Estados Unidos trabaja ya con la hipótesis de que la cultura occidental, cristiana y democrática, tendrá que plantar cara al mundo musulmán, que se encuentra empeñado en una guerra de conquista, lo que abrirá las puertas a un más que probable conflicto que podría llegar a ser bélico. Eso ocurrirá, probablemente, en torno al año 2025. Mientras tanto hay dos tareas urgentes para Washington: acabar con la dependencia energética del petróleo y evitar que Europa sucumba a la influencia islámica.
La "Big Idea" de la Clinton es vieja: la de la superioridad de la democracia sobre cualquier otro sistema, una idea que procede de los neoconsevadores (neocon).
El proyecto estratégico completo y perfeccionado fue elaborado por un think tank neocon llamado "Set America Free", nacido en el 2005 con el objetivo de liberar a Estados Unidos de la dependencia petrolífera de Oriente Medio. Los dos principales miembros del grupo son James Woolsey y Frank J. Gaffney, ambos participantes también de aquel "Project for a New American Century" que exigio en 1998 un cambio de régimen en Bagdad.
Bush, interesado en liquidar la dependencia energética exterior, había hecho propuestas como extraer más petroleo de Alaska o explotar los yacimientos de las Montañas Rocosas, pero al final no se ha hecho nada de eso.
La novedad de la propuesta de Bush consistía en liberarse de la dependencia "a través de la tecnología", lo que implicaba investigar para producir combustibles alternativos a partir de productos agrícolas. Ese camino, el de los biocombustibles, es ya una ruta practicable y prometedora que, por el momento, está frenada porque el precio de los crudos ha bajado drásticamente.
Pero la señora Clinto cree que el descenso del precio actual es coyuntural y que el gran reto de Estados Unidos como potencia sigue siendo asegurarse el suministro de energía con más seguridad y garantía que sus adversarios, sobre todo Rusia y China.
La idea apunta a algo tan ambicioso como la reconversión de la industria automovilistica americana mediante la implantación, en una primera etapa, de modelos híbridos, movidos por electricidad y gasolina, y, en una segunda etapa, de nuevos combustibles compuestos por etano y metano, producidos con maiz y otros cultivos.
La idea, vinculada a la seguridad y a la estrategia del país más poderoso del mundo, fue tan revolucionaria que hizo que se dispararan en bolsa las acciones de decenas de pequeñas compañías especializadas en combustibles alternativos agrícolas, entre las que figuraba la española Abengoa, con sede social en Sevilla.
Estados Unidos consume una cuarta parte del petroleo mundial, pero sólo dispone del 3 por ciento de las reservas, lo que le obliga a comprar el 60 por ciento de su petroleo en Oriente Medio, todo un obstáculo de gran importancia para asegurar su futuro como gran potencia. El plan de Bush tiene como meta prescindir del 80 por ciento del petroleo que Estados Unidos importa hoy del "Eje del Mal".
A Hillary Clinton la acusan de ser belicista y de haber propiciado el nacimiento del ISIS. Esas acusaciones no pueden probarse, pero son lógicas si se analiza las estrategias favoritas de la candidata demócrata, en la que sobresalen dos líneas maestras: debilitar al mundo musulman mediante la lucha entre chiitas y sunitas y debilitar a Rusia y China, como pasos previos a una nueva época de dominio absoluto de USA en el mundo.
Francisco Rubiales
La "Big Idea" de la Clinton es vieja: la de la superioridad de la democracia sobre cualquier otro sistema, una idea que procede de los neoconsevadores (neocon).
El proyecto estratégico completo y perfeccionado fue elaborado por un think tank neocon llamado "Set America Free", nacido en el 2005 con el objetivo de liberar a Estados Unidos de la dependencia petrolífera de Oriente Medio. Los dos principales miembros del grupo son James Woolsey y Frank J. Gaffney, ambos participantes también de aquel "Project for a New American Century" que exigio en 1998 un cambio de régimen en Bagdad.
Bush, interesado en liquidar la dependencia energética exterior, había hecho propuestas como extraer más petroleo de Alaska o explotar los yacimientos de las Montañas Rocosas, pero al final no se ha hecho nada de eso.
La novedad de la propuesta de Bush consistía en liberarse de la dependencia "a través de la tecnología", lo que implicaba investigar para producir combustibles alternativos a partir de productos agrícolas. Ese camino, el de los biocombustibles, es ya una ruta practicable y prometedora que, por el momento, está frenada porque el precio de los crudos ha bajado drásticamente.
Pero la señora Clinto cree que el descenso del precio actual es coyuntural y que el gran reto de Estados Unidos como potencia sigue siendo asegurarse el suministro de energía con más seguridad y garantía que sus adversarios, sobre todo Rusia y China.
La idea apunta a algo tan ambicioso como la reconversión de la industria automovilistica americana mediante la implantación, en una primera etapa, de modelos híbridos, movidos por electricidad y gasolina, y, en una segunda etapa, de nuevos combustibles compuestos por etano y metano, producidos con maiz y otros cultivos.
La idea, vinculada a la seguridad y a la estrategia del país más poderoso del mundo, fue tan revolucionaria que hizo que se dispararan en bolsa las acciones de decenas de pequeñas compañías especializadas en combustibles alternativos agrícolas, entre las que figuraba la española Abengoa, con sede social en Sevilla.
Estados Unidos consume una cuarta parte del petroleo mundial, pero sólo dispone del 3 por ciento de las reservas, lo que le obliga a comprar el 60 por ciento de su petroleo en Oriente Medio, todo un obstáculo de gran importancia para asegurar su futuro como gran potencia. El plan de Bush tiene como meta prescindir del 80 por ciento del petroleo que Estados Unidos importa hoy del "Eje del Mal".
A Hillary Clinton la acusan de ser belicista y de haber propiciado el nacimiento del ISIS. Esas acusaciones no pueden probarse, pero son lógicas si se analiza las estrategias favoritas de la candidata demócrata, en la que sobresalen dos líneas maestras: debilitar al mundo musulman mediante la lucha entre chiitas y sunitas y debilitar a Rusia y China, como pasos previos a una nueva época de dominio absoluto de USA en el mundo.
Francisco Rubiales