Al menda lerenda no le extrañaría una pizca, pelo o ápice, es decir, nada (de nada) que, siguiendo andando, deambulando o frecuentando peripatéticamente (aunque, tal vez, le cuadrara más o encajara mejor el adverbio sin el prefijo “peri”) la senda por la marchan, manchadas y machacadas, las cosas y, con mechas encendidas, los casos, o sea, perseverando, erre que erre, en el error, quiero decir, manteniendo los pactos que aún no han deshecho ni quebrado con los chantajistas, mamarrachos y marrulleros de ERC, el PSOE continuara perdiendo a espuertas o paulatinamente, un día sí y otro también, apoyos, hasta quedar éstos reducidos a su mínima expresión. ¿Pero es que, dentro del PSOE, no hay nadie que le dé todos los días al caletre y tenga visión de conjunto? ¿Acaso no existen en el arco parlamentario otros posibles socios menos sucios (me refiero a que jueguen menos sucio) ética y estéticamente al juego (urente y ustorio –que, quizás, por eso, muchos creen que se ha metamorfoseado en fuego-) de la política?
Ángel Sáez García
Ángel Sáez García