Con el venezolano Chávez también ha perdido la batalla. Cientos de miles de ciudadanos salen a las calles para rechazarlo. Nadie se explica cómo y por qué Zapatero está hundiendo a España de manera tan inmisericorde y cruel, ni entiende por qué no escucha y sigue los consejos de los expertos y de las grandes instituciones internacionales, o por qué razón persiste en los errores y dramas que están llevando a España hasta el abismo. Tampoco se entiende que no dimita, a pesar de que tiene acumulados errores y reveses que justificarían una docena de dimisiones. Es el peor dirigente político de España en los últimos siglos y está causando estragos, pero tiene maniatado al PSOE, que, inexplicablemente, le sigue apoyando, e hipnotizada a media España, incapaz de asumir la enormidad del desastre que representa la presidencia de Zapatero. Algunos le tachan de inepto, pero la "ineptitud" no puede explicar todos los dramas y daños que causa. Sin embargo, existe una explicación cargada de lógica que lo explica todo: el presidente del gobierno podría ser un peligroso "gafe", un temible portador de infortunio, de esos que nacen uno cada dos siglos, un ser extraordinario y cargado de energía, que arruina todo lo que toca o se encuentra en su entorno.
La tesis de que Zapatero era “gafe” empezó a circular por España allá por el año 2006, apenas dos años después de su primera victoria electoral. La teoría se basaba en que todo lo que tocaba se hundía y los hechos fortalecían esa suposición, cada día más sólida:
- Apoyó a la candidata socialista Ségolène Royal, perdedora de las elecciones frente a Nicolás Sarkozy.
- En abril de 2006 protagonizó una entrada triunfal en la bolsa española para hablar con euforia de la marcha de la economía, pero poco después de que abandonara el edificio la bolsa se desplomó.
- En las mismas fechas, su "amigo" Pascual Maragall, sorprendió a la opinión pública española afirmando que el Estatut de Cataluña, probablemente la pieza política clave del gobierno Zapatero, había sido "un error".
-Su amigo Miguel Sebastián, designado por el propio Zapatero candidato a la Alcaldía de Madrid, se hunde en las encuestas tras verse implicado en los escándalos de la CNMV y se convirtió en un gran fiasco electoral tras quedar humillado en su enfrentamiento a Ruíz Gallardón.
-En febrero de 2007 Zapatero asistió en Ibiza a la cumbre hispano-italiana, donde abrazó a Romano Prodi, quien, nada más regresar a Roma, presentó la dimisión. Mira que Prodi, un superviviente nato de la política, ha sorteado crisis. Sin embargo, al parecer, no pudo superar el "terrible" abrazo de ZP.
-Aparte del "letal" abrazo a Prodi, otro de sus peores reveses fue la reforma del Estatuto de Andalucía, aprobado con la mayor abstención de la democracia española ,por menos de tres de cada diez electores, al que hay que agregar otro revés como el fracaso del reportaje del terrorista De Juana Chaos publicado en “The Times” de Londres, ideado para despertar la misericordia de los españoles ante un ser postrado y sufriente, consiguiendo así el impulso del estancado “proceso” de paz. En lugar de despertar sentimientos de solidaridad con el escuálido terrorista, la operación indignó a los españoles y provocó el rechazo ciudadano ante los trucos del Ministerio del Interior y ante las incomprensibles "debilidades" del gobierno democrático con el ejercito sanguinario de ETA.
-Otro fracaso sonado fue el “varapalo” del Consejo de Estado a la asignatura “Educación para la Ciudadanía”, patrocinada por Zapatero como sustituta de las materias religiosas. Mercedes Cabrera parecía feliz ante el proyecto de crear una nueva moral para los españoles, pero la asignatura favorita del gobierno recibió críticas muy serias del Consejo de Estado, que la ministra cometió el error de silenciar.
-Pero hay reveses más graves e incomprensibles de un Zapatero al que todo se le vuelve en contra. El mayor de todos quizás sea el cosechado en los últimos días del año 2006, cuando el presidente del gobierno se dirigió a los españoles para transmitirle un optimismo desbordado (hoy estamos mejor que ayer y el año que viene estaremos mejor que hoy) y al día siguiente el terrorismo etarra e colocó una enorme bomba en los aparcamientos de Barajas, dando al traste con el optimismo presidencial y provocándole un depresión que tuvo que superar escondido en el Parque Nacional de Doñana.
-Gas Natural confió en las promesas del entorno de Zapatero y presentó una OPA para hacerse con ENDESA, pero un año después la operación había fracasado y la primera eléctrica española, tras multiplicar su valor en bolsa, caía en manos de la industria eléctrica italiana.
-No menos sonado fue el fracaso cosechado por Zapatero con el Estatuto de Cataluña, una ley que suscitó la oposición masiva de los españoles y que sólo consiguió ser aprobada en un triste referéndum por uno de cada tres electores catalanes.
Los gafes suelen ser portadores de infortunio de corto alcance porque sus efluvios negativos sólo alcanzan a su entorno más inmediato. El problema se convierte en drama o catástrofe cuando un gafe alcanza la cúspide de una empresa, organización o Estado porque entonces todos los que dependen de su poder quedan bajo su influencia negativa.
Dos de sus primeras “gafadas” fueron memorables: la primera le ocurrió antes de las ultimas elecciones generales en Alemania, cuando presto todo su apoyo a Gerhard Schroeder y a su partido, el SPD, pero resultó derrotado por Angela Merkel y el CDU, a los que había desdeñado; la segunda fue cuando se volcó con un entusiasmo desbordado a favor del voto afirmativo en el referéndum sobre el proyecto de la constitución europea. El resultado es conocido por todos: la victoria del voto negativo paralizó Europa y envió el proyecto de constitución al basurero.
Similares fracasos ha cosechado ZP en casi todas las restantes líneas básicas y operaciones claves de su gobierno, entre las que cabe mencionar el descontrol de la inmigración y su fracasada alianza con Convergencia y Unió, frustrada por un Montilla rebelde que cerró el camino de la Generalitat a los convergentes al reeditar, contra la opinión de Zapatero, el desprestigiado “tripartito” en Cataluña.
Lo que al principio fue sólo una sospecha de pasillos y bares, se convirtió pronto en toda una tesis sólida, basada en evidencias incuestionables. El “Zapatero gafe” parecía un hecho científicamente comprobado. Las cosas le salían mal y todo el que se relacionara con él terminaba irremisiblemente dañado.
Sin embargo, su sorprendente victoria electoral en 2008 cortó de raíz aquella tesis porque parecía evidente que un “gafe” no podía ganar unas elecciones como aquellas, logrando que, a pesar de sus múltiples y sonados errores, la mayoría de los españoles le renovaran la confianza para que les gobernara en una segunda legislatura.
Sin embargo, los dramas de España bajo Zapatero siguieron produciéndose a partir de 2008 con una persistencia inexorable, causando desgracias enormes en su entorno.
El viernes 22 de mayo de 2009, en el mitin de inicio de la campaña electoral para las europeas, celebrado por Zapatero en Murcia, una grúa de televisión se desplomó sobre el público y ocho personas sufrieron lesiones. Algunos medios volvieron a esgrimir el viejo fantasma del “gafe” del presidente.
Lo del martes 23 de junio de 2009 fue memorable: después de "triunfar" en Togo poniendo su nombre a la ley que abole la pena de muerte en el país, Zapatero se topó con una nube de mosquitos que obligó al avión que le transportaba, el Falcon 900 T-18 del Ejército del Aire, a abortar con toda urgencia el despegue. Como el aparato ya había cogido gran velocidad, el violento frenazo provocó la pérdida de presión de las ruedas, circunstancia que, una vez detectada, hizo imposible un segundo intento de despegue.
Ocultó la existencia de una crisis económica para ganar las elecciones de 2008 y se retrasó al adoptar medias, lo que ha causado daños enormes a la economía española, la peor parada de Occidente, con más de cuatro millones de parados oficiales y cinco reales.
El endeudamiento público de España es sobrecogedor y ha hipotecado ya la riqueza de las próximas tres generaciones de españoles.
El desgaste de sus ministros ha sido y es dramático. El de Justicia tuvo que dimitir al ser sorprendido en una cacería elitista con el juez Garzón. La actual ministra de defensa, señalada por muchos como “delfina” de Zapatero, está debilitada por haber ocultado un brote de gripe A en un acuartelamiento y por otros desatinos. La ministra de igualdad ha dicho algo tan estúpido como que “un feto de 13 meses no es humano”. El vicepresidente tercero, el andaluz Manuel Chaves, se niega a dimitir a pesar de que el asunto de la subvención a su hija Paula lo señala como más que presunto corrupto, lo desprestigia y coloca al pie de los caballos, etc., etc.
Hablé no hace mucho con un eminente psiquiatra madrileño sobre los gafes y me aseguró que el verdadero gafe es un puro portador de infortunio y que sus efectos nocivos causan daño a todo el que se le acerca y a casi todo lo que emprende, pero que ese infortunio no tiene por qué afectar directamente al “gafe”, que puede ser inmune e, incluso, un tipo personalmente afortunado.
Esa tesis explicaría por qué Zapatero ganó las elecciones de 2008 sin dejar de ser gafe y como pudo seguir causando a España y a los españoles los daños y dramas que hoy son visibles: cinco millones de parados, ocho millones de pobres, la economía hundida en depresión, el tejido productivo hecho trizas, la moral del país por los suelos, el gobierno paralizado, la oposición noqueada, el futuro de España amenazado por el endeudamiento y el déficit y, sobre todo, un presidente que parece escaparse de lo racional y que se comporta como un alienigena, ignorando los consejos de los expertos, aislándose, destruyendo su prestigio internacional, incapaz de ganar una sola batalla como presidente de turno de la Unión Europea y hundiéndose en las encuestas, después de haber dejado a España como un guiñapo.
La presidencia europea de Zapatero es la mejor prueba imaginable de que el pobre hombre está gafado: en dos meses le han rechazado todas sus iniciativa, desde su propuesta de sancionar a los países que no cumplan los planes económicos hasta su intención de levantar las sanciones a China y a Cuba, sin olvidar la humillación que sufrió cuando fue marginado de la negociación para salvar a Grecia.
Su relación con Obama no es menos desafortunada. El primer presidente mulato fue recibido por las filas “progres” de Zapatero como un héroe y los portavoces del “gafe” dijeron que la convergencia de los dos líderes era un “acontecimiento planetario”. Sin embargo, Obama se muestra frío y distante con Zapatero, al que ni siquiera concedió un aparte cuando le invitó al Desayuno de la Oración. Quizás para demostrar hasta que punto se siente “lejos” de Zapatero, Obama dispensó al Rey Juan Carlos un trato especial y en el almuerzo privado que le ofreció en la Casa Blanca, le expresó su preocupación por la pérdida de credibilidad de Zapatero.
La crisis, ante la que se siente impotente, le está devorando; la prensa internacional le está crucificando y los españoles dispuestos a votarle son cada día menos.
Aunque los suyos cierren los ojos y los sentidos a la evidencia, la de Zapatero es la historia patente y casi científica de un gafe de gran talla, cuyos efluvios, portadores de infortunio, son de alta densidad, de largo alcance, dañinos y casi letales. Es más que probable que el comportamiento atolondrado de Rajoy y del PP, incapaces de acosar a un inepto Zapatero con una oposición sólida e ilusionante, sea también consecuencia de los efluvios negativos del gafe de la Moncloa.
A pesar de que España se cae a pedazos y de que la Comisión Europea acaba de humillarlo de nuevo al advertirle que la subida del IVA que proyecta aplastará el pequeño brote de la economía española, Zapatero sigue afirmando que sólo él tiene razón, frente a todos y contra todos, que él siempre ha sido un tipo afortunado, que no sabe perder”, como le dijo al hoy ministro Gabilondo, por entonces rector, en vísperas de iniciar sus desgraciadas negociaciones con ETA.
La tesis de que Zapatero era “gafe” empezó a circular por España allá por el año 2006, apenas dos años después de su primera victoria electoral. La teoría se basaba en que todo lo que tocaba se hundía y los hechos fortalecían esa suposición, cada día más sólida:
- Apoyó a la candidata socialista Ségolène Royal, perdedora de las elecciones frente a Nicolás Sarkozy.
- En abril de 2006 protagonizó una entrada triunfal en la bolsa española para hablar con euforia de la marcha de la economía, pero poco después de que abandonara el edificio la bolsa se desplomó.
- En las mismas fechas, su "amigo" Pascual Maragall, sorprendió a la opinión pública española afirmando que el Estatut de Cataluña, probablemente la pieza política clave del gobierno Zapatero, había sido "un error".
-Su amigo Miguel Sebastián, designado por el propio Zapatero candidato a la Alcaldía de Madrid, se hunde en las encuestas tras verse implicado en los escándalos de la CNMV y se convirtió en un gran fiasco electoral tras quedar humillado en su enfrentamiento a Ruíz Gallardón.
-En febrero de 2007 Zapatero asistió en Ibiza a la cumbre hispano-italiana, donde abrazó a Romano Prodi, quien, nada más regresar a Roma, presentó la dimisión. Mira que Prodi, un superviviente nato de la política, ha sorteado crisis. Sin embargo, al parecer, no pudo superar el "terrible" abrazo de ZP.
-Aparte del "letal" abrazo a Prodi, otro de sus peores reveses fue la reforma del Estatuto de Andalucía, aprobado con la mayor abstención de la democracia española ,por menos de tres de cada diez electores, al que hay que agregar otro revés como el fracaso del reportaje del terrorista De Juana Chaos publicado en “The Times” de Londres, ideado para despertar la misericordia de los españoles ante un ser postrado y sufriente, consiguiendo así el impulso del estancado “proceso” de paz. En lugar de despertar sentimientos de solidaridad con el escuálido terrorista, la operación indignó a los españoles y provocó el rechazo ciudadano ante los trucos del Ministerio del Interior y ante las incomprensibles "debilidades" del gobierno democrático con el ejercito sanguinario de ETA.
-Otro fracaso sonado fue el “varapalo” del Consejo de Estado a la asignatura “Educación para la Ciudadanía”, patrocinada por Zapatero como sustituta de las materias religiosas. Mercedes Cabrera parecía feliz ante el proyecto de crear una nueva moral para los españoles, pero la asignatura favorita del gobierno recibió críticas muy serias del Consejo de Estado, que la ministra cometió el error de silenciar.
-Pero hay reveses más graves e incomprensibles de un Zapatero al que todo se le vuelve en contra. El mayor de todos quizás sea el cosechado en los últimos días del año 2006, cuando el presidente del gobierno se dirigió a los españoles para transmitirle un optimismo desbordado (hoy estamos mejor que ayer y el año que viene estaremos mejor que hoy) y al día siguiente el terrorismo etarra e colocó una enorme bomba en los aparcamientos de Barajas, dando al traste con el optimismo presidencial y provocándole un depresión que tuvo que superar escondido en el Parque Nacional de Doñana.
-Gas Natural confió en las promesas del entorno de Zapatero y presentó una OPA para hacerse con ENDESA, pero un año después la operación había fracasado y la primera eléctrica española, tras multiplicar su valor en bolsa, caía en manos de la industria eléctrica italiana.
-No menos sonado fue el fracaso cosechado por Zapatero con el Estatuto de Cataluña, una ley que suscitó la oposición masiva de los españoles y que sólo consiguió ser aprobada en un triste referéndum por uno de cada tres electores catalanes.
Los gafes suelen ser portadores de infortunio de corto alcance porque sus efluvios negativos sólo alcanzan a su entorno más inmediato. El problema se convierte en drama o catástrofe cuando un gafe alcanza la cúspide de una empresa, organización o Estado porque entonces todos los que dependen de su poder quedan bajo su influencia negativa.
Dos de sus primeras “gafadas” fueron memorables: la primera le ocurrió antes de las ultimas elecciones generales en Alemania, cuando presto todo su apoyo a Gerhard Schroeder y a su partido, el SPD, pero resultó derrotado por Angela Merkel y el CDU, a los que había desdeñado; la segunda fue cuando se volcó con un entusiasmo desbordado a favor del voto afirmativo en el referéndum sobre el proyecto de la constitución europea. El resultado es conocido por todos: la victoria del voto negativo paralizó Europa y envió el proyecto de constitución al basurero.
Similares fracasos ha cosechado ZP en casi todas las restantes líneas básicas y operaciones claves de su gobierno, entre las que cabe mencionar el descontrol de la inmigración y su fracasada alianza con Convergencia y Unió, frustrada por un Montilla rebelde que cerró el camino de la Generalitat a los convergentes al reeditar, contra la opinión de Zapatero, el desprestigiado “tripartito” en Cataluña.
Lo que al principio fue sólo una sospecha de pasillos y bares, se convirtió pronto en toda una tesis sólida, basada en evidencias incuestionables. El “Zapatero gafe” parecía un hecho científicamente comprobado. Las cosas le salían mal y todo el que se relacionara con él terminaba irremisiblemente dañado.
Sin embargo, su sorprendente victoria electoral en 2008 cortó de raíz aquella tesis porque parecía evidente que un “gafe” no podía ganar unas elecciones como aquellas, logrando que, a pesar de sus múltiples y sonados errores, la mayoría de los españoles le renovaran la confianza para que les gobernara en una segunda legislatura.
Sin embargo, los dramas de España bajo Zapatero siguieron produciéndose a partir de 2008 con una persistencia inexorable, causando desgracias enormes en su entorno.
El viernes 22 de mayo de 2009, en el mitin de inicio de la campaña electoral para las europeas, celebrado por Zapatero en Murcia, una grúa de televisión se desplomó sobre el público y ocho personas sufrieron lesiones. Algunos medios volvieron a esgrimir el viejo fantasma del “gafe” del presidente.
Lo del martes 23 de junio de 2009 fue memorable: después de "triunfar" en Togo poniendo su nombre a la ley que abole la pena de muerte en el país, Zapatero se topó con una nube de mosquitos que obligó al avión que le transportaba, el Falcon 900 T-18 del Ejército del Aire, a abortar con toda urgencia el despegue. Como el aparato ya había cogido gran velocidad, el violento frenazo provocó la pérdida de presión de las ruedas, circunstancia que, una vez detectada, hizo imposible un segundo intento de despegue.
Ocultó la existencia de una crisis económica para ganar las elecciones de 2008 y se retrasó al adoptar medias, lo que ha causado daños enormes a la economía española, la peor parada de Occidente, con más de cuatro millones de parados oficiales y cinco reales.
El endeudamiento público de España es sobrecogedor y ha hipotecado ya la riqueza de las próximas tres generaciones de españoles.
El desgaste de sus ministros ha sido y es dramático. El de Justicia tuvo que dimitir al ser sorprendido en una cacería elitista con el juez Garzón. La actual ministra de defensa, señalada por muchos como “delfina” de Zapatero, está debilitada por haber ocultado un brote de gripe A en un acuartelamiento y por otros desatinos. La ministra de igualdad ha dicho algo tan estúpido como que “un feto de 13 meses no es humano”. El vicepresidente tercero, el andaluz Manuel Chaves, se niega a dimitir a pesar de que el asunto de la subvención a su hija Paula lo señala como más que presunto corrupto, lo desprestigia y coloca al pie de los caballos, etc., etc.
Hablé no hace mucho con un eminente psiquiatra madrileño sobre los gafes y me aseguró que el verdadero gafe es un puro portador de infortunio y que sus efectos nocivos causan daño a todo el que se le acerca y a casi todo lo que emprende, pero que ese infortunio no tiene por qué afectar directamente al “gafe”, que puede ser inmune e, incluso, un tipo personalmente afortunado.
Esa tesis explicaría por qué Zapatero ganó las elecciones de 2008 sin dejar de ser gafe y como pudo seguir causando a España y a los españoles los daños y dramas que hoy son visibles: cinco millones de parados, ocho millones de pobres, la economía hundida en depresión, el tejido productivo hecho trizas, la moral del país por los suelos, el gobierno paralizado, la oposición noqueada, el futuro de España amenazado por el endeudamiento y el déficit y, sobre todo, un presidente que parece escaparse de lo racional y que se comporta como un alienigena, ignorando los consejos de los expertos, aislándose, destruyendo su prestigio internacional, incapaz de ganar una sola batalla como presidente de turno de la Unión Europea y hundiéndose en las encuestas, después de haber dejado a España como un guiñapo.
La presidencia europea de Zapatero es la mejor prueba imaginable de que el pobre hombre está gafado: en dos meses le han rechazado todas sus iniciativa, desde su propuesta de sancionar a los países que no cumplan los planes económicos hasta su intención de levantar las sanciones a China y a Cuba, sin olvidar la humillación que sufrió cuando fue marginado de la negociación para salvar a Grecia.
Su relación con Obama no es menos desafortunada. El primer presidente mulato fue recibido por las filas “progres” de Zapatero como un héroe y los portavoces del “gafe” dijeron que la convergencia de los dos líderes era un “acontecimiento planetario”. Sin embargo, Obama se muestra frío y distante con Zapatero, al que ni siquiera concedió un aparte cuando le invitó al Desayuno de la Oración. Quizás para demostrar hasta que punto se siente “lejos” de Zapatero, Obama dispensó al Rey Juan Carlos un trato especial y en el almuerzo privado que le ofreció en la Casa Blanca, le expresó su preocupación por la pérdida de credibilidad de Zapatero.
La crisis, ante la que se siente impotente, le está devorando; la prensa internacional le está crucificando y los españoles dispuestos a votarle son cada día menos.
Aunque los suyos cierren los ojos y los sentidos a la evidencia, la de Zapatero es la historia patente y casi científica de un gafe de gran talla, cuyos efluvios, portadores de infortunio, son de alta densidad, de largo alcance, dañinos y casi letales. Es más que probable que el comportamiento atolondrado de Rajoy y del PP, incapaces de acosar a un inepto Zapatero con una oposición sólida e ilusionante, sea también consecuencia de los efluvios negativos del gafe de la Moncloa.
A pesar de que España se cae a pedazos y de que la Comisión Europea acaba de humillarlo de nuevo al advertirle que la subida del IVA que proyecta aplastará el pequeño brote de la economía española, Zapatero sigue afirmando que sólo él tiene razón, frente a todos y contra todos, que él siempre ha sido un tipo afortunado, que no sabe perder”, como le dijo al hoy ministro Gabilondo, por entonces rector, en vísperas de iniciar sus desgraciadas negociaciones con ETA.