Los sondeos realizados con urgencisa tras el reciente debate sobre el Estado de la Nación dan la victoria a un Zapatero que, aunque no entusiasmó a nadie, al menos tuvo la virtud de afrontar varios asuntos de interés ciudadano, mientras que Mariano Rajoy, lider de la oposición, se mostró obtuso y concentró demasiado su artillería en ETA, sin intentar siquiera ilusionar al electorado con propuestas atractivas.
Curiosamente, las encuestas reflejan que el terrorismo interesa a los ciudadanos, pero menos de lo que los políticos creen. Tal vez se esté abriendo paso la tesis de que el terrorismo causa diez veces menos muertos que el tráfico rodado.
En la encuesta publicada por El Mundo, el 44% de los ciudadanos cree que el presidente venció, frente al 32,1% que consideró a Rajoy ganador. Zapatero gana por sexto año consecutivo, tres en la oposición y tres en el Gobierno. La diferencia, sin embargo, es menor que en los dos anteriores debates.
Rajoy sólo produjo satisfacción entre sus votantes, especialmente en los más radicales, pero no convenció ni agradó a los independientes, a los que votan unas veces al PP y otras al PSOE, donde Zapatero resultó el claro ganador. También venció el presidente entre las mujeres, de las que el 45,2% cree que Zapatero ganó el debate y sólo un 26,9% opina que fue Rajoy.
Malas noticias para la derecha, que perdió una oportunidad de oro para presentar ante los ciudadanos, que ya empiezan a pensar en las elecciones generales, un programa atractivo y capaz de ilusionar. Rajoy, inexplicablemente, sólo profundizó en el tema de la vergonzosa negociación del gobierno con ETA, pero no le hizo daño a los socialistas en sus otras grandes debilidades: la corrupción, la degeneración de la democracia, sus alianzas con nacionalistas extremos e independentistas, la ruptura de la igualdad y la solidaridad con el Estatuto de Cataluña, su decadencia internacional y las debilidades y amenazas de la economía.
Todos los datos de las encuestas son malos para un Rajoy que, incomprensiblemente, no supo acorralar a un Zapatero que él mismo ya parecía acorralado. Por edades, el líder socialista destaca especialmente entre los jóvenes y el sector de entre 30 y 45 años, con una diferencia que sobrepasa los 20 puntos. Entre los jubilados las apuestas se decantan por el PP.
Son datos que demuestran que el PP necesita sangre e ideas nuevas y que, si no se corrigen, auguran un predominio político del PSOE en España por muchos años.
Curiosamente, las encuestas reflejan que el terrorismo interesa a los ciudadanos, pero menos de lo que los políticos creen. Tal vez se esté abriendo paso la tesis de que el terrorismo causa diez veces menos muertos que el tráfico rodado.
En la encuesta publicada por El Mundo, el 44% de los ciudadanos cree que el presidente venció, frente al 32,1% que consideró a Rajoy ganador. Zapatero gana por sexto año consecutivo, tres en la oposición y tres en el Gobierno. La diferencia, sin embargo, es menor que en los dos anteriores debates.
Rajoy sólo produjo satisfacción entre sus votantes, especialmente en los más radicales, pero no convenció ni agradó a los independientes, a los que votan unas veces al PP y otras al PSOE, donde Zapatero resultó el claro ganador. También venció el presidente entre las mujeres, de las que el 45,2% cree que Zapatero ganó el debate y sólo un 26,9% opina que fue Rajoy.
Malas noticias para la derecha, que perdió una oportunidad de oro para presentar ante los ciudadanos, que ya empiezan a pensar en las elecciones generales, un programa atractivo y capaz de ilusionar. Rajoy, inexplicablemente, sólo profundizó en el tema de la vergonzosa negociación del gobierno con ETA, pero no le hizo daño a los socialistas en sus otras grandes debilidades: la corrupción, la degeneración de la democracia, sus alianzas con nacionalistas extremos e independentistas, la ruptura de la igualdad y la solidaridad con el Estatuto de Cataluña, su decadencia internacional y las debilidades y amenazas de la economía.
Todos los datos de las encuestas son malos para un Rajoy que, incomprensiblemente, no supo acorralar a un Zapatero que él mismo ya parecía acorralado. Por edades, el líder socialista destaca especialmente entre los jóvenes y el sector de entre 30 y 45 años, con una diferencia que sobrepasa los 20 puntos. Entre los jubilados las apuestas se decantan por el PP.
Son datos que demuestran que el PP necesita sangre e ideas nuevas y que, si no se corrigen, auguran un predominio político del PSOE en España por muchos años.