El gobierno español que preside Zapatero se ha mostrado dispuesto a financiar con hasta 400 millones de euros a la dictadura criminal de Cuba. Por lo pronto, ha acordado financiar con 24,5 millones de euros un plan de apoyo a la reconstrucción de las zonas afectadas por los huracanes Ike y Gustav, que, según las autoridades castristas, han provocado pérdidas por valor de 3.600 millones de euros.
El anuncio ha sido realizado con motivo de la visita a España del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, que tuvo el atrevimiento de invitar al presidente del gobierno español a visitar Cuba, invitación aceptada, según el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el cual fue corregido inmediatamente por el propio Zapatero, que dijo que tendría que reflexionar sobre esa invitación.
Cuando los observadores en España se esperaban cierta "frialdad" en el trato al "duro" castrista Perez Roque, tras la reciente e inexplicable detención y humillación de una cooperante española en Cuba, surgió la sorpresa del "idilio" y de los regalos millonarios de la presunta democracia española al castrismo, precisamente en el momento en que los disidentes y refugiados denuncian que el régimen comunista de Cuba retorna a sus prácticas más duras y represoras.
A Zapatero y a Moratinos, entusiastas amigos del castrismo, les convendría reflexionar sobre las duras y sobrecogedoras declaraciones a la prensa de Canek Guevara, nieto del Che Guevara, de gran repercusión en todo el mundo, pero escasamente aireadas por los medios españoles, en su mayoría sometidos al poder político socialista.
Tras definir a Fidel Castro como un dictador "que ha perdido el juicio", declara al semanario mexicano "Proceso": "La revolución cubana nunca ha sido democrática porque ha generado dentro de sí una clase social interesada en impedir la democracia. La revolución ha engendrado una "burguesía" integrada por los aparatos represivos y una burocracia, dipuesta a defenderla del mismo pueblo. Pero, sobre todo, ha sido antidemocrática por el mesianismo religioso de su líder. Presentarse como salvador de la patria es un discurso, pero ser el salvador eterno es otro bien distinto. Fidel liberó a Cuba de la dictadura bandida de Batista, pero su pertinaz permanencia en el poder lo ha convertido en dictador, En un momento de su larga historia de poder, el propio Fidel ha cambiado y ha comenzado a creerse la piedra angular del sistema. En lugar de haber luchado por una sociedad libre y crítica, ha aplaudido la sumisión y la obediencia absuluta de su pueblo al poder que él representaba. Todo lo más odioso del antiguo régimen, él lo ha reproducido, triplicado, en el nuevo".
Y la carta finaliza: "La revolución murió en Cuba hace ya muchos años, de muerte natural., sin duda (...) ha sido asfixiada por su misma burocracia y por la corrupción (los cubanos utilizan los términos "robolución" y "sociolismo" para referirse a la degeneración de la revolución). La nueva burguesía no tardó mucho tiempo en apropiarse de los más abyectos vicios de la derecha, superándolos incluso en lo que se refiere a la libertad política. Seamos sinceros, un joven rebelde como fue Castro, en la Cuba actual, habría sido fusilado, nunca condenado al exilio, como lo fue él".
A esa clase política cubana que ha traicionado la Revolución y sometido a los ciudadanos cuabanos, una clase transformada en élite represora, aburguesada y dispuesta a asesinar, incluso, con tal de preservar sus privilegios, es a la que Zapatero y su gobierno defienden hoy en la Unión Europea y a la que financian generosamente con los impuestos que pagan los incautos demócratas españoles.
El anuncio ha sido realizado con motivo de la visita a España del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, que tuvo el atrevimiento de invitar al presidente del gobierno español a visitar Cuba, invitación aceptada, según el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el cual fue corregido inmediatamente por el propio Zapatero, que dijo que tendría que reflexionar sobre esa invitación.
Cuando los observadores en España se esperaban cierta "frialdad" en el trato al "duro" castrista Perez Roque, tras la reciente e inexplicable detención y humillación de una cooperante española en Cuba, surgió la sorpresa del "idilio" y de los regalos millonarios de la presunta democracia española al castrismo, precisamente en el momento en que los disidentes y refugiados denuncian que el régimen comunista de Cuba retorna a sus prácticas más duras y represoras.
A Zapatero y a Moratinos, entusiastas amigos del castrismo, les convendría reflexionar sobre las duras y sobrecogedoras declaraciones a la prensa de Canek Guevara, nieto del Che Guevara, de gran repercusión en todo el mundo, pero escasamente aireadas por los medios españoles, en su mayoría sometidos al poder político socialista.
Tras definir a Fidel Castro como un dictador "que ha perdido el juicio", declara al semanario mexicano "Proceso": "La revolución cubana nunca ha sido democrática porque ha generado dentro de sí una clase social interesada en impedir la democracia. La revolución ha engendrado una "burguesía" integrada por los aparatos represivos y una burocracia, dipuesta a defenderla del mismo pueblo. Pero, sobre todo, ha sido antidemocrática por el mesianismo religioso de su líder. Presentarse como salvador de la patria es un discurso, pero ser el salvador eterno es otro bien distinto. Fidel liberó a Cuba de la dictadura bandida de Batista, pero su pertinaz permanencia en el poder lo ha convertido en dictador, En un momento de su larga historia de poder, el propio Fidel ha cambiado y ha comenzado a creerse la piedra angular del sistema. En lugar de haber luchado por una sociedad libre y crítica, ha aplaudido la sumisión y la obediencia absuluta de su pueblo al poder que él representaba. Todo lo más odioso del antiguo régimen, él lo ha reproducido, triplicado, en el nuevo".
Y la carta finaliza: "La revolución murió en Cuba hace ya muchos años, de muerte natural., sin duda (...) ha sido asfixiada por su misma burocracia y por la corrupción (los cubanos utilizan los términos "robolución" y "sociolismo" para referirse a la degeneración de la revolución). La nueva burguesía no tardó mucho tiempo en apropiarse de los más abyectos vicios de la derecha, superándolos incluso en lo que se refiere a la libertad política. Seamos sinceros, un joven rebelde como fue Castro, en la Cuba actual, habría sido fusilado, nunca condenado al exilio, como lo fue él".
A esa clase política cubana que ha traicionado la Revolución y sometido a los ciudadanos cuabanos, una clase transformada en élite represora, aburguesada y dispuesta a asesinar, incluso, con tal de preservar sus privilegios, es a la que Zapatero y su gobierno defienden hoy en la Unión Europea y a la que financian generosamente con los impuestos que pagan los incautos demócratas españoles.
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