Zapatero quiere mantenerse en el poder hasta las elecciones generales de 2012, en contra de la voluntad mayoritaria de los españoles y con el apoyo explícito de partidos antiespañoles como PNV, CIU, ERC, BNG, CC y otros, entre ellos el nuevo fichaje de BILDU, los amigos íntimos de ETA.
El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, dedicaba todo su esfuerzo a tejer una red protectora de partidos nacionalistas para que su amigo Zapatero pueda aguantar en la Moncloa hasta el final de la legislatura, cuando sufrió el ictus cerebral que hoy le tiene ingresado en un hospital madrileño.
La actitud de Zapatero, miserable, ilegítima y antidemocrática, aunque legal porque la ley en España tiene grietas y déficits dramáticos, está siendo criticada en todos los rincones del país, incluso en su propio partido, donde muchos son conscientes de que la presencia de Zapatero al frente del Ejecutivo perjudica seriamente el futuro del socialismo y coloca a España en una situación internacional difícil, con un gobierno débil y claramente desautorizado en las urnas por su pueblo.
Golpeada por la crisis, acosada por los mercados, sin prestigio ni peso exterior y mal gobernada, España necesita que Zapatero desaparezca del poder para iniciar su largo peregrinar hacia la recuperación de la prosperidad y la decencia.
Nadie duda que los partidos nacionalistas antiespañoles, a cambio de dinero y concesiones, prestarán una vez más su apoyo al nefasto Zapatero, un cadáver político cuyo hedor inunda ya toda el territorio español, alcanzando también a los países limítrofes y aliados. Los nacionalistas extremos que odian a España saben que la mejor forma de debilitar la nación es apoyando al inepto que la gobierna.
El blindaje de Zapatero en el poder, además de dañar seriamente a España, condena a su partido casi a la desaparición. Con un Zapatero resistiendo en la Moncloa, en contra de la voluntad popular, hasta las elecciones de 2012, el PSOE corre grave riesgo de ser sobrepasado por Izquierda Unida y otros partidos como UPyD e, incluso, de ingresar en el Grupo Mixto, si la ira ciudadana toma conciencia de la inmensa bajeza que representa esa decisión del presidente.
El portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, dedicaba todo su esfuerzo a tejer una red protectora de partidos nacionalistas para que su amigo Zapatero pueda aguantar en la Moncloa hasta el final de la legislatura, cuando sufrió el ictus cerebral que hoy le tiene ingresado en un hospital madrileño.
La actitud de Zapatero, miserable, ilegítima y antidemocrática, aunque legal porque la ley en España tiene grietas y déficits dramáticos, está siendo criticada en todos los rincones del país, incluso en su propio partido, donde muchos son conscientes de que la presencia de Zapatero al frente del Ejecutivo perjudica seriamente el futuro del socialismo y coloca a España en una situación internacional difícil, con un gobierno débil y claramente desautorizado en las urnas por su pueblo.
Golpeada por la crisis, acosada por los mercados, sin prestigio ni peso exterior y mal gobernada, España necesita que Zapatero desaparezca del poder para iniciar su largo peregrinar hacia la recuperación de la prosperidad y la decencia.
Nadie duda que los partidos nacionalistas antiespañoles, a cambio de dinero y concesiones, prestarán una vez más su apoyo al nefasto Zapatero, un cadáver político cuyo hedor inunda ya toda el territorio español, alcanzando también a los países limítrofes y aliados. Los nacionalistas extremos que odian a España saben que la mejor forma de debilitar la nación es apoyando al inepto que la gobierna.
El blindaje de Zapatero en el poder, además de dañar seriamente a España, condena a su partido casi a la desaparición. Con un Zapatero resistiendo en la Moncloa, en contra de la voluntad popular, hasta las elecciones de 2012, el PSOE corre grave riesgo de ser sobrepasado por Izquierda Unida y otros partidos como UPyD e, incluso, de ingresar en el Grupo Mixto, si la ira ciudadana toma conciencia de la inmensa bajeza que representa esa decisión del presidente.