El 14 de septiembre de 1936, asustada por el imparable avance de las tropas de Franco hacia Madrid, el gobierno de la República española, dominado entonces por los socialistas, ordenó el expolio del las reservas en oro del Banco de España, que eran las cuartas del mundo, para evitar que cayeran en manos de los alzados. Ese expolio de más de 500 toneladas de oro constituyó el mayor robo de la Historia.
Ocurrió lo siguiente: Un grupo de cerrajeros, sindicalistas y pistoleros de la 'Motorizada' (la guardia personal del líder del PSOE Indalecio Prieto que menos de dos meses antes habían asesinado a Calvo Sotelo) asaltaron el Banco de España que estaba donde ahora, en la plaza de Cibeles. Los enviaba el ministro de Hacienda, del PSOE, Juan Negrín. El gobierno lo presidía Francisco Largo Caballero, también del PSOE. Arramplaron con la que era la cuarta reserva de oro del planeta. El cajero mayor se suicidó de un disparo en su despacho, abrumado por semejante expolio.
El día 13, un Decreto Reservado publicado en la Causa General y emitido por Manuel Azaña, presidente de la República, a instancias de Largo Caballero y Negrín, que lo firmó ya como ministro de Hacienda, autorizó el traslado del oro.
Lo que ocurrió esa jornada del 14 de septiembre fue lo siguiente: "Un grupo de cerrajeros, sindicalistas y pistoleros de la 'Motorizada' (la guardia personal del líder del PSOE Indalecio Prieto que menos de dos meses antes habían asesinado a Calvo Sotelo) asaltaron el Banco de España que estaba donde ahora, en la plaza de Cibeles. Los enviaba el ministro de Hacienda, del PSOE, Juan Negrín. El gobierno lo presidía Francisco Largo Caballero, también del PSOE. Arramplaron con la que era la cuarta reserva de oro del planeta. El cajero mayor se suicidó de un disparo en su despacho, abrumado por semejante expolio".
A principios de septiembre de 1936, en el seno del Gobierno republicano existía una gran preocupación ante el avance imparable de las tropas de Franco hacia la capital. Perder Madrid no solo sería un catástrofe estratégica, sino también económica al conservarse en la sede del Banco de España los fondos con los que mantener el esfuerzo de guerra. El día 13, un Decreto Reservado publicado en la Causa General y emitido por Manuel Azaña, presidente de la República, a instancias de Largo Caballero y Negrín, que lo firmó ya como ministro de Hacienda, autorizó el traslado del oro.
"Quienes se ocuparon de la operación fueron empleados del Sindicato del Banco protegidos por fuerzas de Carabineros a base de tres turnos diarios. No salieron del Banco y allí comían y dormían", relata el historiador Ángel Viñas, descartando cualquier "atraco" en la acepción más literal de la palabra. Primero José María Rancaño, funcionario del BdE, y luego Francisco Méndez Aspe, ex subsecretario de Hacienda y luego director general del Tesoro, fueron los encargados de dirigir el proceso, que duró una semana y fue autorizada por el Consejo de la entidad bancaria: "La evacuación llevó varios días y no quedó en secreto porque el transporte de algo más de 10.000 cajas no era labor pequeña". Además de la versión de estas dos figuras, el historiador señala que hubo varias personas más implicadas en el asunto que dejaron sus testimonios de lo que ocurrió: Amaro del Rosal, posterior director de la Caja de Reparaciones, y el también funcionario del Banco de España Esteban Pérez Joanico.
El 6 de octubre el Consejo de Ministros, a propuesta de Largo Caballero, refrendada por Azaña y ejecutada por Negrín, tomó una decisión crucial: remitir tres cuartas partes de las reservas auríferas a Moscú. "En el texto solo se indicó que Largo Caballero y Negrín quedaban autorizados a trasladarlo al lugar que considerasen que garantizaba su seguridad", matiza Viñas. Y así fue, el día 25, a bordo de cuatro buques soviéticos —Kim, Jruso, Neva y Volgoles; no Kine, Kursk, Neva y Volgoles, como se dice en el mensaje viralizado— zarparon hacia Moscú las 510 toneladas del precioso material distribuidas en 7.800 cajas.
Francisco Rubiales
Ocurrió lo siguiente: Un grupo de cerrajeros, sindicalistas y pistoleros de la 'Motorizada' (la guardia personal del líder del PSOE Indalecio Prieto que menos de dos meses antes habían asesinado a Calvo Sotelo) asaltaron el Banco de España que estaba donde ahora, en la plaza de Cibeles. Los enviaba el ministro de Hacienda, del PSOE, Juan Negrín. El gobierno lo presidía Francisco Largo Caballero, también del PSOE. Arramplaron con la que era la cuarta reserva de oro del planeta. El cajero mayor se suicidó de un disparo en su despacho, abrumado por semejante expolio.
El día 13, un Decreto Reservado publicado en la Causa General y emitido por Manuel Azaña, presidente de la República, a instancias de Largo Caballero y Negrín, que lo firmó ya como ministro de Hacienda, autorizó el traslado del oro.
Lo que ocurrió esa jornada del 14 de septiembre fue lo siguiente: "Un grupo de cerrajeros, sindicalistas y pistoleros de la 'Motorizada' (la guardia personal del líder del PSOE Indalecio Prieto que menos de dos meses antes habían asesinado a Calvo Sotelo) asaltaron el Banco de España que estaba donde ahora, en la plaza de Cibeles. Los enviaba el ministro de Hacienda, del PSOE, Juan Negrín. El gobierno lo presidía Francisco Largo Caballero, también del PSOE. Arramplaron con la que era la cuarta reserva de oro del planeta. El cajero mayor se suicidó de un disparo en su despacho, abrumado por semejante expolio".
A principios de septiembre de 1936, en el seno del Gobierno republicano existía una gran preocupación ante el avance imparable de las tropas de Franco hacia la capital. Perder Madrid no solo sería un catástrofe estratégica, sino también económica al conservarse en la sede del Banco de España los fondos con los que mantener el esfuerzo de guerra. El día 13, un Decreto Reservado publicado en la Causa General y emitido por Manuel Azaña, presidente de la República, a instancias de Largo Caballero y Negrín, que lo firmó ya como ministro de Hacienda, autorizó el traslado del oro.
"Quienes se ocuparon de la operación fueron empleados del Sindicato del Banco protegidos por fuerzas de Carabineros a base de tres turnos diarios. No salieron del Banco y allí comían y dormían", relata el historiador Ángel Viñas, descartando cualquier "atraco" en la acepción más literal de la palabra. Primero José María Rancaño, funcionario del BdE, y luego Francisco Méndez Aspe, ex subsecretario de Hacienda y luego director general del Tesoro, fueron los encargados de dirigir el proceso, que duró una semana y fue autorizada por el Consejo de la entidad bancaria: "La evacuación llevó varios días y no quedó en secreto porque el transporte de algo más de 10.000 cajas no era labor pequeña". Además de la versión de estas dos figuras, el historiador señala que hubo varias personas más implicadas en el asunto que dejaron sus testimonios de lo que ocurrió: Amaro del Rosal, posterior director de la Caja de Reparaciones, y el también funcionario del Banco de España Esteban Pérez Joanico.
El 6 de octubre el Consejo de Ministros, a propuesta de Largo Caballero, refrendada por Azaña y ejecutada por Negrín, tomó una decisión crucial: remitir tres cuartas partes de las reservas auríferas a Moscú. "En el texto solo se indicó que Largo Caballero y Negrín quedaban autorizados a trasladarlo al lugar que considerasen que garantizaba su seguridad", matiza Viñas. Y así fue, el día 25, a bordo de cuatro buques soviéticos —Kim, Jruso, Neva y Volgoles; no Kine, Kursk, Neva y Volgoles, como se dice en el mensaje viralizado— zarparon hacia Moscú las 510 toneladas del precioso material distribuidas en 7.800 cajas.
Francisco Rubiales
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