Doble humillación para Zapatero en los inicios de su pomposa Presidencia europea: Sus amigos los dictadores cubanos impiden la entrada al eurodiputado socialista Luis Yañez, un histórico del PSOE, mientras los piratas informáticos colocaron la imagen del cómico británico Mr. Bean en la página oficial del flamante presidente europeo.
El pomposo presidente, que quería arreglar la crisis en Europa cuando no ha sido capaz de hacerlo en España, su propio país, que sufre su incompetencia como gobernante con un avance masivo del desempleo, la pobreza y la destrucción del tejido productivo, fue doblemente humillado en uno de sus primeros días de "poder" europeo.
Tal vez le está bien empleado por "fantasma" y por inconsecuente con la democracia. Contemplar como un dirigente europeo presuntamente democrático, como Zapatero, apoya y ayuda a la cárcel caribeña regentada por los dictadores Castro ha sido siempre algo humillante para los demócratas europeos y la gente decente de este continente.
Cuba es un antro totalitario, un cabaret caribeño desigual e injusto, dominado por los hermanos Castro, dos dictadores sanguinarios que pagan de ese modo a Zapatero sus desvelos, su ayuda millonaria y su incomprensible y reiterado intento de cambiar la digna actitud de rechazo a la dictadura, que es la política oficial del Unión Europea.
Lo del sabotaje a una página que ha costado hacerla más de lo que es habitual en el mercado y por cuya "seguridad" violada ha pagado Zapatero más de 12 millones de euros, es todo un sarcasmo que sitúa al fatuo habitante de la Moncloa en situación de ridículo fantasmal internacional.
Para colmo de males, la prensa publicó este 4 de enero "aciago" una foto en la que aparece Zapatero fumando en su avión privado, burlando la ley que él mismo ha impuesto a los fumadores españoles, un reflejo de su arrogancia que, sin duda, le hará perder votos y parte del escaso prestigio que le queda como dirigente y como persona.
Ojalá reflexione después de su 4 de enero "negro" y comience a comportarse como un demócrata, en lugar de exhibirse como un fantasma vacío y pomposo. A Cuba debe tratarla como lo que es: un régimen opresor de su pueblo que no merece otra cosa que el desprecio y la presión para que devuelva la libertad que ha robado. En Europa debería presentarse sin su ridícula soberbía de "Gran Timonel", como humilde aprendiz de democracia y como amigo leal de los europeos, consciente de que España sólo podrá salir del foso cenagoso en el que él mismo ha sumergido al país si los europeos nos ayudan.
El pomposo presidente, que quería arreglar la crisis en Europa cuando no ha sido capaz de hacerlo en España, su propio país, que sufre su incompetencia como gobernante con un avance masivo del desempleo, la pobreza y la destrucción del tejido productivo, fue doblemente humillado en uno de sus primeros días de "poder" europeo.
Tal vez le está bien empleado por "fantasma" y por inconsecuente con la democracia. Contemplar como un dirigente europeo presuntamente democrático, como Zapatero, apoya y ayuda a la cárcel caribeña regentada por los dictadores Castro ha sido siempre algo humillante para los demócratas europeos y la gente decente de este continente.
Cuba es un antro totalitario, un cabaret caribeño desigual e injusto, dominado por los hermanos Castro, dos dictadores sanguinarios que pagan de ese modo a Zapatero sus desvelos, su ayuda millonaria y su incomprensible y reiterado intento de cambiar la digna actitud de rechazo a la dictadura, que es la política oficial del Unión Europea.
Lo del sabotaje a una página que ha costado hacerla más de lo que es habitual en el mercado y por cuya "seguridad" violada ha pagado Zapatero más de 12 millones de euros, es todo un sarcasmo que sitúa al fatuo habitante de la Moncloa en situación de ridículo fantasmal internacional.
Para colmo de males, la prensa publicó este 4 de enero "aciago" una foto en la que aparece Zapatero fumando en su avión privado, burlando la ley que él mismo ha impuesto a los fumadores españoles, un reflejo de su arrogancia que, sin duda, le hará perder votos y parte del escaso prestigio que le queda como dirigente y como persona.
Ojalá reflexione después de su 4 de enero "negro" y comience a comportarse como un demócrata, en lugar de exhibirse como un fantasma vacío y pomposo. A Cuba debe tratarla como lo que es: un régimen opresor de su pueblo que no merece otra cosa que el desprecio y la presión para que devuelva la libertad que ha robado. En Europa debería presentarse sin su ridícula soberbía de "Gran Timonel", como humilde aprendiz de democracia y como amigo leal de los europeos, consciente de que España sólo podrá salir del foso cenagoso en el que él mismo ha sumergido al país si los europeos nos ayudan.
Comentarios: