El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defiende osadas y peligrosas tesis en un artículo publicado en el Financial Times, entre las cuales destacan dos: la necesidad de un consenso mundial en las Naciones Unidas luchar contra el terrorismo y la afirmación de que no es realista aspirar a la paz en un mar de injusticia mundial.
Zapatero defiende sus conocidas tesis sobre la Alianza de Civilizaciones y afirma que "la lucha contra el terrorismo es también una batalla por la mente de las personas" en un artículo que coincide en parte con las tesis recientemente expresadas por Tony Blair, pero que, al mismo tiempo, marca diferencias al vincular demasiado directamente el terrorismo con la pobreza y la injusticia, como si fuera una reacción de los oprimidos y pobres frente a los opresores y ricos, una tesis corrosiva que otorga cierto valor moral de represalia al terrorismo y que va a generar un profundo rechazo en el gobierno de George W. Bush y en los principales Thiks Tanks que analizan el fenómeno terrorista en el mundo.
Parece evidente que lo que quiere decir Zapatero es que para acabar con el terrorismo hay que acabar primero con el marco de injusticia que domina el mundo, pero habrá muchos pensadores y analistas que le recriminarán que su tesis otorga una peligrosa fuerza moral al terrorismo, como si Al Qaeda golpeara sólo a los malos o como si Osama Bin Laden fuera un moderno Robin Hood que castiga sólo a los peores.
Sus detractores dirán que Al Qaeda está comandada por millonarios bien educados en universidades de élite y que los criaderos de terroristas no están en los paises pobres y hambrientos del mundo, sino en Marruecos, Egipto, Arabia, Siria, Argelia, Irak, Iran y otros donde una parte importante de la sociedad interpreta el Islám como una fuente de odio y un estímulo para el asesinato de infieles occidentales.
El presidente español justifica su alianza de civilizaciones, propuesta en septiembre del pasado año en las Naciones Unidas porque el terrorismo "no es exclusivo de ninguna civilización, cultura y religión", ignorando el hecho de que todos los golpes terroristas importantes de la última década en el mundo tienen origen islamista.
Zapatero defiende sus conocidas tesis sobre la Alianza de Civilizaciones y afirma que "la lucha contra el terrorismo es también una batalla por la mente de las personas" en un artículo que coincide en parte con las tesis recientemente expresadas por Tony Blair, pero que, al mismo tiempo, marca diferencias al vincular demasiado directamente el terrorismo con la pobreza y la injusticia, como si fuera una reacción de los oprimidos y pobres frente a los opresores y ricos, una tesis corrosiva que otorga cierto valor moral de represalia al terrorismo y que va a generar un profundo rechazo en el gobierno de George W. Bush y en los principales Thiks Tanks que analizan el fenómeno terrorista en el mundo.
Parece evidente que lo que quiere decir Zapatero es que para acabar con el terrorismo hay que acabar primero con el marco de injusticia que domina el mundo, pero habrá muchos pensadores y analistas que le recriminarán que su tesis otorga una peligrosa fuerza moral al terrorismo, como si Al Qaeda golpeara sólo a los malos o como si Osama Bin Laden fuera un moderno Robin Hood que castiga sólo a los peores.
Sus detractores dirán que Al Qaeda está comandada por millonarios bien educados en universidades de élite y que los criaderos de terroristas no están en los paises pobres y hambrientos del mundo, sino en Marruecos, Egipto, Arabia, Siria, Argelia, Irak, Iran y otros donde una parte importante de la sociedad interpreta el Islám como una fuente de odio y un estímulo para el asesinato de infieles occidentales.
El presidente español justifica su alianza de civilizaciones, propuesta en septiembre del pasado año en las Naciones Unidas porque el terrorismo "no es exclusivo de ninguna civilización, cultura y religión", ignorando el hecho de que todos los golpes terroristas importantes de la última década en el mundo tienen origen islamista.