Con la ayuda del desprestigiado Zapatero, Sánchez pretende relanzar la mortecina Internacional Socialista
Con esa proclamación como presidente de la Internacional Socialista, Sánchez pretende relanzar su débil y desgastada figura política y para lograrlo ha puesto su poderosa maquinaria de propaganda a plenas revoluciones.
Las cosas le iban mal a su gobierno hace una semana. La entrada en vigor de la ley del ‘solo sí es sí’ había provocado la rebaja de las penas de algunos agresores sexuales, algo que el Ejecutivo llevaba meses asegurando que no iba a pasar, y al mismo tiempo se recrudecieron las fracturas dentro de la coalición, con Podemos acusando a los jueces de “machismo”, el PSOE rechazando esas críticas y Yolanda Díaz, cada vez más distanciada del partido morado, prácticamente en silencio. Pedro Sánchez asistió a todos estos temblores desde el extranjero, debido a su participación en la cumbre del clima, en Egipto, y a su viaje a Corea del Sur. Pero a partir del lunes todo cambió.
El Gobierno, para resucitar, recurrió a su mejor arma, que es la mentira, y aprovecho un inexistente insulto de VOX para unirse de nuevo y blanquear a la desprestigiada y archiquemada ministra de igualdad, Irene Montero. Sus factorías de propaganda lograron que a polémica por la ley de garantía integral de libertad sexual quedó en un segundo plano, al mismo tiempo que se aprobaban los presupuestos del año que viene, los impuestos a las grandes fortunas, la banca y las energéticas, así como la admisión a trámite de la reforma penal que deroga la sedición, medidas que reactivaron la mayoría que sostiene a su gobierno, que parece más unida que cuando se inició la legislatura.
El sanchismo resucita, pero lo hace con bajeza, falsedad y antidemocracia, a golpe de propaganda, cerrando los ojos ante la injusticia que significa que los separatistas, golpistas y amigos del terrorismo le dicten el camino y deslumbrando a los españoles con una insolente lluvia de concesiones populistas pagadas disparando el déficit, con engaños y con falsedades.
El gobierno da Sánchez resucita, incluso en las encuestas, pero lo hace incrementando sus trucos, maniobras sucias y traiciones al bien común.
La "guinda" de la resurrección de Sánchez es su aclamación como presidente de la Internacional Socialista, a pesar de que ese organismo, que aglutina a 130 partidos de todo el mundo, lleva años en caída. Su pujanza terminó en la década de los años 90, cuando las sospechas de corrupción de algunos de sus líderes y la entrada en la organización de formaciones corruptas y de corte autoritario hundieron su prestigio y solvencia internacional.
Sánchez, cada día más inclinado a lucirse como dirigente internacional, donde al parecer desconocen sus desmanes antidemocráticos en España, quiere reactivar el peso global de la organización socialista no limpiándola de corruptos y totalitarios, sino a golpe de propaganda y atrayendo de nuevo a los poderosos socialdemócratas alemanes, que se marcharon hace una década huyendo del hedor que esa organización despedía.
Francisco Rubiales
Las cosas le iban mal a su gobierno hace una semana. La entrada en vigor de la ley del ‘solo sí es sí’ había provocado la rebaja de las penas de algunos agresores sexuales, algo que el Ejecutivo llevaba meses asegurando que no iba a pasar, y al mismo tiempo se recrudecieron las fracturas dentro de la coalición, con Podemos acusando a los jueces de “machismo”, el PSOE rechazando esas críticas y Yolanda Díaz, cada vez más distanciada del partido morado, prácticamente en silencio. Pedro Sánchez asistió a todos estos temblores desde el extranjero, debido a su participación en la cumbre del clima, en Egipto, y a su viaje a Corea del Sur. Pero a partir del lunes todo cambió.
El Gobierno, para resucitar, recurrió a su mejor arma, que es la mentira, y aprovecho un inexistente insulto de VOX para unirse de nuevo y blanquear a la desprestigiada y archiquemada ministra de igualdad, Irene Montero. Sus factorías de propaganda lograron que a polémica por la ley de garantía integral de libertad sexual quedó en un segundo plano, al mismo tiempo que se aprobaban los presupuestos del año que viene, los impuestos a las grandes fortunas, la banca y las energéticas, así como la admisión a trámite de la reforma penal que deroga la sedición, medidas que reactivaron la mayoría que sostiene a su gobierno, que parece más unida que cuando se inició la legislatura.
El sanchismo resucita, pero lo hace con bajeza, falsedad y antidemocracia, a golpe de propaganda, cerrando los ojos ante la injusticia que significa que los separatistas, golpistas y amigos del terrorismo le dicten el camino y deslumbrando a los españoles con una insolente lluvia de concesiones populistas pagadas disparando el déficit, con engaños y con falsedades.
El gobierno da Sánchez resucita, incluso en las encuestas, pero lo hace incrementando sus trucos, maniobras sucias y traiciones al bien común.
La "guinda" de la resurrección de Sánchez es su aclamación como presidente de la Internacional Socialista, a pesar de que ese organismo, que aglutina a 130 partidos de todo el mundo, lleva años en caída. Su pujanza terminó en la década de los años 90, cuando las sospechas de corrupción de algunos de sus líderes y la entrada en la organización de formaciones corruptas y de corte autoritario hundieron su prestigio y solvencia internacional.
Sánchez, cada día más inclinado a lucirse como dirigente internacional, donde al parecer desconocen sus desmanes antidemocráticos en España, quiere reactivar el peso global de la organización socialista no limpiándola de corruptos y totalitarios, sino a golpe de propaganda y atrayendo de nuevo a los poderosos socialdemócratas alemanes, que se marcharon hace una década huyendo del hedor que esa organización despedía.
Francisco Rubiales
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