¿Es España un auténtico Estado de Derecho? Sin duda el sistema político español tiene rasgos propios de un Estado de Derecho, pero también tiene carencias propias de estados autoritarios. La mejor manera de dilucidar si somos o no un Estado de Derecho es definirlo y comparar. ¡Juzgue usted mismo si lo somos o no!
El Estado de Derecho existe cuando todo esta regido por leyes justas que tienen vigencia y que garantizan los deberes, derechos y libertades fundamentales. Esas leyes deben perfilar un Estado equilibrado y respetuoso con los individuos, que son los soberanos y dueños del poder.
En un Estado de Derecho la primera obligación del gobierno es cumplir y hacer cumplir la ley.
¿Puede tener vigencia un Estado de Derecho cuando el gobierno ampara la ruptura de los principios constitucionales de igualdad y solidaridad? ¿Existe cuando las banderas nacionales son retiradas de las instituciones? ¿Tiene vigencia cuando la policía permite la kale borroca o las ofensas públicas al jefe del Estado? ¿Hay Estado de Derecho cuando una empresa amiga del gobierno es capaz de impedir la emisión de un partido de fútbol declarado de interés general, como el Madrid-Betis de la pasada jornada, que, según las leyes deportivas, debe emitirse en abierto?
Un Estado de Derecho es “el poder recibido del pueblo, ejercido mediante competencias separadas, definidas y limitadas por las prescripciones de la Ley”. El poder tiene que despersonalizarse, racionalizarse y desconcentrarse. Los poderes básicos del Estado tienen que funcionar con independencia y controlarse unos a otros. El Estado tiene que demostrar su caracter instrumental y los derechos humanos tienen que ser escrupulosamente respetados.
La oponión pública tiene que tener un peso importante y gran influencia ante el poder, mientras que el ciudadano debe participar en los procesos de toma de decisiones. Cuando el ciudadano es ignorado por los poderes, el Estado de Derecho ha sido previamente asesinado.
En un Estado de Derecho, el poder de los partidos políticos y de los políticos debe ser claramente limitado, sometido a controles que funcionen y esos controles deben estar en manos de los ciudadanos o de órganos independientes que sean eficaces en el control. Las utoridades deben estar tan sometidas a la ley como el simple ciudadano. No pueden existir privolegios ante la ley y la igualdad debe ser escrupulosamente respetada.
Donde prevalece el clientelismo no puede existir Estado de Derecho, ni tampoco donde las auoridades gozan de impunidad en la práctica. Cuando el ciudadano tiene miedo de los poderes públicos, no existe Estado de Derecho. Para que exista, son el gobierno y los gobernantes los que deben temer al ciudadano, que es el soberano en democracia.
La función y el deber de las autoridades es impedir que se turbe el orden, que se viole la Ley, que se irrespete a la autoridad. Pero también es deber defender al ciudadano frente al abuso de poder o frente al poder de las mafias y las bandas. Cuando el ciudadano es asaltado o asesinado sin que los servicios de seguridad sean capaces de evitarlo, el Estado de Derecho está ausente.
Si no hay libertad, el Estado de Derecho no existe. Cuando la opinión es un delito, el derecho ha muerto. Cuando la simple sospecha es delito o cuando un inocente pasa meses en la cárcel sólo porque alguien le ha considerado sospechoso, no hay Estado de Derecho, sino un vulgar despotismo. Tampoco existe el Estado de Derecho cuando la policía y otros funcionarios abusan de su poder.
En un Estado de Derecho, la legislación tiene que proteger las libertades, de manera progresiva. No puede convertirse en letra muerta uno de los considerandos del Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Es esencial que los Derechos Humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
Cuando las libertades individuales se limitan con la excusa de proteger los intereses públicos o colectivos, no existe Estado de Derecho.
Un Estado de Derecho exige que el ciudadano elija a sus representantes libremente y que pueda controlarlos y exigirles cuentas. Cuando son los partidos los que eligen, ya sea directamente, como en las dictaduras, o a traves de trucos como las listas cerradas y bloqueadas, ese derecho fundamental queda violado y con él la vigencia plena del Estado de Derecho. Cuando los representantes sólo rinden cuenta ante las élites de sus partidos políticos, el Estado de Derecho está ausente.
¿Es España un Estado de Derecho pleno? ¿Usted qué cree?
FR
El Estado de Derecho existe cuando todo esta regido por leyes justas que tienen vigencia y que garantizan los deberes, derechos y libertades fundamentales. Esas leyes deben perfilar un Estado equilibrado y respetuoso con los individuos, que son los soberanos y dueños del poder.
En un Estado de Derecho la primera obligación del gobierno es cumplir y hacer cumplir la ley.
¿Puede tener vigencia un Estado de Derecho cuando el gobierno ampara la ruptura de los principios constitucionales de igualdad y solidaridad? ¿Existe cuando las banderas nacionales son retiradas de las instituciones? ¿Tiene vigencia cuando la policía permite la kale borroca o las ofensas públicas al jefe del Estado? ¿Hay Estado de Derecho cuando una empresa amiga del gobierno es capaz de impedir la emisión de un partido de fútbol declarado de interés general, como el Madrid-Betis de la pasada jornada, que, según las leyes deportivas, debe emitirse en abierto?
Un Estado de Derecho es “el poder recibido del pueblo, ejercido mediante competencias separadas, definidas y limitadas por las prescripciones de la Ley”. El poder tiene que despersonalizarse, racionalizarse y desconcentrarse. Los poderes básicos del Estado tienen que funcionar con independencia y controlarse unos a otros. El Estado tiene que demostrar su caracter instrumental y los derechos humanos tienen que ser escrupulosamente respetados.
La oponión pública tiene que tener un peso importante y gran influencia ante el poder, mientras que el ciudadano debe participar en los procesos de toma de decisiones. Cuando el ciudadano es ignorado por los poderes, el Estado de Derecho ha sido previamente asesinado.
En un Estado de Derecho, el poder de los partidos políticos y de los políticos debe ser claramente limitado, sometido a controles que funcionen y esos controles deben estar en manos de los ciudadanos o de órganos independientes que sean eficaces en el control. Las utoridades deben estar tan sometidas a la ley como el simple ciudadano. No pueden existir privolegios ante la ley y la igualdad debe ser escrupulosamente respetada.
Donde prevalece el clientelismo no puede existir Estado de Derecho, ni tampoco donde las auoridades gozan de impunidad en la práctica. Cuando el ciudadano tiene miedo de los poderes públicos, no existe Estado de Derecho. Para que exista, son el gobierno y los gobernantes los que deben temer al ciudadano, que es el soberano en democracia.
La función y el deber de las autoridades es impedir que se turbe el orden, que se viole la Ley, que se irrespete a la autoridad. Pero también es deber defender al ciudadano frente al abuso de poder o frente al poder de las mafias y las bandas. Cuando el ciudadano es asaltado o asesinado sin que los servicios de seguridad sean capaces de evitarlo, el Estado de Derecho está ausente.
Si no hay libertad, el Estado de Derecho no existe. Cuando la opinión es un delito, el derecho ha muerto. Cuando la simple sospecha es delito o cuando un inocente pasa meses en la cárcel sólo porque alguien le ha considerado sospechoso, no hay Estado de Derecho, sino un vulgar despotismo. Tampoco existe el Estado de Derecho cuando la policía y otros funcionarios abusan de su poder.
En un Estado de Derecho, la legislación tiene que proteger las libertades, de manera progresiva. No puede convertirse en letra muerta uno de los considerandos del Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Es esencial que los Derechos Humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
Cuando las libertades individuales se limitan con la excusa de proteger los intereses públicos o colectivos, no existe Estado de Derecho.
Un Estado de Derecho exige que el ciudadano elija a sus representantes libremente y que pueda controlarlos y exigirles cuentas. Cuando son los partidos los que eligen, ya sea directamente, como en las dictaduras, o a traves de trucos como las listas cerradas y bloqueadas, ese derecho fundamental queda violado y con él la vigencia plena del Estado de Derecho. Cuando los representantes sólo rinden cuenta ante las élites de sus partidos políticos, el Estado de Derecho está ausente.
¿Es España un Estado de Derecho pleno? ¿Usted qué cree?
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