¿Que pasaría si se unieran María San Gil y Rosa Díez en UPyD?
Parecen destinadas a unirse. Las dos han huído de sus respectivos partidos, decepcionadas. Ambas son mujeres luchadoras y resistentes. Una y otra han sido y son símbolos de lucha contra los abusos del nacionalismo y la debilidad de sus compañeros de filas ante los efectos disgregadores y destructivos del nacionalismo radical y anticonstitucional.
Si se unieran, crearían un gran partido, redondo, completo, con esa transversalidad creíble, demostrando con el ejemplo que la derecha y la izquierda pueden unirse en aras de metas mayores, como son la democracia y la regeneración ética.
Con ellas dos al frente de UOPyD, ese partido se convertiría de golpe en el tercero del país, con grandes posibilidades de convertirse pronto en la verdadera alternativa del zapaterismo, ofreciendo al electorado una opción honrada y sin trucos de la democracia.
Seguro que María arrastraría consigo a millones de votantes y a algunas docenas de dirigentes del PP avergonzados de Mariano Rajoy y de su pandilla de pragmáticos desideologizados.
Parecen destinadas a unirse. Las dos han huído de sus respectivos partidos, decepcionadas. Ambas son mujeres luchadoras y resistentes. Una y otra han sido y son símbolos de lucha contra los abusos del nacionalismo y la debilidad de sus compañeros de filas ante los efectos disgregadores y destructivos del nacionalismo radical y anticonstitucional.
Si se unieran, crearían un gran partido, redondo, completo, con esa transversalidad creíble, demostrando con el ejemplo que la derecha y la izquierda pueden unirse en aras de metas mayores, como son la democracia y la regeneración ética.
Con ellas dos al frente de UOPyD, ese partido se convertiría de golpe en el tercero del país, con grandes posibilidades de convertirse pronto en la verdadera alternativa del zapaterismo, ofreciendo al electorado una opción honrada y sin trucos de la democracia.
Seguro que María arrastraría consigo a millones de votantes y a algunas docenas de dirigentes del PP avergonzados de Mariano Rajoy y de su pandilla de pragmáticos desideologizados.