Diego Valderas, coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, demostrando mediocridad e irresponsabilidad, ha arrojado todavía más leña al ya voraz incendio de la política española, dominada por la trifulca y el enfrentamiento, al afirmar que "el problema del PP" es que "rápidamente se le eleva el brazo hacia arriba".
Javier Arenas, presidente del PP andaluz, aunque no lo ha hecho, podría haberle respondido que "el problema de Izquierda Unida" es que "rápidamente se le va el pulgar hacia abajo, apuntando hacia el suelo, pidiendo la ejecución, como le ocurría a Nerón, a Calígula y a sus correligionarios Mao y Stalin".
Con lo cual tendríamos un nuevo incremento del insensato enfrentamiento que divide a los españoles, cuyos máximos responsables son los miembros de una clase política imprudente, que no está a la altura de la nación, que es culpable de pandillerismo político y que ha olvidado que el poder y el liderazgo exigen a los dirigentes comportamientos ejemplares en lugar de actitudes vergonzosas y vergonzantes.
Alguien debería pedirle a Valderas que no genere más crispación en España y que no utilice el fascismo como arma arrojadiza, porque alguien podría sacarle los colores recordándole que el ranking mundial del crimen y la crueldad política está encabezado por dos compañeros suyos de ideología marxistaleninista, por delante del propio Hitler: Mao Zedong y José Stalin. Adolf Hitler, el del "brazo hacia arriba", es sólo el tercero.
Javier Arenas, presidente del PP andaluz, aunque no lo ha hecho, podría haberle respondido que "el problema de Izquierda Unida" es que "rápidamente se le va el pulgar hacia abajo, apuntando hacia el suelo, pidiendo la ejecución, como le ocurría a Nerón, a Calígula y a sus correligionarios Mao y Stalin".
Con lo cual tendríamos un nuevo incremento del insensato enfrentamiento que divide a los españoles, cuyos máximos responsables son los miembros de una clase política imprudente, que no está a la altura de la nación, que es culpable de pandillerismo político y que ha olvidado que el poder y el liderazgo exigen a los dirigentes comportamientos ejemplares en lugar de actitudes vergonzosas y vergonzantes.
Alguien debería pedirle a Valderas que no genere más crispación en España y que no utilice el fascismo como arma arrojadiza, porque alguien podría sacarle los colores recordándole que el ranking mundial del crimen y la crueldad política está encabezado por dos compañeros suyos de ideología marxistaleninista, por delante del propio Hitler: Mao Zedong y José Stalin. Adolf Hitler, el del "brazo hacia arriba", es sólo el tercero.