El mundo está tan mal y es tan injusto y corrupto que estamos recurriendo, para que nos salve, al valor mas entrañable y seguro de la especie humana, a la "madre", supremo símbolo del valor femenino.
La gente ya no se fía de los políticos, ni de los religiosos, ni de los tipos duros cargados de fuerza y personalidad. Al contemplar con miedo el dolor y la violencia, la inseguridad y el hundimiento de los valores, la injusticia y la tristeza, recurre a lo que conserva en sus recuerdos como lo mas bello y generoso: la figura de la madre.
La tendencia a votar femenino todavía está naciendo y le falta mucho recorrido para que se consolide como tendencia dominante, pero ya se abre camino en muchas sociedades y las causas son que el mundo está tan mal que recurrimos a la mujer para que nos gobierne porque recordamos la entrega, el sacrificio y el cariño de nuestras madres y queremos trasladar esos valores y formas a los palacios de gobierno como la mejor manera de que nos gobiernen y mejoremos.
Hay muchos gobernantes mundiales que son mujeres o que poseen rasgos que reflejan afeminamiento o poca virilidad. Basta analizar los gobiernos de países como España, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña y otros muchos para darse cuenta que la dureza masculina y los rasgos duros en la política están en declive.
Fenómenos tan aterradores y electrizantes como las decapitaciones y achicharramiento de prisioneros por parte del Estado Islámico aceleran la tendencia a que sea lo femenino lo que gobierne y transforme el mundo en algo menos escabroso, sucio y sangriento.
Estamos tan aterrorizados ante el avance de un modelo de mundo cada día mas desquiciado, injusto y víctima de males como la mentira, la violencia, las drogas, la explotación, el desamparo de los débiles, la corrupción y los estragos que producen la corrupción, la desigualdad, el desempleo, la pobreza y otras lacras, que estamos tocando las trompetas y los tambores para que acudan nuestras madres a salvarlo.
Es una metáfora, pero detrás de ella hay una realidad que será uno de los grandes rasgos de este siglo XXI que comienza: lo femenino cotizará cada día mas al alza y será considerado como la última tabla de salvación para recuperar los valores perdidos y mejorar este planeta que ha sido desarbolado, empeorado y hasta envilecido por una política que, salvo algunas excepciones, ha estado dominada por los tipos duros y la testosterona.
Los estrategas de la política buscan a mujeres o a hombres con rasgos femeninos para convertirlos en estrellas de la política y en ganadores de elecciones. Los hombres suaves y blandos son todavía mejores que las mismas mujeres, porque proyectan mejor su feminidad al electorado que la mayoría de las mujeres.
Los estrategas andaluces que rodean a Susana Díaz estaban fascinados porque tenían en sus manos a una mujer que proyectaba valores femeninos y parecía esa nieta lista y risueña que muchos abuelos españoles quisieran tener. Pensaban elevar ese diamante en bruto hasta la secretaría general del PSOE y, posteriormente, hasta la Moncloa. Pero la operación Susana se ha venido abajo cuando la candidata ha perdido los papeles en sus debates televisados y ha exhibido modos y estilos duros, masculinoides y casi autoritarios.
Hay quien dice que el candidato actual que proyecta mas feminidad es Albert Rivera porque es un hombre de formas suaves y rasgos hermosos, como suelen tenerlos las mujeres. Aseguran que esa es su mejor baza como político y también el secreto de su fulgurante éxito.
Algunos expertos creen que Zapatero, a pesar de que era un inepto de cuidado e intelectualmente inconsistente, resistió y fascinó a muchos españoles durante demasiado tiempo, precisamente por su feminidad, por sus rasgos suaves y poco viriles.
No cabe duda de que la virilidad cotiza a la baja en política y que lo femenino está en alza, mas bien disparándose, porque la gente desea tanto un cambio del mundo y de la política que desconfía del modelo viejo de tipos duros, con carisma y personalidad, al frente de los gobiernos. La gente está tan asustada ante el terrorismo brutal, la injusticia desalmada, la impiedad y la corrupción que recurre a la madre, el valor mas íntimo y seguro de la especie humana, para que salve el planeta de la oleada de miserables que están imponiendo una política plagada de vicios y suciedades, que en lugar de hacer mas felices a los humanos, contribuye a esclavizarlos y hacerlos mas desgraciados.
La gente ya no se fía de los políticos, ni de los religiosos, ni de los tipos duros cargados de fuerza y personalidad. Al contemplar con miedo el dolor y la violencia, la inseguridad y el hundimiento de los valores, la injusticia y la tristeza, recurre a lo que conserva en sus recuerdos como lo mas bello y generoso: la figura de la madre.
La tendencia a votar femenino todavía está naciendo y le falta mucho recorrido para que se consolide como tendencia dominante, pero ya se abre camino en muchas sociedades y las causas son que el mundo está tan mal que recurrimos a la mujer para que nos gobierne porque recordamos la entrega, el sacrificio y el cariño de nuestras madres y queremos trasladar esos valores y formas a los palacios de gobierno como la mejor manera de que nos gobiernen y mejoremos.
Hay muchos gobernantes mundiales que son mujeres o que poseen rasgos que reflejan afeminamiento o poca virilidad. Basta analizar los gobiernos de países como España, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña y otros muchos para darse cuenta que la dureza masculina y los rasgos duros en la política están en declive.
Fenómenos tan aterradores y electrizantes como las decapitaciones y achicharramiento de prisioneros por parte del Estado Islámico aceleran la tendencia a que sea lo femenino lo que gobierne y transforme el mundo en algo menos escabroso, sucio y sangriento.
Estamos tan aterrorizados ante el avance de un modelo de mundo cada día mas desquiciado, injusto y víctima de males como la mentira, la violencia, las drogas, la explotación, el desamparo de los débiles, la corrupción y los estragos que producen la corrupción, la desigualdad, el desempleo, la pobreza y otras lacras, que estamos tocando las trompetas y los tambores para que acudan nuestras madres a salvarlo.
Es una metáfora, pero detrás de ella hay una realidad que será uno de los grandes rasgos de este siglo XXI que comienza: lo femenino cotizará cada día mas al alza y será considerado como la última tabla de salvación para recuperar los valores perdidos y mejorar este planeta que ha sido desarbolado, empeorado y hasta envilecido por una política que, salvo algunas excepciones, ha estado dominada por los tipos duros y la testosterona.
Los estrategas de la política buscan a mujeres o a hombres con rasgos femeninos para convertirlos en estrellas de la política y en ganadores de elecciones. Los hombres suaves y blandos son todavía mejores que las mismas mujeres, porque proyectan mejor su feminidad al electorado que la mayoría de las mujeres.
Los estrategas andaluces que rodean a Susana Díaz estaban fascinados porque tenían en sus manos a una mujer que proyectaba valores femeninos y parecía esa nieta lista y risueña que muchos abuelos españoles quisieran tener. Pensaban elevar ese diamante en bruto hasta la secretaría general del PSOE y, posteriormente, hasta la Moncloa. Pero la operación Susana se ha venido abajo cuando la candidata ha perdido los papeles en sus debates televisados y ha exhibido modos y estilos duros, masculinoides y casi autoritarios.
Hay quien dice que el candidato actual que proyecta mas feminidad es Albert Rivera porque es un hombre de formas suaves y rasgos hermosos, como suelen tenerlos las mujeres. Aseguran que esa es su mejor baza como político y también el secreto de su fulgurante éxito.
Algunos expertos creen que Zapatero, a pesar de que era un inepto de cuidado e intelectualmente inconsistente, resistió y fascinó a muchos españoles durante demasiado tiempo, precisamente por su feminidad, por sus rasgos suaves y poco viriles.
No cabe duda de que la virilidad cotiza a la baja en política y que lo femenino está en alza, mas bien disparándose, porque la gente desea tanto un cambio del mundo y de la política que desconfía del modelo viejo de tipos duros, con carisma y personalidad, al frente de los gobiernos. La gente está tan asustada ante el terrorismo brutal, la injusticia desalmada, la impiedad y la corrupción que recurre a la madre, el valor mas íntimo y seguro de la especie humana, para que salve el planeta de la oleada de miserables que están imponiendo una política plagada de vicios y suciedades, que en lugar de hacer mas felices a los humanos, contribuye a esclavizarlos y hacerlos mas desgraciados.