Durante mis años en Centroamérica como director de la agencia EFE (1977-1980), conocí a un norteamericano brillante como analista y fascinante como estratega y experto en geopolítica. Residía en Panamá y decían que era agente de la CÍA, pero nunca tuve pruebas al respecto. Lo cierto es que yo lo utilizaba como fuete de información y como inspiración para mis análisis y crónicas.
Recuerdo que un día me dijo que la mejor manera de vencer a los comunistas es dejarlos gobernar porque ellos mismos fracasan y decepcionan a sus seguidores y los pueblos quedan vacunados de marxismo-leninismo, al menos por un largo tiempo. M citó los ejemplos de Allende en Chile y Goulart en Brasil, entre otros. Me dijo también que Cuba había servido como "modelo" disuasorio en todo el mundo frente al comunismo, demostrando que cuando toma el poder llega siempre acompañado de pobreza y desgracia. Su tesis quedaba completa cuando argumentaba que "por eso nunca hay elecciones libres en los países comunistas, porque las perderían seguro, lo que les lleva a convocar siempre procesos electorales amañados".
Cuando me destinaron a Roma y abandoné Centroamérica deje de verlo y nunca más logré localizarlo, lo que reforzó mi creencia de que en realidad era un agente activo de los Estados Unidos.
No se que me diría ahora cuando los comunistas se han dado cuenta de que el pueblo siempre termina rechazándolos y han cambiado su estrategia, cambiando las reglas y blindándose en el poder para ocuparlo siempre.
¿Qué diría el agente Richard sobre los comunistas españoles, capitaneados por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias? ¿También van a quemarse ejerciendo el poder o evitarán que haya elecciones para gobernar siempre?
Esa es la gran incógnita de la España actual: ¿Habrá elecciones o los tiranos comunistas, conscientes de que serían derrotados, las suprimirán o amañarán, organizando un inmenso fraude, que les permita ganar con trampas?
Si respetan las elecciones y son limpias, no me cabe duda de que serán aplastados. Al ritmo que vamos, la España que acuda a votar dentro de unos años será un país en ruinas y hecho trizas por el comunismo, retrocediendo, empobrecido y quizás hasta pasando hambre.
Sin duda, España quedaría vacunada contra la izquierda totalitaria por muchos años, pero ¿permitirán los dictadores comunistas que eso ocurra?
La gran incógnita de la España actual, atribulada y que se retuerce de dolor y angustia bajo las garras de un gobierno cercano al neocomunismo, es si se abrirán o no las urnas o si las elecciones serán limpias o dominadas por el fraude.
Fidel Castro, a quien conocí y con quien también conversé cuando era corresponsal en La Habana, pensaba que entregar el poder después de haberlo conquistado era de “huevones” y así se lo dijo al venezolano Hugo Chaves, que siguió su consejo y su régimen sigue gobernando Venezuela, pero celebrando elecciones trucadas y construyendo por la fuerza un nuevo país sobre la pobreza y la represión.
Es un hecho constatado que los totalitarios odian la democracia y que si la soportan es porque no tienen otro remedio. Ante la forma de comportarse del gobierno de Sánchez e Iglesias y su afición a legislar y decretar de manera autoritaria, en contra de la voluntad popular, arremetiendo sin piedad contra la España que surgió de la Constitución de 1978, es completamente lícito dudar sobre si las urnas se abrirán o si el próximo proceso electoral estará garantizado por la limpieza.
Francisco Rubiales
Recuerdo que un día me dijo que la mejor manera de vencer a los comunistas es dejarlos gobernar porque ellos mismos fracasan y decepcionan a sus seguidores y los pueblos quedan vacunados de marxismo-leninismo, al menos por un largo tiempo. M citó los ejemplos de Allende en Chile y Goulart en Brasil, entre otros. Me dijo también que Cuba había servido como "modelo" disuasorio en todo el mundo frente al comunismo, demostrando que cuando toma el poder llega siempre acompañado de pobreza y desgracia. Su tesis quedaba completa cuando argumentaba que "por eso nunca hay elecciones libres en los países comunistas, porque las perderían seguro, lo que les lleva a convocar siempre procesos electorales amañados".
Cuando me destinaron a Roma y abandoné Centroamérica deje de verlo y nunca más logré localizarlo, lo que reforzó mi creencia de que en realidad era un agente activo de los Estados Unidos.
No se que me diría ahora cuando los comunistas se han dado cuenta de que el pueblo siempre termina rechazándolos y han cambiado su estrategia, cambiando las reglas y blindándose en el poder para ocuparlo siempre.
¿Qué diría el agente Richard sobre los comunistas españoles, capitaneados por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias? ¿También van a quemarse ejerciendo el poder o evitarán que haya elecciones para gobernar siempre?
Esa es la gran incógnita de la España actual: ¿Habrá elecciones o los tiranos comunistas, conscientes de que serían derrotados, las suprimirán o amañarán, organizando un inmenso fraude, que les permita ganar con trampas?
Si respetan las elecciones y son limpias, no me cabe duda de que serán aplastados. Al ritmo que vamos, la España que acuda a votar dentro de unos años será un país en ruinas y hecho trizas por el comunismo, retrocediendo, empobrecido y quizás hasta pasando hambre.
Sin duda, España quedaría vacunada contra la izquierda totalitaria por muchos años, pero ¿permitirán los dictadores comunistas que eso ocurra?
La gran incógnita de la España actual, atribulada y que se retuerce de dolor y angustia bajo las garras de un gobierno cercano al neocomunismo, es si se abrirán o no las urnas o si las elecciones serán limpias o dominadas por el fraude.
Fidel Castro, a quien conocí y con quien también conversé cuando era corresponsal en La Habana, pensaba que entregar el poder después de haberlo conquistado era de “huevones” y así se lo dijo al venezolano Hugo Chaves, que siguió su consejo y su régimen sigue gobernando Venezuela, pero celebrando elecciones trucadas y construyendo por la fuerza un nuevo país sobre la pobreza y la represión.
Es un hecho constatado que los totalitarios odian la democracia y que si la soportan es porque no tienen otro remedio. Ante la forma de comportarse del gobierno de Sánchez e Iglesias y su afición a legislar y decretar de manera autoritaria, en contra de la voluntad popular, arremetiendo sin piedad contra la España que surgió de la Constitución de 1978, es completamente lícito dudar sobre si las urnas se abrirán o si el próximo proceso electoral estará garantizado por la limpieza.
Francisco Rubiales
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