Hay una poesía del cubano en el exilio Cástulo Gregorisch, que plasma con acierto lo que es y representa el infierno cubano después de 60 años de socialismo, siempre bajo la tiranía de los hermanos Fidel y Raúl Castro:
Han convertido a mi tierra
en sucursal del infierno,
apóstatas sin conciencia,
embajadores del miedo.
Como una horda maldita
arrasaron nuestro suelo,
como modernos Atilas,
pisaron y destruyeron.
Se ensañaron con mi patria
acabando con lo bueno,
de sus entrañas brotaban
los mas ruines sentimientos.
Son emisarios del diablo
que aniquilan a mi pueblo,
clavando inmisericordes
los tridentes en sus pechos.
Miles los encarcelados,
miles los que han sido muertos,
millones los desterrados,
millones viven hambrientos.
Miles que aterrorizados
huyendo del feroz fuego,
fúganse en débiles balsas
ahogándose en el océano.
Se queda pequeño Dante
con su muy célebre infierno,
pues éste no es comparable
al que allá se está sufriendo.
En mis tiempos de periodista de la agencia española EFE en América Latina conocí a un embajador de Estados Unidos que me explicó algo sorprendente: "Cuba existe porque Estados Unidos la ha dejado existir, movido por la idea de que sirva para que todos los que en el mundo sienten la tentación del comunismo, al ver la miseria y el dolor que reinan en esa isla, rechacen ese horrible futuro".
Pero la visión aterradora de este "infierno" cubano, atestado de esclavos que padecen bajo la bota del régimen socialista, no parece hacer mella en los muchos españoles que, dando la espalda a la realidad y a la historia, siguen apostando por ese camino de espinas y sufrimiento. España es el país de Europa con más socialistas radicales y el único que tiene a ministros comunistas en su gobierno, lo que le ha hecho perder prestigio y peso en el concierto mundial, donde sí son conscientes de lo que significa la opción comunista, siempre vinculada a la esclavitud, el hambre y la muerte.
La última tendencia dentro del partido Podemos, encarnación perfecta del comunismo en España, empeñado en una desesperada carrera para no desaparecer bajo el rechazo de los ciudadanos, decepcionados con sus hipocresías y mentiras, entre las que sobresalen que su jefe supremo, Pablo Iglesias, se ha convertido en millonario en tiempo record, es estigmatizar a los ancianos y pretender retirarles el derecho a votar.
Algunos comunistas españoles, presos de un torbellino de odio, han llegado a proponer hasta el exterminio físico de los ancianos españoles, exteriorizando su naturaleza tiránica e inhumana.
Por fortuna para España, existen los infiernos de Cuba y Venezuela, capaces de disuadir a millones de ciudadanos e impedirles votar a esos socialistas radicales que quieren convertir la libre y hermosa España en otro "Infierno" sobre la tierra.
También es una fortuna para España que las próximas elecciones de Madrid, fijadas para el 4 de mayo, se hayan convertido en una confrontación directa entre el "infierno" socialista y la opción de libertad que representa el actual gobierno madrileño. Con ese eslogan "Comunismo o Libertad", todo está dicho y la campaña electoral está culminada. Sólo queda votar por la vida frente a la muerte, por el blanco contra el negro, por el progreso frente al atraso, por el "paraíso" en lugar del "infierno".
Francisco Rubiales
Han convertido a mi tierra
en sucursal del infierno,
apóstatas sin conciencia,
embajadores del miedo.
Como una horda maldita
arrasaron nuestro suelo,
como modernos Atilas,
pisaron y destruyeron.
Se ensañaron con mi patria
acabando con lo bueno,
de sus entrañas brotaban
los mas ruines sentimientos.
Son emisarios del diablo
que aniquilan a mi pueblo,
clavando inmisericordes
los tridentes en sus pechos.
Miles los encarcelados,
miles los que han sido muertos,
millones los desterrados,
millones viven hambrientos.
Miles que aterrorizados
huyendo del feroz fuego,
fúganse en débiles balsas
ahogándose en el océano.
Se queda pequeño Dante
con su muy célebre infierno,
pues éste no es comparable
al que allá se está sufriendo.
En mis tiempos de periodista de la agencia española EFE en América Latina conocí a un embajador de Estados Unidos que me explicó algo sorprendente: "Cuba existe porque Estados Unidos la ha dejado existir, movido por la idea de que sirva para que todos los que en el mundo sienten la tentación del comunismo, al ver la miseria y el dolor que reinan en esa isla, rechacen ese horrible futuro".
Pero la visión aterradora de este "infierno" cubano, atestado de esclavos que padecen bajo la bota del régimen socialista, no parece hacer mella en los muchos españoles que, dando la espalda a la realidad y a la historia, siguen apostando por ese camino de espinas y sufrimiento. España es el país de Europa con más socialistas radicales y el único que tiene a ministros comunistas en su gobierno, lo que le ha hecho perder prestigio y peso en el concierto mundial, donde sí son conscientes de lo que significa la opción comunista, siempre vinculada a la esclavitud, el hambre y la muerte.
La última tendencia dentro del partido Podemos, encarnación perfecta del comunismo en España, empeñado en una desesperada carrera para no desaparecer bajo el rechazo de los ciudadanos, decepcionados con sus hipocresías y mentiras, entre las que sobresalen que su jefe supremo, Pablo Iglesias, se ha convertido en millonario en tiempo record, es estigmatizar a los ancianos y pretender retirarles el derecho a votar.
Algunos comunistas españoles, presos de un torbellino de odio, han llegado a proponer hasta el exterminio físico de los ancianos españoles, exteriorizando su naturaleza tiránica e inhumana.
Por fortuna para España, existen los infiernos de Cuba y Venezuela, capaces de disuadir a millones de ciudadanos e impedirles votar a esos socialistas radicales que quieren convertir la libre y hermosa España en otro "Infierno" sobre la tierra.
También es una fortuna para España que las próximas elecciones de Madrid, fijadas para el 4 de mayo, se hayan convertido en una confrontación directa entre el "infierno" socialista y la opción de libertad que representa el actual gobierno madrileño. Con ese eslogan "Comunismo o Libertad", todo está dicho y la campaña electoral está culminada. Sólo queda votar por la vida frente a la muerte, por el blanco contra el negro, por el progreso frente al atraso, por el "paraíso" en lugar del "infierno".
Francisco Rubiales
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