El “Usque tandem”, cargado de rabia, resuena en las profundidades. ¡Hasta cuando abusarán del ciudadano! ¡Hasta dónde van a degradar la democracia! El olor abismal de las cloacas sube hiriente mordiendo con dientes afilados los votos de la escasa ilusión que va quedando. El “Voto en blanco” y el de la abstención es el pobre residuo que dejan en esta degradación. Urge reformar la ley electoral; las componendas y los manejos inadmisibles han saturado la paciencia ya agostada y hastiada. La burla al elector ha terminado.
Ciu, los legítimos e indiscutibles ganadores de los comicios, son arrinconados y aquellos tres fracasados y rechazados por la urnas se lanzan a «la ocupación del poder»; la voz del elector, antes buscada, ahora es despreciada y raudos ellos, saltan a componer su propio sayo, gracias a los pactos de despacho apestado de codicia, imposición y segregacionismo. Se ha consumado la confabulación, se ha concertado el fraude y la traición a mucha gente, a la que se le han sustraído las verdaderas intenciones. Esta triada impresentable infecta la política, como otras muchas; su virulento carcoma suscita la clara decepción, frustración y rechazo hacia el político y sus comicios. PSC, ERC e ICV dicen «iniciar una etapa de estabilidad», de «ambición nacional» y despliegue del nuevo Estatuto «con todas sus potencialidades»; lo rechazó la mayoría, sólo obtuvo un tercio de los votos, pero, ellos, erre que erre, toma estatuto por fuerza. Es el Gobierno más disparatado de la historia democrática de Cataluña. Madrid impotente –ahora nos acordamos de D. Felipe- no ha podido con sus socios socialistas; ni los intentos de Chaves, ni las gestiones de Rubalcaba, ni las súplicas de muchos de la Ejecutiva han puesto cordura en Barcelona. Es la patada directa al Premier Socialista y aún esperan que esto no arramble con Zapatero.
Las furiosas caceroladas y los ímpetus de gentes sanas y honradas, adversas a tamaña “entesa”, claman contra la voracidad política de estos sujetos, figurantes de un imperioso catalanismo, deplorable incluso para Tarradellas, Verdaguer –si los vieran- y para todo catalán de pro.
No se puede entender ni admitir que la voluntad del elector salga defenestrada; y se ha convertido en práctica generalizada, son ya muchas y casi permanentes las maniobras postelectorales que, despreciando la voz del votante, vienen con sus rabiosas ambiciones a arrebatar el mandato otorgado por el voto. La reforma es perentoria; habrá que introducir el sistema de segunda vuelta, que se ve necesario y competente; a causa de este sarnoso enjuague de democracia al prurito de los partidos, se quedarán solos con sus votaciones y artimañas o seguirán hasta que, como dice Casona en la “Barca sin pescador”, el pueblo no aguante más y ponga las poltronas y las cartas en su sitio. ¡Pero, hay que ver cómo aguanta!
Camilo Valverde Mudarra
Ciu, los legítimos e indiscutibles ganadores de los comicios, son arrinconados y aquellos tres fracasados y rechazados por la urnas se lanzan a «la ocupación del poder»; la voz del elector, antes buscada, ahora es despreciada y raudos ellos, saltan a componer su propio sayo, gracias a los pactos de despacho apestado de codicia, imposición y segregacionismo. Se ha consumado la confabulación, se ha concertado el fraude y la traición a mucha gente, a la que se le han sustraído las verdaderas intenciones. Esta triada impresentable infecta la política, como otras muchas; su virulento carcoma suscita la clara decepción, frustración y rechazo hacia el político y sus comicios. PSC, ERC e ICV dicen «iniciar una etapa de estabilidad», de «ambición nacional» y despliegue del nuevo Estatuto «con todas sus potencialidades»; lo rechazó la mayoría, sólo obtuvo un tercio de los votos, pero, ellos, erre que erre, toma estatuto por fuerza. Es el Gobierno más disparatado de la historia democrática de Cataluña. Madrid impotente –ahora nos acordamos de D. Felipe- no ha podido con sus socios socialistas; ni los intentos de Chaves, ni las gestiones de Rubalcaba, ni las súplicas de muchos de la Ejecutiva han puesto cordura en Barcelona. Es la patada directa al Premier Socialista y aún esperan que esto no arramble con Zapatero.
Las furiosas caceroladas y los ímpetus de gentes sanas y honradas, adversas a tamaña “entesa”, claman contra la voracidad política de estos sujetos, figurantes de un imperioso catalanismo, deplorable incluso para Tarradellas, Verdaguer –si los vieran- y para todo catalán de pro.
No se puede entender ni admitir que la voluntad del elector salga defenestrada; y se ha convertido en práctica generalizada, son ya muchas y casi permanentes las maniobras postelectorales que, despreciando la voz del votante, vienen con sus rabiosas ambiciones a arrebatar el mandato otorgado por el voto. La reforma es perentoria; habrá que introducir el sistema de segunda vuelta, que se ve necesario y competente; a causa de este sarnoso enjuague de democracia al prurito de los partidos, se quedarán solos con sus votaciones y artimañas o seguirán hasta que, como dice Casona en la “Barca sin pescador”, el pueblo no aguante más y ponga las poltronas y las cartas en su sitio. ¡Pero, hay que ver cómo aguanta!
Camilo Valverde Mudarra