Información y Opinión

¡Viva Madrid! ¡Viva la libertad!



Madrid ya no es sólo la capital de España; es también el símbolo de la libertad, de la resistencia contra el sanchismo y la esperanza de que España cambie y deje de estar manejada por la chusma totalitaria, golpista e independentista.

La batalla de Madrid, al igual que fue decisiva en la guerra civil de 1936. lo es también ahora en la lucha por una España mejor que la que nos construyen Pedro Sánchez y sus tribus de enemigos de la libertad.
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Batalla de Madrid contra la amenaza totalitaria
El fenómeno de las elecciones madrileñas del 4 de mayo es sorprendente y será estudiado en el futuro, en las universidades y centros de estudios políticos de todo el mundo. Todo un pueblo que se aferra a la libertad se siente reflejado en una ciudad y deposita en ella sus esperanzas de liberación y cambio. Madrid es ahora muchos más que la capital de España porque se ha convertido también en el baluarte que hay que defender para salvar a España de las nuevas hordas que pretenden sojuzgarla, degradarla y arruinarla.

Pedro Sánchez, cuya apetencia de poder es desenfrenada, lo sabe y está participando de lleno en la campaña, eclipsando sin misericordia al irrelevante candidato socialista Gabilondo y los demás candidatos que se oponen a la presidenta Díaz-Ayuso, convertida también en heroína simbólica y en bandera de esperanzas y libertades.

Madrid, más que unas elecciones, está celebrando un plebiscito entre el sanchismo y la libertad, entre la España arruinada y sometida que quiere la izquierda y la España renaciente que quieren los españoles decentes. Ni siquiera es ya una lucha entre la derecha y la izquierda, ni entre los distintos partidos, sino una confrontación espiritual entre dos mundos, el totalitario y el libre. Madrid es una ciudad tolerante, con impuestos bajos, impregnada de espíritu liberal y que se resiste a ser esclava de un Estado implacable, dominado por la chusma que odia a España. Madrid es el Berlín de los años ochenta del pasado siglo, donde el muro construido por el comunismo separaba a los esclavos y a los libres.

Pedro Sánchez se juega su futuro en Madrid y él lo sabe. Por eso juega tan fuerte. Pero Madrid le trasciende también a él, como trasciende a su oponente, Isabel Díaz Ayuso. La pelea es ya entre dos concepciones opuestas del mundo: la de la esclavitud y la de la libertad.

Madrid ha sido desde hace muchas décadas, sinónimo de ciudad acogedora, libre y cosmopolita, donde todos encontraban refugio y podían ser libres, amparados por el anonimato de una gran urbe alegre y receptiva, libre y esperanzada. Esa ciudad se ha convertido en cuartel general de la resistencia española contra la opresión y lugar de concentración de los españoles que no quieren ser acribillados por la pobreza, por los altos impuestos y por la autoridad férrea de unos políticos gobernantes que carecen de altura y que se han dejado en la cuneta la decencia, el amor a España y las ideas de libertad y protagonismo del pueblo.

Madrid ya se alzó contra la opresión napoleónica el 2 de mayo de 1808 y ahora quiere alzarse y derrotar a ese Napoleón español de opereta, arrogante, fatuo y peligroso como una víbora, que se llama Pedro Sánchez, que quiere cambiar España como un calcetín, colocando encima de ella la bota de un Estado incuestionable, y lo está logrando con la ayuda de un ejército vergonzoso y corrupto donde militan golpistas, independentistas, amigos del terrorismo y bolcheviques sedientos de poder y de venganza. Los únicos "méritos" del sanchismo son hoy el descaro, el blindaje del poder, la mentira, el acuchillamiento del viejo socialismo decente español, de las libertades y derechos fundamentales conquistados por el pueblo, de la democracia, que aunque castrada y corrompida, existía, de la economía española, hecha trizas durante su corto mandato, y de valores y sentimientos tan vitales como la ilusión, la esperanza, la decencia, la honradez. La verdad y el amor a España.

La batalla de Madrid, además de ser crucial, es fascinante y atrae como un imán, tanto a los canallas y defensores del mundo esclavo como a los que soñamos con la libertad, la decencia y la regeneración. Es una batalla tan importante que terminará por engulliros a todos y en la que es casi imposible ser neutral.

Ojalá la victoria sea de la decencia y sea también la tumba del totalitarismo que se cierne sobre España como un cuervo siniestro.

Francisco Rubiales



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Lunes, 19 de Abril 2021
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