La ya pobre imagen y el pésimo prestigio de Zapatero como dirigente de una España mal gobernada, que avanza hacia la pobreza y el fracaso, se hunden todavía más tras publicarse las revelaciones de WikiLeaks sobre las relaciones entre el gobierno de España y Estados Unidos, con un Zapatero que se "arrastra" mendigando amistad ante el gobierno de Bush, ofreciéndole más implicación española en la guerra de Afganistán, libertad de vuelo para los aviones de la CIA, acoger presos de Guantánamo y más presencia militar norteamericana en la base aeronaval de Rota.
WikiLeaks es un fenómeno mundial que merece el apoyo de los demócratas, sobre todo porque, además de destapar secretos gubernamentales que, según las reglas de la transparencia democrática, siempre deberían conocer los ciudadanos, está descubriendo ante la opinión pública mundial que los gobiernos mienten por sistema y que hay demasiados sinvergüenzas y mediocres gobernando el mundo.
La imagen de Zapatero mendigando amistad ante Estados Unidos es nauseabunda para cualquier español demócrata o para quien al menos conserve un poco de orgullo. Algunas de esas imágenes fueron captadas por las cámaras, para vergüenza de España, como las que retrataban a un Zapatero que perseguía sin éxito a Bush en las cumbres internacionales, sólo para darle la mano. Cuando Busch dejó de ser presidente, dijo al embajador de Obama con un servilismo inaceptable: "Todas las puertas están abiertas para usted".
Lo que retrata WikiLeaks y publica "El País" es, con toda crudeza, la imagen de un pedigüeño que se arrastra sin dignidad en busca del perdón del amo.
Presiona a Moratinos con histeria para que "consiga" el perdón de Bush, moviliza a su pretoriano personal, Bernardino León, para que negocie ante los norteamericanos concesiones impensables en un político de izquierdas, como una alianza mayor, más presencia española en la guerra de Afganistán y un incremento gratuito de la potencia de las bases USA en territorio español. Zapatero se siente desolado porque no tiene el favor de Estados Unidos. Su imagen es patética, sobre todo porque ha sido él mismo el que ha destruído la alianza, al retirarse sin diálogo ni negociación del escenario de Irak, al recomendar en Tunez que otros países hicieran lo mismo y, años antes, al permanecer sentado cuando la bandera de los Estados Unidos desfilaba por el paseo de la Castellana.
A la larga lista de errores y daños causados por Zapatero a España hay que agregar ahora un nuevo "blasón" el de su comportamiento baboso e indigno ante el Imperio,
WikiLeaks ha contado la patética entrevista de Moratinos con el embajador americano, en la que el español se queja de que siendo España la octava potencia mundial, Estados Unidos la trata como un país de quinta fila, pero lo que no ha contado WikiLeaks es algo mucho más grave, que ya contó Voto en Blanco hace cuatro años en numerosos artículos de aquella etapa: que el antiamericanismo barato de ZP le costó a España muchos miles de millones de euros porque, por su culpa, España quedó marginada de contratos que ya había pactado Aznar, como el del mantenimiento de toda la flota americana del Mediterráneo en puertos españoles, varios contratos de ventas de equipo a Estados Unidos, contratos de aprovisionamiento a Irak y muchas exportaciones de productos españoles a terceros países que, por incorporar tecnología USA, fueron vetados por Washingtom, entre ellos una suculenta venta de equipos militares a Venezuela.
Ningún español, por muy sometido y abducido que se encuentre por el PSOE y por la degradación política puede sentirse orgullo de este español, que se llama Zapatero y que se arrastra sin dignidad ante los USA.
WikiLeaks es un fenómeno mundial que merece el apoyo de los demócratas, sobre todo porque, además de destapar secretos gubernamentales que, según las reglas de la transparencia democrática, siempre deberían conocer los ciudadanos, está descubriendo ante la opinión pública mundial que los gobiernos mienten por sistema y que hay demasiados sinvergüenzas y mediocres gobernando el mundo.
La imagen de Zapatero mendigando amistad ante Estados Unidos es nauseabunda para cualquier español demócrata o para quien al menos conserve un poco de orgullo. Algunas de esas imágenes fueron captadas por las cámaras, para vergüenza de España, como las que retrataban a un Zapatero que perseguía sin éxito a Bush en las cumbres internacionales, sólo para darle la mano. Cuando Busch dejó de ser presidente, dijo al embajador de Obama con un servilismo inaceptable: "Todas las puertas están abiertas para usted".
Lo que retrata WikiLeaks y publica "El País" es, con toda crudeza, la imagen de un pedigüeño que se arrastra sin dignidad en busca del perdón del amo.
Presiona a Moratinos con histeria para que "consiga" el perdón de Bush, moviliza a su pretoriano personal, Bernardino León, para que negocie ante los norteamericanos concesiones impensables en un político de izquierdas, como una alianza mayor, más presencia española en la guerra de Afganistán y un incremento gratuito de la potencia de las bases USA en territorio español. Zapatero se siente desolado porque no tiene el favor de Estados Unidos. Su imagen es patética, sobre todo porque ha sido él mismo el que ha destruído la alianza, al retirarse sin diálogo ni negociación del escenario de Irak, al recomendar en Tunez que otros países hicieran lo mismo y, años antes, al permanecer sentado cuando la bandera de los Estados Unidos desfilaba por el paseo de la Castellana.
A la larga lista de errores y daños causados por Zapatero a España hay que agregar ahora un nuevo "blasón" el de su comportamiento baboso e indigno ante el Imperio,
WikiLeaks ha contado la patética entrevista de Moratinos con el embajador americano, en la que el español se queja de que siendo España la octava potencia mundial, Estados Unidos la trata como un país de quinta fila, pero lo que no ha contado WikiLeaks es algo mucho más grave, que ya contó Voto en Blanco hace cuatro años en numerosos artículos de aquella etapa: que el antiamericanismo barato de ZP le costó a España muchos miles de millones de euros porque, por su culpa, España quedó marginada de contratos que ya había pactado Aznar, como el del mantenimiento de toda la flota americana del Mediterráneo en puertos españoles, varios contratos de ventas de equipo a Estados Unidos, contratos de aprovisionamiento a Irak y muchas exportaciones de productos españoles a terceros países que, por incorporar tecnología USA, fueron vetados por Washingtom, entre ellos una suculenta venta de equipos militares a Venezuela.
Ningún español, por muy sometido y abducido que se encuentre por el PSOE y por la degradación política puede sentirse orgullo de este español, que se llama Zapatero y que se arrastra sin dignidad ante los USA.