
Sra. Dª. Sonsoles Espinosa Díaz
Palacio de la Moncloa
Madrid
España
Distinguida Señora:
Desesperados ante la insensibilidad de su esposo, Don José Luis Rodríguez Zapatero, que se niega a reconocer que su mandato está destruyendo España y se niega también a abandonar el poder y dejar las riendas del país a otro dirigente con más tino, pericia y liderazgo, recurrimos a su sentido de la responsabilidad, a su sensibilidad como mujer y a su condición de esposa para que influya en su marido y consiga que convoque las elecciones anticipadas que España necesita en estos momentos cruciales de su Historia.
Parace evidente, como afirma Felipe González, que el famoso "Síndrome de la Moncloa" le ha afectado de manera prematura. Usted, como esposa y madre, debe estar padeciendo también, al igual que los españoles, los efectos de ese terrible síndrome: aislamiento, alienación, incapacidad para entender la realidad, arrogancia, insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, impotencia para resolver los problemas y un liderazgo que se torna nefasto y que, en lugar de ayudar a los españoles, los empobrece, los humilla y los lleva a la desesperación como pueblo.
Ese síndrome terrible, que ha afectado a todos los inquilinos de la Moncloa, impide a su esposo José Luis ver los daños que está causando a España y percibir el desprestigio actual de nuestro país en el mundo. También se deben a ese síndrome, seguramente, los dramáticos errores de su marido, su propensión a la mentira, su desesperación cuando ve que el poder se le escapa de las manos, su odio al adversario y su insensibilidad dolosa ante el sufrimiento de esos millones de españoles que, víctimas de su política, forman parte ya de la pobreza y de la infelicidad.
Recurrimos a usted porque, desgraciadamente, la situación es tan grave que ni siquiera podríamos salvar a España derrotándolo en las urnas cuando se celebren las elecciones de 2012. Entonces ya será tarde y la destrucción de la prosperidad, del tejido productivo y de la confianza habrán superado el límite del no retorno. El relevo, para bien de España, tiene que llegar ahora, con urgencia.
Mire usted, señora Sonsoles, España necesita reformas y medidas tan urgentes como dolorosas e impopulares para recuperar el sentido del esfuerzo, la competitividad y la decencia. Estamos convencidos --y usted también lo sabe-- que José Luis no tiene valor para hacerlo. Teme perder votos y seguirá manteniendo ese sueño infantil suyo, que usted tantas veces ha padecido en el hogar: el de creerse un elegido, un ser tocado por la fortuna, que nunca pierde.
Esta vez va a perder y lo peor es que su derrota va a arrastrar a España y a muchos millones de españoles hasta el foso del fracaso y la pobreza.
Usted puede evitar que su marido pase a la Historia como el líder que llevó a España hasta la pobreza y la desesperación. Ël siempre dirá que no fue él quien causó el desastre, sino la crisis, y que España venía ya "tocada" del pasado, pero él será el responsable ante la Historia porque el daño se habrá producido siendo él responsable de los destinos de su pueblo.
Sugiérale que supere a José María Aznar, cuya decisión de no repetir después de ocho años en la Moncloa sorprendió y agradó a los españoles. José Luis puede tener un golpe de responsabilidad y generosidad que sabremos valorar convocando elecciones anticipadas y devolviéndole al pueblo el poder soberano que ostenta en democracia para que sea el pueblo quien elija al pastor apropiado para el drama. La experiencia demuestra que su marido no era un líder para la pobreza, sino un manirroto preparado sólo para ejercer el liderazgo en la abundancia.
He dejado para el final el argumento más fuerte: si se marcha ahora, usted y las niñas lo recuperarán y podrán disfrutar de él en la familia. Si espera a que sea derrotado, recibirá en el hogar a un ser amargado, apenas los despojos de lo que fue. Y para colmo de males, su "sacrificio" habrá sido inútil porque su memoria será odiada y su partido, que también es el de usted, estará por lo menos dos décadas alejado del poder, hasta que las actuales generaciones se olviden del desastre causado por el "Zapaterismo", que recibió una España próspera y esperanzada y la entregó, tras su mandato, arrodillada, dividida, pobre y desesperada.
Esperamos que nos ayude. Nosotros, como demócratas, ante las carencias injustas de la legislación española, que margina al ciudadano, aunque sea mayoría, sólo podemos rumiar nuestra desolación, protestar indignados ante los estragos que su marido está causando y confiar en su sensibilidad como mujer, en su responsabilidad como española y en su influencia como esposa y madre.
Firmado:
Muchos demócratas españoles, desde la angustia cívica.
Palacio de la Moncloa
Madrid
España
Distinguida Señora:
Desesperados ante la insensibilidad de su esposo, Don José Luis Rodríguez Zapatero, que se niega a reconocer que su mandato está destruyendo España y se niega también a abandonar el poder y dejar las riendas del país a otro dirigente con más tino, pericia y liderazgo, recurrimos a su sentido de la responsabilidad, a su sensibilidad como mujer y a su condición de esposa para que influya en su marido y consiga que convoque las elecciones anticipadas que España necesita en estos momentos cruciales de su Historia.
Parace evidente, como afirma Felipe González, que el famoso "Síndrome de la Moncloa" le ha afectado de manera prematura. Usted, como esposa y madre, debe estar padeciendo también, al igual que los españoles, los efectos de ese terrible síndrome: aislamiento, alienación, incapacidad para entender la realidad, arrogancia, insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, impotencia para resolver los problemas y un liderazgo que se torna nefasto y que, en lugar de ayudar a los españoles, los empobrece, los humilla y los lleva a la desesperación como pueblo.
Ese síndrome terrible, que ha afectado a todos los inquilinos de la Moncloa, impide a su esposo José Luis ver los daños que está causando a España y percibir el desprestigio actual de nuestro país en el mundo. También se deben a ese síndrome, seguramente, los dramáticos errores de su marido, su propensión a la mentira, su desesperación cuando ve que el poder se le escapa de las manos, su odio al adversario y su insensibilidad dolosa ante el sufrimiento de esos millones de españoles que, víctimas de su política, forman parte ya de la pobreza y de la infelicidad.
Recurrimos a usted porque, desgraciadamente, la situación es tan grave que ni siquiera podríamos salvar a España derrotándolo en las urnas cuando se celebren las elecciones de 2012. Entonces ya será tarde y la destrucción de la prosperidad, del tejido productivo y de la confianza habrán superado el límite del no retorno. El relevo, para bien de España, tiene que llegar ahora, con urgencia.
Mire usted, señora Sonsoles, España necesita reformas y medidas tan urgentes como dolorosas e impopulares para recuperar el sentido del esfuerzo, la competitividad y la decencia. Estamos convencidos --y usted también lo sabe-- que José Luis no tiene valor para hacerlo. Teme perder votos y seguirá manteniendo ese sueño infantil suyo, que usted tantas veces ha padecido en el hogar: el de creerse un elegido, un ser tocado por la fortuna, que nunca pierde.
Esta vez va a perder y lo peor es que su derrota va a arrastrar a España y a muchos millones de españoles hasta el foso del fracaso y la pobreza.
Usted puede evitar que su marido pase a la Historia como el líder que llevó a España hasta la pobreza y la desesperación. Ël siempre dirá que no fue él quien causó el desastre, sino la crisis, y que España venía ya "tocada" del pasado, pero él será el responsable ante la Historia porque el daño se habrá producido siendo él responsable de los destinos de su pueblo.
Sugiérale que supere a José María Aznar, cuya decisión de no repetir después de ocho años en la Moncloa sorprendió y agradó a los españoles. José Luis puede tener un golpe de responsabilidad y generosidad que sabremos valorar convocando elecciones anticipadas y devolviéndole al pueblo el poder soberano que ostenta en democracia para que sea el pueblo quien elija al pastor apropiado para el drama. La experiencia demuestra que su marido no era un líder para la pobreza, sino un manirroto preparado sólo para ejercer el liderazgo en la abundancia.
He dejado para el final el argumento más fuerte: si se marcha ahora, usted y las niñas lo recuperarán y podrán disfrutar de él en la familia. Si espera a que sea derrotado, recibirá en el hogar a un ser amargado, apenas los despojos de lo que fue. Y para colmo de males, su "sacrificio" habrá sido inútil porque su memoria será odiada y su partido, que también es el de usted, estará por lo menos dos décadas alejado del poder, hasta que las actuales generaciones se olviden del desastre causado por el "Zapaterismo", que recibió una España próspera y esperanzada y la entregó, tras su mandato, arrodillada, dividida, pobre y desesperada.
Esperamos que nos ayude. Nosotros, como demócratas, ante las carencias injustas de la legislación española, que margina al ciudadano, aunque sea mayoría, sólo podemos rumiar nuestra desolación, protestar indignados ante los estragos que su marido está causando y confiar en su sensibilidad como mujer, en su responsabilidad como española y en su influencia como esposa y madre.
Firmado:
Muchos demócratas españoles, desde la angustia cívica.
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