Pedro Sánchez, el defenestrado ex secretario general de los socialistas, sigue conspirando para recuperar el poder en su partido y domesticar a los disidentes que le expulsaron. Afirma tener ya no sólo 60.000 firmas de socialistas que le apoyan, sino también muchos dirigentes de peso a su lado, que darán la cara por él en el congreso que su partido debe celebrar. Sus visitas a ciudades y reuniones conspirativas siembran de inquietud a tu partido y alimentan la debilidad y la lucha interna.
En apariencia tiene posibilidades reales de ganar porque sus adversarios carecen de un líder sólido y porque parte de la militancia socialista está desquiciada con sus derrotas, pero debería renunciar a su particular reconquista del poder.
El no es Pelayo sino un sarraceno. Si persiste en su rebelión, se hará pedazos y nos ofrecerá a todos el espectáculo desagradable de su derrota humillante. El asunto Pedro Sánchez no interesa a nadie, salvo a los enemigos de España, que lo alientan porque saben que transporta TNT en la sangre. Nadie es imprescindible y él debe pagar por sus errores, redimiéndose en el silencio y el retiro reflexivo.
Si quieres mejorar este país, hazlo desde la libertad, la democracia y los valores, no conectándote a los que generan miedos y recelos o uniéndote a los que quieren despedazar España. Convéncete de que la única ruta practicable es la que pasa por la regeneración y la democracia, dos metas que los políticos habéis olvidado, a pesar de que son las que España más necesita y las únicas que los ciudadanos desean masivamente. Tus tesis actuales no aportan nada nuevo al socialismo porque se limitan a la toma del poder "como sea", subido en el caballo del odio al PP y apoyándote en compañeros de lucha poco fiables y nada democráticos.
Si quieres regresar con la cabeza alta y con banderas de victoria, capitanea la regeneración de tu partido y preséntate como adalid de la limpieza y el fin del clientelismo, la corrupción y el abuso de poder. Si haces eso, tus enemigos dejarían de serlo porque no tendrían cabida en un partido socialista limpio y regenerado.
Ahora eres un ser herido y cargado de recelo, odio y revancha. Deja pasar el tiempo porque esos sentimientos intensos y pasiones son malos consejeros. Eres joven y puedes renacer, pero nunca levantarás cabeza si te empecinas en una batalla frontal contra el que fue tu partido. Tienes que convencerte de que muchos de los que ahora te apoyan lo hacen por conveniencia, porque desean la ruptura de España o porque ansían ocupar el poder para ordeñar ellos al Estado, sin regeneración, sin otro cambio que el avance hacia la tiranía y la sustitución de la escasa libertad existente por un dominio más intenso del Estado.
El mundo, contrariamente a lo que tu has afirmado hasta cansarte, ya no se divide, en este siglo XXI, en "derechas" e "izquierdas", sino en "demócratas" y "totalitarios", o en amantes de la libertad y de la esclavitud. Rectifica y enrólate en el bando de los demócratas que amamos las libertades y los derechos y recelamos del Estado porque has escogido el bando equivocado, al lado de comunistas y nacionalistas independentistas.
¿Por qué razón la gente de bien y los socialistas de verdad van a apoyarte a ti y no a Susana o a Fernández? Es cierto que Susana es incompatible con el liderazgo porque preside la comunidad más corrupta y atrasada de España, en la que decenas de altos cargos, entre los que destacan dos ex presidentes, están imputados por corrupción de alto nivel, pero tu también has atravesado la frontera de la corrupción al pactar en secreto, sin la transparencia que demanda la democracia, un pacto para gobernar con totalitarios y con independentistas enemigos de España. Corrupción no sólo es robar y lo que tu has intentado hacer, imponer a los españoles un gobierno que no deseaban, en un país de verdad democrático, sería considerado, además de corrupción, traición.
Para reclamar con rigor y dignidad el apoyo de los verdaderos socialistas y los demócratas, tendrías que comprometerte antes a limpiar el Estado de corrupción, empezando por tu partido, renunciar a la financiación pública de los partidos políticos, castigar a los ladrones con cárcel hasta que no devuelvan el botín y adelgazar el incosteable Estado que los políticos habéis creado, eliminando las comunidades autónomas y los centenares de chiringuitos, instituciones y empresas publicas creadas sin otro fin que colocar a los amiguetes y compañeros de partido con sueldos públicos.
Pero tu no quieres nada de eso. De ti podríamos decir aquello que decían los millonarios americanos del senador Kennedy: "es tan poco ambicioso que sólo quiere ser presidente".
Francisco Rubiales
En apariencia tiene posibilidades reales de ganar porque sus adversarios carecen de un líder sólido y porque parte de la militancia socialista está desquiciada con sus derrotas, pero debería renunciar a su particular reconquista del poder.
El no es Pelayo sino un sarraceno. Si persiste en su rebelión, se hará pedazos y nos ofrecerá a todos el espectáculo desagradable de su derrota humillante. El asunto Pedro Sánchez no interesa a nadie, salvo a los enemigos de España, que lo alientan porque saben que transporta TNT en la sangre. Nadie es imprescindible y él debe pagar por sus errores, redimiéndose en el silencio y el retiro reflexivo.
Si quieres mejorar este país, hazlo desde la libertad, la democracia y los valores, no conectándote a los que generan miedos y recelos o uniéndote a los que quieren despedazar España. Convéncete de que la única ruta practicable es la que pasa por la regeneración y la democracia, dos metas que los políticos habéis olvidado, a pesar de que son las que España más necesita y las únicas que los ciudadanos desean masivamente. Tus tesis actuales no aportan nada nuevo al socialismo porque se limitan a la toma del poder "como sea", subido en el caballo del odio al PP y apoyándote en compañeros de lucha poco fiables y nada democráticos.
Si quieres regresar con la cabeza alta y con banderas de victoria, capitanea la regeneración de tu partido y preséntate como adalid de la limpieza y el fin del clientelismo, la corrupción y el abuso de poder. Si haces eso, tus enemigos dejarían de serlo porque no tendrían cabida en un partido socialista limpio y regenerado.
Ahora eres un ser herido y cargado de recelo, odio y revancha. Deja pasar el tiempo porque esos sentimientos intensos y pasiones son malos consejeros. Eres joven y puedes renacer, pero nunca levantarás cabeza si te empecinas en una batalla frontal contra el que fue tu partido. Tienes que convencerte de que muchos de los que ahora te apoyan lo hacen por conveniencia, porque desean la ruptura de España o porque ansían ocupar el poder para ordeñar ellos al Estado, sin regeneración, sin otro cambio que el avance hacia la tiranía y la sustitución de la escasa libertad existente por un dominio más intenso del Estado.
El mundo, contrariamente a lo que tu has afirmado hasta cansarte, ya no se divide, en este siglo XXI, en "derechas" e "izquierdas", sino en "demócratas" y "totalitarios", o en amantes de la libertad y de la esclavitud. Rectifica y enrólate en el bando de los demócratas que amamos las libertades y los derechos y recelamos del Estado porque has escogido el bando equivocado, al lado de comunistas y nacionalistas independentistas.
¿Por qué razón la gente de bien y los socialistas de verdad van a apoyarte a ti y no a Susana o a Fernández? Es cierto que Susana es incompatible con el liderazgo porque preside la comunidad más corrupta y atrasada de España, en la que decenas de altos cargos, entre los que destacan dos ex presidentes, están imputados por corrupción de alto nivel, pero tu también has atravesado la frontera de la corrupción al pactar en secreto, sin la transparencia que demanda la democracia, un pacto para gobernar con totalitarios y con independentistas enemigos de España. Corrupción no sólo es robar y lo que tu has intentado hacer, imponer a los españoles un gobierno que no deseaban, en un país de verdad democrático, sería considerado, además de corrupción, traición.
Para reclamar con rigor y dignidad el apoyo de los verdaderos socialistas y los demócratas, tendrías que comprometerte antes a limpiar el Estado de corrupción, empezando por tu partido, renunciar a la financiación pública de los partidos políticos, castigar a los ladrones con cárcel hasta que no devuelvan el botín y adelgazar el incosteable Estado que los políticos habéis creado, eliminando las comunidades autónomas y los centenares de chiringuitos, instituciones y empresas publicas creadas sin otro fin que colocar a los amiguetes y compañeros de partido con sueldos públicos.
Pero tu no quieres nada de eso. De ti podríamos decir aquello que decían los millonarios americanos del senador Kennedy: "es tan poco ambicioso que sólo quiere ser presidente".
Francisco Rubiales
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