El presidente del Gobierno no asistirá el próximo lunes 1 de septiembre al funeral de Estado por las víctimas del accidente de Barajas. La excusa oficial es que debe acudir a una cumbre europea, convocada por Sarkozy, para analizar la crisis entre Rusia y Georgia, pero la verdad es que el presidente le tiene pánico a los abucheos y teme que en el funeral se produzcan como consecuencia de la indignación de los familiares de las víctimas ante la actuación del gobierno y de la compañóa aérea Spanair.
El funeral de Estado por las víctimas del accidente del pasado miércoles será oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Al acto acudirá la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, además de miembros de la Casa Real, varios ministros y los responsables del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital. Además, estarán los familiares de los 154 fallecidos.
Diversos medios de prensa manifiestan hoy su sorpresa ante la ausencia de Zapatero en un acto de tanto interés, sobre todo cuando España se ha mantenido hasta ahora muy al margen del conflicto georgiano.
La verdadera razón de la ausencia es el pánico que Zapatero tiene a los abucheos y su decisión de no padecerlos más. Ni siquiera la planificada presencia de miembros de la Casa Real en el acto ha vencido la resistencia del presidente del gobierno, que cree que su primera obligación es cuidar su imagen y él es consciente de que esa imagen se deteriora gravemente con los abucheos ciudadanos.
El funeral de Estado por las víctimas del accidente del pasado miércoles será oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Al acto acudirá la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, además de miembros de la Casa Real, varios ministros y los responsables del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital. Además, estarán los familiares de los 154 fallecidos.
Diversos medios de prensa manifiestan hoy su sorpresa ante la ausencia de Zapatero en un acto de tanto interés, sobre todo cuando España se ha mantenido hasta ahora muy al margen del conflicto georgiano.
La verdadera razón de la ausencia es el pánico que Zapatero tiene a los abucheos y su decisión de no padecerlos más. Ni siquiera la planificada presencia de miembros de la Casa Real en el acto ha vencido la resistencia del presidente del gobierno, que cree que su primera obligación es cuidar su imagen y él es consciente de que esa imagen se deteriora gravemente con los abucheos ciudadanos.
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