Son casi tan culpables como los políticos de los desastres de España y del inmenso sufrimiento de los españoles. Afirman los periodistas que "Sin Periodismo no hay democracia", pero eso no es cierto porque la democracia no necesita periodistas, sino periodistas independientes, veraces y críticos. En mi obra "Peridostas Sometidos, los perros del poder" defiendo la tesis de que las mayores dictaduras del planeta se han apoyado siempre en periodistas dispuestos a mentir, como buena parte de los españoles de hoy.
En las tertulias, los comunicadores sometidos repiten como loros eso de "la democracia española", cuando en España no existe democracia , ni nada que se le parezca. Algunos lo hacen porque sus patronos, los políticos y los banqueros, necesitan que el pueblo crea que lo que existe en España es una democracia, cuando en realidad es una dictadura camuflada de partidos. Pero decenas de miles de ellos lo hacen por incultura, porque ni siquiera se han molestado en estudiar qué es la democracia.
Ignoran que sin separación de los poderes básicos del Estado, sin una Justicia independiente, sin una ley que sea igual para todos, sin una sociedad civil independiente, que sirva de contrapeso al poder, sin elecciones realmente libres, en la que los ciudadanos sean los que elijan a sus representantes, no los partidos, y sin castigo para los ladrones, corruptos e ineptos, la democracia es imposible y el régimen resultante es una vulgar e ilícita opresión camuflada.
Los principales tertulianos de España discuten ahora, desde su ignorancia temeraria en materia política, cuando deben dimitir los políticos y la mayoría se inclina por defender la barbaridad de que lo hagan cuando sean imputados o, mejor, cuando se les abra juicio oral, ignorando que fuera de España, donde la democracia tiene mas solera y solvencia, las responsabilidades políticas van por un camino distinto de las responsabilidades penales. En Gran Bretaña, Alemania, Francia y, sobre todo, en Estados Unidos, los políticos dimiten por haber falsificado una tesis doctoral, por haber mentido a la policía en una multa de tráfico o simplemente por no haber previsto un fracaso o un error.
Eso es democracia, mientras que lo que existe en España, esa democracia que los periodistas con mas renombre del país defienden, es sólo una basura indecente, cargada de ignominia y opresión.
La ignorancia no exime de culpa y los periodistas españoles deberían saber que de las siete u ocho grandes normas y reglas imprescindibles para la demcoracia, en España no se cumple ni una sóla. No existe libertad plena para elegir a los representantes, ya que son los partidos políticos los que eligen al elaborar listas cerradas y bloqueadas; no existe una ley que sea igual para todos, no existen controles para limitar el poder de los partidos y de los políticos, no hay castigo para los corruptos y delincuentes, no existe una sociedad civil indpendiente que sirva de contrapeso al poder, no existen garantías para que la prensa libre e independiente ejerza su vital misión de fiscalizar a los grandes poderes; no se respeta el imperio de la verdad; no existe participación del ciudadano en los procesos de toma de decisiones, no hay transparencia suficiente, etc. etc.
El primer deber de un periodista honrado en la España actual es decir a sus lectores o seguidores que España no es un país demócrata. Gracias a las mentiras de "los perros del poder" se ha hecho un mito de la Transición, cuando aquello fue una inmensa estafa en la que unos falsos socialistas y unos franquistas reciclados, con el traicionero Carrillo como comparsa, pactaron la simple sustitución del franquismo agonizante por una sucia y autoritaria partitocracia sin ciudadanos, por completo ajena a la democracia y a sus reglas y principios.
Del mismo modo, gracias a las mentiras de los medios de comunicicación, los políticos españoles han podido robar, saquear y destruir el país, llevándolo hasta la ruina y el fracaso. Fenómenos como el enriquecimiento masivo de políticos, la corrupción en todas sus facetas, el saqueo de las cajas de ahorros, el robo a los ciudadanos mediante las participaciones preferentes y otros muchos desmanes nunca hubieran sido posibles sin la despreciable sumisión de los periodistas.
España está ya tan lejos de la decencia que no tiene vuelta atrás. La actual clase política y sus cómplices, sobre todo muchos periodistas y no pocos jueces, jamás se podrán regenerar, hasta el punto de que el país, para salvarse y ser un día una nación de gente decente y libre, tendrá que realizar terapias tan drásticas como las que realizaron húngaros y polacos con los políticos, funcionarios y periodistas del viejo comunismo, que fue arrojado del poder y sustituido masivamente por gente sin un pasado sucio y corrompido.
En mi obra "Peridistas Sometidos" hay un par de frases que merece la pena recordar: Una es "Si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes, España no sería hoy una cloaca". La otra es " El periodismo libre es la columna vertebral de la democracia, pero el periodismo sometido es el sostén de la tiranía. El periodismo español está enfermo porque hay demasiados profesionales que han renunciado a la independencia, que no propagan la verdad, sino la verdad del poder, que es muy distinta".
En las tertulias, los comunicadores sometidos repiten como loros eso de "la democracia española", cuando en España no existe democracia , ni nada que se le parezca. Algunos lo hacen porque sus patronos, los políticos y los banqueros, necesitan que el pueblo crea que lo que existe en España es una democracia, cuando en realidad es una dictadura camuflada de partidos. Pero decenas de miles de ellos lo hacen por incultura, porque ni siquiera se han molestado en estudiar qué es la democracia.
Ignoran que sin separación de los poderes básicos del Estado, sin una Justicia independiente, sin una ley que sea igual para todos, sin una sociedad civil independiente, que sirva de contrapeso al poder, sin elecciones realmente libres, en la que los ciudadanos sean los que elijan a sus representantes, no los partidos, y sin castigo para los ladrones, corruptos e ineptos, la democracia es imposible y el régimen resultante es una vulgar e ilícita opresión camuflada.
Los principales tertulianos de España discuten ahora, desde su ignorancia temeraria en materia política, cuando deben dimitir los políticos y la mayoría se inclina por defender la barbaridad de que lo hagan cuando sean imputados o, mejor, cuando se les abra juicio oral, ignorando que fuera de España, donde la democracia tiene mas solera y solvencia, las responsabilidades políticas van por un camino distinto de las responsabilidades penales. En Gran Bretaña, Alemania, Francia y, sobre todo, en Estados Unidos, los políticos dimiten por haber falsificado una tesis doctoral, por haber mentido a la policía en una multa de tráfico o simplemente por no haber previsto un fracaso o un error.
Eso es democracia, mientras que lo que existe en España, esa democracia que los periodistas con mas renombre del país defienden, es sólo una basura indecente, cargada de ignominia y opresión.
La ignorancia no exime de culpa y los periodistas españoles deberían saber que de las siete u ocho grandes normas y reglas imprescindibles para la demcoracia, en España no se cumple ni una sóla. No existe libertad plena para elegir a los representantes, ya que son los partidos políticos los que eligen al elaborar listas cerradas y bloqueadas; no existe una ley que sea igual para todos, no existen controles para limitar el poder de los partidos y de los políticos, no hay castigo para los corruptos y delincuentes, no existe una sociedad civil indpendiente que sirva de contrapeso al poder, no existen garantías para que la prensa libre e independiente ejerza su vital misión de fiscalizar a los grandes poderes; no se respeta el imperio de la verdad; no existe participación del ciudadano en los procesos de toma de decisiones, no hay transparencia suficiente, etc. etc.
El primer deber de un periodista honrado en la España actual es decir a sus lectores o seguidores que España no es un país demócrata. Gracias a las mentiras de "los perros del poder" se ha hecho un mito de la Transición, cuando aquello fue una inmensa estafa en la que unos falsos socialistas y unos franquistas reciclados, con el traicionero Carrillo como comparsa, pactaron la simple sustitución del franquismo agonizante por una sucia y autoritaria partitocracia sin ciudadanos, por completo ajena a la democracia y a sus reglas y principios.
Del mismo modo, gracias a las mentiras de los medios de comunicicación, los políticos españoles han podido robar, saquear y destruir el país, llevándolo hasta la ruina y el fracaso. Fenómenos como el enriquecimiento masivo de políticos, la corrupción en todas sus facetas, el saqueo de las cajas de ahorros, el robo a los ciudadanos mediante las participaciones preferentes y otros muchos desmanes nunca hubieran sido posibles sin la despreciable sumisión de los periodistas.
España está ya tan lejos de la decencia que no tiene vuelta atrás. La actual clase política y sus cómplices, sobre todo muchos periodistas y no pocos jueces, jamás se podrán regenerar, hasta el punto de que el país, para salvarse y ser un día una nación de gente decente y libre, tendrá que realizar terapias tan drásticas como las que realizaron húngaros y polacos con los políticos, funcionarios y periodistas del viejo comunismo, que fue arrojado del poder y sustituido masivamente por gente sin un pasado sucio y corrompido.
En mi obra "Peridistas Sometidos" hay un par de frases que merece la pena recordar: Una es "Si los periodistas españoles hubieran hecho sus deberes, España no sería hoy una cloaca". La otra es " El periodismo libre es la columna vertebral de la democracia, pero el periodismo sometido es el sostén de la tiranía. El periodismo español está enfermo porque hay demasiados profesionales que han renunciado a la independencia, que no propagan la verdad, sino la verdad del poder, que es muy distinta".