Información y Opinión

ZP, hábil estratega



Somos muchos los que sospechamos que Zapatero tiene atada su asistencia a la cumbre de Washington, el próximo día 15, quizás pactada con el francés Sarkozy, y que sus entrevistas y presiones para conseguir un sitio en esa cumbre mundial del G-20 forman parte de un engaño más de los muchos que practica. También sabemos que el presidente George W. Bush hará todo lo posible por vetar al español en esa reunión mundial. Lo cierto es que, acuda o no a esa cumbre, Zapatero habrá sabido sacarle partido a la coyuntura y habrá convertido su presencia o ausencia en una magistral, aunque tramposa, estrategia de comunicación.
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A uno puede no gustarle Zapatero, pero negar que es un hábil y sorprendente estratega sería tan injusto como torpe. Mientras que la mayoría cree que Zapatero trabaja infatigablemente por conseguir una silla en la cumbre de Washington, el próximo 15 de noviembre, él concibe la operación como una regeneración de su imagen por dos vías concretas: demostrando a los españoles que cuenta con muchos amigos en el mundo y utilizando el victimismo para neutralizar los estragos que la crisis y el fracaso económico de su gobierno están causando en su prestigio e imagen.

Su peregrinaje por el mundo, aparentemente en busca de un sitio en Washington, es una estrategia brillante y capaz de sorprender, una vez más, al grueso de la sociedad española y a los ilusos del PP, que creen que ZP se estrellará finalmente y perderá prestigio e imagen cuando no sea admitido en la pomposa cumbre mundial que aspira nada menos que a refundar el capitalismo.

Lo que Zapatero quiere en realidad es demostrar que tiene muchos amigos en el mundo que le apoyan y, sobre todo, despertar, a través del victimismo, la protección de los votantes españoles ante el rechazo de Bush a su presencia en Washington, algo que después aserá presentado y debidamente explotado como una injusta ofensa a España.

No nos gusta Zapatero porque cree más en el Estado y en el poder que en la sociedad y el indivíduo y porque nos cuesta trabajo encontrar en él un solo gramo de verdadero espíritu democrático, pero reconocemos que es listo y que maneja como nadie las mentes abotargadas, confundidas y sometidas de la inmensa mayoría de los españoles.

En buena lógica, después de los estragos de la crisis, del empobrecimiento generalizado de la economía y del aterrador avance de los desempleados, fabricados por su gobierno al trepidante ritmo de seis mil diarios, la imagen de ZP tendría que estar por los suelos, pero el tio resiste y continua empatado con un PP flácido y de encefalograma plano, que no resucita ni con el naufragio manifiesto del gobierno.

La estrategia es perfecta porque si consigue hacerse con un sillón en Washington, habra triunfado, pero si es rechazado, también saldrá reforzado porque los españoles se sentirán marginados y se convencerán de que la ausencia de Zapatero no se debe a su escaso peso internacional, sino al odio visceral del "malvado" Bush.

Ante los acontecimientos, Rajoy haría bien licenciando al estratega Arriola y fichando a los asesores de ZP, muchos más hábiles y eficientes. Aunque quizás lo que debiera hacer realmente es retirarse del liderazgo de la derecha y dejar su sitio a alguien menos pardillo y con capacidad para enfrentarse a las artimañas y engaños del astuto ZP.


   
Viernes, 7 de Noviembre 2008
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