Mientras comentábamos el mal dato del desempleo, con 2.5 millones de parados y fabricando desempleados al rítmo trepidante de 57 por hora, escuché la semana pasada a un empresario sevillano defender la tesis de que el gobierno de Zapatero no sólo no combate la crisis, sino que la está alimentando con medidas y actitudes erróneas. "Reunirse con los sindicatos para solucionar problemas de empleo es como pedir al lobo que cuide a las ovejas. Tenía que reunirse con verdaderos empresarios, pero no es capaz, salvo que lo haga con los falsos empresarios de la patronal, subvencionados y sometidos", afirma.
Nuestro interlocutor, empresario libre no afiliado a la Confedereción de Empresarios de Andalucía (CEA), institución que considera subvencionada, parecida a una Consejería de la Junta, sostiene que "ya no pedimos al gobierno que haga frente a la crisis, sino que no la empeore, que se mantenga al margen, que eliminen los obstáculos que constantemente ponen al empresario y que nos dejen hacer".
Y agrega: "Tal vez a Zapatero le interese que la crisis continúe desgastando al tejido empresarial y al mercado porque así podrá conseguir más poder para el Estado y para la élite que lo gestiona, que es lo que quieren los socialistas".
"Ante la crisis, en lugar de bajar los impuestos y de eliminar la burocracia paralizante, única receta infalible para activar el tejido empresarial, hablan de "crear empleo", pero yo les digo ¿alguién ha visto a un gobierno creando empleo, cuando la único que saben crear es parásitos improductivos que viven del presupuesto?".
"Terminarán aplicando la única receta que conocen, la de aumentar los impuestos, y entonces darán la puntilla a la economía española".
"El trio de inútiles formado por Zapatero, Sebastián y Solbes terminará superando todos los records y despropósitos de Felipe González y de su gobierno".
"Los once millones de españoles que han votado a Zapatero en las últimas elecciones han contraido con España una deuda difícil de saldar porque su "elegido" nos está llevando hacia el precipicio".
Las conclusiones de nuestro interlocutor son terribles: "España tiene que hacer frente a tres crisis paralelas: la internacional, la propia del ladrillo y la también exclusiva nuestra del mal gobierno. De las tres, la del mal gobierno es la peor".
Nosotros, en Voto en Blanco, coincidimos en gran parte con ese análisis y nos sentimos estupefactos ante la, arrogancia, impericia y torpeza de todo un presidente de gobierno a la hora de hacer frente a dificultades económicas que, aunque graves, son de manual y requieren recetas de probada eficacia que los demás países responsables están aplicando y que él, arrogante, temerario y fatuo, se niega a aplicar.
Nuestro interlocutor, empresario libre no afiliado a la Confedereción de Empresarios de Andalucía (CEA), institución que considera subvencionada, parecida a una Consejería de la Junta, sostiene que "ya no pedimos al gobierno que haga frente a la crisis, sino que no la empeore, que se mantenga al margen, que eliminen los obstáculos que constantemente ponen al empresario y que nos dejen hacer".
Y agrega: "Tal vez a Zapatero le interese que la crisis continúe desgastando al tejido empresarial y al mercado porque así podrá conseguir más poder para el Estado y para la élite que lo gestiona, que es lo que quieren los socialistas".
"Ante la crisis, en lugar de bajar los impuestos y de eliminar la burocracia paralizante, única receta infalible para activar el tejido empresarial, hablan de "crear empleo", pero yo les digo ¿alguién ha visto a un gobierno creando empleo, cuando la único que saben crear es parásitos improductivos que viven del presupuesto?".
"Terminarán aplicando la única receta que conocen, la de aumentar los impuestos, y entonces darán la puntilla a la economía española".
"El trio de inútiles formado por Zapatero, Sebastián y Solbes terminará superando todos los records y despropósitos de Felipe González y de su gobierno".
"Los once millones de españoles que han votado a Zapatero en las últimas elecciones han contraido con España una deuda difícil de saldar porque su "elegido" nos está llevando hacia el precipicio".
Las conclusiones de nuestro interlocutor son terribles: "España tiene que hacer frente a tres crisis paralelas: la internacional, la propia del ladrillo y la también exclusiva nuestra del mal gobierno. De las tres, la del mal gobierno es la peor".
Nosotros, en Voto en Blanco, coincidimos en gran parte con ese análisis y nos sentimos estupefactos ante la, arrogancia, impericia y torpeza de todo un presidente de gobierno a la hora de hacer frente a dificultades económicas que, aunque graves, son de manual y requieren recetas de probada eficacia que los demás países responsables están aplicando y que él, arrogante, temerario y fatuo, se niega a aplicar.