por exclusión, dejando fuera el terrorismo según los estándares europeos y no el Código Penal español, lo que permite incluir dentro de la amnistía todos los los hechos que afectan a Tsunami, su verdadero objetivo. El PSOE se pliega así por completo a las reclamaciones de Carles Puigdemont y cierra una ley a medida, que blinda a todos los encausados por el procés.
Los separatistas creen que el texto abarca los delitos cometidos en los violentos altercados promovidos por Tsunami. El pacto se produce apenas unos días después de que el Tribunal Supremo confirmase la consideración del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, de que estos hechos «se incardinan en el delito de terrorismo».
Por si fuera poco, al incluir el delito de traición en la amnistía, como también reclamaba Puigdemont, la amnistía afectará de lleno a la llamada trama rusa -la injerencia del Kremlin en el proceso separatista-, una causa que, recientemente ha reactivado el juez Joaquín Aguirre. El texto final sólo excluye los actos en los que se haya producido una amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial del país.
Los socialistas españoles se llenan de oprobio al aprobar una ley en contra del criterio mayoritario de los españoles y de la mayoría de los jueces, magistrados, fiscales y expertos, todo un atentado antidemocrático y rastrero que el socialismo español deberá pagar algún día, si existe la Justicia en la tierra.
Francisco Rubiales
Cualquier socialista que siga apoyando a Sánchez a partir de hoy, engrosará las filas de los miserables y lucirá en la frente el sello de sucio, antiespañol y antidemócrata.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha cerrado un acuerdo con Junts y ERC para otorgar impunidad a todos los que participaron en la rebelión independentista catalana, el golpe de Estado y los actos de violencia en Cataluña que buscaban la independencia por la fuerza.
El acuerdo modifica de nuevo la Ley de Amnistía para que supere la votación en el Congreso de los Diputados. El texto recoge todas las exigencias de los separatistas, incluso aquellas que, según los socialistas, eran inasumibles, indultando el terrorismo, excluyendo la tortura y los tratos humanos degradantes, como recoge el mencionado artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. También adapta la alta traición, al quedar excluida sólo cuando implica el «uso de la fuerza efectiva e incumple las resoluciones de Naciones Unidas en materia de invasiones», esencial para sortear la trama rusa; e incorpora la malversación, en el caso de que no haya habido enriquecimiento personal.
Puigdemont ha logrado que el texto definitivo incluya todas sus aspiraciones, ya sea de forma definida o por exclusión, dejando fuera el terrorismo según los estándares europeos y no el Código Penal español, lo que permite incluir dentro de la amnistía todos los los hechos que afectan a Tsunami, su verdadero objetivo. El PSOE se pliega así por completo a las reclamaciones de Carles Puigdemont y cierra una ley a medida, que blinda a todos los encausados por el procés.
Los separatistas creen que el texto abarca los delitos cometidos en los violentos altercados promovidos por Tsunami. El pacto se produce apenas unos días después de que el Tribunal Supremo confirmase la consideración del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, de que estos hechos «se incardinan en el delito de terrorismo».
Por si fuera poco, al incluir el delito de traición en la amnistía, como también reclamaba Puigdemont, la amnistía afectará de lleno a la llamada trama rusa -la injerencia del Kremlin en el proceso separatista-, una causa que, recientemente ha reactivado el juez Joaquín Aguirre. El texto final sólo excluye los actos en los que se haya producido una amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial del país.
Los socialistas españoles se llenan de oprobio al aprobar una ley en contra del criterio mayoritario de los españoles y de la mayoría de los jueces, magistrados, fiscales y expertos, todo un atentado antidemocrático y rastrero que el socialismo español deberá pagar algún día, si existe la Justicia en la tierra.
Francisco Rubiales
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