Está tan confundido el PP y es tan poco democrático que, para vengarse de las acusaciones de corrupción y del acoso que padece por parte de los socialistas, ha amenazado al PSOE con romper el ignominioso y antidemocrático "Pacto por la Justicia", mediante el cual los grandes partidos políticos españoles nombran jueces y se reparten el poder en los altos tribunales del Estado.
Parece que la amenaza del PP no es en defensa de los principios democráticos, sino una reacción de furia contra los ministros Caamaño, de Justicia, y Rubalcaba, de Interior, a los que consideran principales filtradores y animadores del caso Gürtel.
Ojalá Rajoy se atreva a romper ese vil pacto y así daríamos un paso hacia la regeneración de la corrompida y sucia democracia española.
La verdad es que el "Pacto por la Justicia", uno de los peores atentados contra la democracia en España, es una criatura del PP, que es quien se lo propuso al PSOE en tiempos de Aznar, con el ministro de Justicia Michavila pilotando el vergonzoso proceso. Diseñado por el gobierno de Aznar, el PSOE, que nunca se habría atrevido a violar la democracia con tanto descaro, lógicamente, se sumó al pacto, ya que le ponían en bandeja más poder, menos control del sistema y menos democracia.
Rajoy, cuya cultura democrática cabe en una caja de cerillas, debería saber que pactos como ese demuestran que PP y PSOE tienen idéntico aprecio a la democracia y la misma adicción a la partitocracia.
Debería entender Rajoy que ese pacto debe romperse no por venganza contra el PSOE, sino porque envilece el sistema y lo degenera.
Que el PP lo rompa de una vez y pida perdón por haberlo diseñado y propuesto al PSOE. Es lo que los demócratas esperan de un Rajoy que no consigue ilusionar y que, a pesar del terrible desgaste de Zapatero, el peor gobiernante de la España moderna, sigue sin destacarse en intención de voto, clara evidencia de que no es capaz de generar confianza como alternativa.
Parece que la amenaza del PP no es en defensa de los principios democráticos, sino una reacción de furia contra los ministros Caamaño, de Justicia, y Rubalcaba, de Interior, a los que consideran principales filtradores y animadores del caso Gürtel.
Ojalá Rajoy se atreva a romper ese vil pacto y así daríamos un paso hacia la regeneración de la corrompida y sucia democracia española.
La verdad es que el "Pacto por la Justicia", uno de los peores atentados contra la democracia en España, es una criatura del PP, que es quien se lo propuso al PSOE en tiempos de Aznar, con el ministro de Justicia Michavila pilotando el vergonzoso proceso. Diseñado por el gobierno de Aznar, el PSOE, que nunca se habría atrevido a violar la democracia con tanto descaro, lógicamente, se sumó al pacto, ya que le ponían en bandeja más poder, menos control del sistema y menos democracia.
Rajoy, cuya cultura democrática cabe en una caja de cerillas, debería saber que pactos como ese demuestran que PP y PSOE tienen idéntico aprecio a la democracia y la misma adicción a la partitocracia.
Debería entender Rajoy que ese pacto debe romperse no por venganza contra el PSOE, sino porque envilece el sistema y lo degenera.
Que el PP lo rompa de una vez y pida perdón por haberlo diseñado y propuesto al PSOE. Es lo que los demócratas esperan de un Rajoy que no consigue ilusionar y que, a pesar del terrible desgaste de Zapatero, el peor gobiernante de la España moderna, sigue sin destacarse en intención de voto, clara evidencia de que no es capaz de generar confianza como alternativa.
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