Los 11 muros que todavía dividen al mundo y que constituyen un ejemplo de lo peor del ser humano y de la civilización son los siguientes:
1.- La “barrera de seguridad” entre Israel y Cisjordania
2.- Arabia Saudita - Irak.
3.- Los muros de paz que separan en Irlanda del Norte a católicos y protestantes.
4.- Ceuta-Marruecos
5.- Melilla-Marruecos
6.- Chipre
7.- Corea de Norte- Corea del Sur
8.- Sahara Occidental-saharauis
9.- Estados Unidos- México
10.- India-Pakistán
11.- Irak-Kuwait.
El 9 de noviembre de 1989 se derribó el Muro de Berlín, acontecimiento que fue interpretado como el fin de un mundo dividido y enfrentado y el inicio de un avance hacia una nueva era de cooperación y de apertura a través de las fronteras.
Pero tres décadas después, parece estar ocurriendo todo lo contrario: el mundo está respondiendo a los problemas de seguridad con muros, militarización y aislamiento. Todo dirigente imbécil que se siente inseguro y todo tirano que conoce su maldad tiende a construir un muro de defensa.
Los muros suelen construirse para separar a la sociedad del terrorismo, la pobreza y la migración, pero el de Sánchez tiene una siniestra originalidad porque, como el derribado Muro de Berlín, es político y quiere separar dos sistemas, por un lado la democracia libre y el Estado de Derecho, y por otro la tiranía de las izquierdas, ese sistema socialista decadente que alimenta la incultura, la pobreza y el miedo para que los líderes se mantengan en el poder, bañados en privilegios.
Lo que no sabe el sanchismo es que “los muros no frenan los flujos”, que son ineficaces para detener a los inmigrantes, para impedir la entrada de la droga o para frenar la libertad.
El futuro del miserable muro sanchista no impedirá la caída del dictador, ni el auge de las crecientes masas que se rebelan y combaten el socialismo, cansados de su hipocresía, injusticia y fracaso.
Tiene razón el twits publicado que dice: "Cuando el presidente de un gobierno dice que quiere "levantar un muro" para separar a más de la mitad del país que no piensa como él, como ha dicho Sánchez en España, ese no es un presidente democrático sino un salteador de caminos que se ha apropiado del Estado".
Todos los muros, desde el principio de los tiempos, incluso aquella memorable Gran Muralla China, construido para defender el imperio chino de los invasores, y el Muro de Adriano, que separaba la Britania romanizada de las tribus salvajes del norte, han sido construidos por cobardes asustados ante un enemigo superior a ellos.
Francisco Rubiales
1.- La “barrera de seguridad” entre Israel y Cisjordania
2.- Arabia Saudita - Irak.
3.- Los muros de paz que separan en Irlanda del Norte a católicos y protestantes.
4.- Ceuta-Marruecos
5.- Melilla-Marruecos
6.- Chipre
7.- Corea de Norte- Corea del Sur
8.- Sahara Occidental-saharauis
9.- Estados Unidos- México
10.- India-Pakistán
11.- Irak-Kuwait.
El 9 de noviembre de 1989 se derribó el Muro de Berlín, acontecimiento que fue interpretado como el fin de un mundo dividido y enfrentado y el inicio de un avance hacia una nueva era de cooperación y de apertura a través de las fronteras.
Pero tres décadas después, parece estar ocurriendo todo lo contrario: el mundo está respondiendo a los problemas de seguridad con muros, militarización y aislamiento. Todo dirigente imbécil que se siente inseguro y todo tirano que conoce su maldad tiende a construir un muro de defensa.
Los muros suelen construirse para separar a la sociedad del terrorismo, la pobreza y la migración, pero el de Sánchez tiene una siniestra originalidad porque, como el derribado Muro de Berlín, es político y quiere separar dos sistemas, por un lado la democracia libre y el Estado de Derecho, y por otro la tiranía de las izquierdas, ese sistema socialista decadente que alimenta la incultura, la pobreza y el miedo para que los líderes se mantengan en el poder, bañados en privilegios.
Lo que no sabe el sanchismo es que “los muros no frenan los flujos”, que son ineficaces para detener a los inmigrantes, para impedir la entrada de la droga o para frenar la libertad.
El futuro del miserable muro sanchista no impedirá la caída del dictador, ni el auge de las crecientes masas que se rebelan y combaten el socialismo, cansados de su hipocresía, injusticia y fracaso.
Tiene razón el twits publicado que dice: "Cuando el presidente de un gobierno dice que quiere "levantar un muro" para separar a más de la mitad del país que no piensa como él, como ha dicho Sánchez en España, ese no es un presidente democrático sino un salteador de caminos que se ha apropiado del Estado".
Todos los muros, desde el principio de los tiempos, incluso aquella memorable Gran Muralla China, construido para defender el imperio chino de los invasores, y el Muro de Adriano, que separaba la Britania romanizada de las tribus salvajes del norte, han sido construidos por cobardes asustados ante un enemigo superior a ellos.
Francisco Rubiales
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