El viejo y casi olvidado programa de VOX
Una encuesta del Centro de Estudios Andaluces señala a VOX como un partido en declive que perdería cinco de sus diputados autonómicos si hoy se votara en Andalucía. En otros lugares de España, el retroceso de VOX es igualmente evidente.
El declive es generalizado, como lo demuestran los resultados en las últimas elecciones autonómicas y generales, una tendencia extraña porque la derecha nueva y radical crece y se acerca al poder en el resto de Europa y sólo en España retrocede.
La pérdida de piezas de tanto valor como Iván Espinosa de los Monteros ha restado credibilidad y potencia a VOX, cuyo mensaje cada vez se escucha menos en los enormes espacios de la España indignada y enfurecida frente al corrupto sanchismo.
El gran error de VOX es creer que debe ser un partido político, cuando nació como un movimiento furioso y un impulso vital hacia el cambio y la regeneración de la España más limpia, decente, sana e indignada.
VOX parece hoy haberse olvidado de sus grandes principios y reivindicaciones y apenas habla de los abusos de las autonomías, de la corrupción de los políticos, de la delincuencia que representa la inmigración ilegal, de los asesinatos de niños en el vientre de sus madres, de los principios cristianos y de la urgente necesidad de regenerar España.
Ni siquiera se distingue ya por su furia y rechazo al PSOE y al comunismo, territorio donde está siendo superado por el Partido Popular.
Vox, si no corrige pronto sus debilidades profundas, puede acabar como Ciudadanos.
El ex secretario general de Vox, Javier Ortega Smith ha dicho en voz alta lo que muchoS piensan en voz baja del partido: que esto va mal y que existe el peligro de desaparecer.
Vox ha cambiado el ideario por la estrategia… y por la indolencia. Hay millones de seguidores originales de VOX que hoy creen que el partido se duerme en los laureles y se ha convertido en una agencia de colocación de amigos.
El perfil plano y moderado de Abascal provoca que la esperanza de VOX se esté apagando. Los españoles no quieren un partido más porque ya hay demasiados. Lo que quieren es una VOX estridente y valiente de denuncia y de regeneración que haga temblar a la estructura corrupta e indecente creada por los viejos partidos, la que está convirtiendo a España en un país problemático, decadente, injusto y desprestigiado.
VOX ha perdido demasiadas valores vitales, desde la furia anti corruptos hasta el alma cristiana, ha cambiado la osadía por el miedo y ha adoptado una "prudencia" que sus seguidores no entienden porque España está en llamas.
Todavía hay tiempo para la regeneración, la de VOX y la de España, pero hay que regresar a la furia, a la denuncia y a la lucha sin cuartel contra los abusos y canalladas del sanchismo y de sus cómplices. VOX muere cuando convive con las miserias y suciedades de España.
Los avances de las nuevas derechas en Europa y el mundo se basan en haber sido auténticos e irreductibles luchadores y en haber sabido convencer al pueblo de que los viejos políticos han fracasado y que hoy, convertidos en sicarios de los poderes ocultos que mueven los hilos y de la nefasta agenda 2030, son la ruina de las naciones.
En ningún otro lugar de Europa es más necesaria esa derecha nueva y regeneradora que en España, un país que necesita a VOX para salir de la política que impone Pedro Sánchez y sus socios desleales y golpistas, todos ellos empujando a España hacia el abismo de la ruptura de su unidad y la perdido de valores, prosperidad y solvencia moral.
VOX ne debería dejar pasar un sólo minuto sin gritar contra lo que representa el autócrata Sánchez, el peor enemigo de España en siglos. Cuanto más grite en los desiertos sin ética de España, más crecerá.
Francisco Rubiales
El declive es generalizado, como lo demuestran los resultados en las últimas elecciones autonómicas y generales, una tendencia extraña porque la derecha nueva y radical crece y se acerca al poder en el resto de Europa y sólo en España retrocede.
La pérdida de piezas de tanto valor como Iván Espinosa de los Monteros ha restado credibilidad y potencia a VOX, cuyo mensaje cada vez se escucha menos en los enormes espacios de la España indignada y enfurecida frente al corrupto sanchismo.
El gran error de VOX es creer que debe ser un partido político, cuando nació como un movimiento furioso y un impulso vital hacia el cambio y la regeneración de la España más limpia, decente, sana e indignada.
VOX parece hoy haberse olvidado de sus grandes principios y reivindicaciones y apenas habla de los abusos de las autonomías, de la corrupción de los políticos, de la delincuencia que representa la inmigración ilegal, de los asesinatos de niños en el vientre de sus madres, de los principios cristianos y de la urgente necesidad de regenerar España.
Ni siquiera se distingue ya por su furia y rechazo al PSOE y al comunismo, territorio donde está siendo superado por el Partido Popular.
Vox, si no corrige pronto sus debilidades profundas, puede acabar como Ciudadanos.
El ex secretario general de Vox, Javier Ortega Smith ha dicho en voz alta lo que muchoS piensan en voz baja del partido: que esto va mal y que existe el peligro de desaparecer.
Vox ha cambiado el ideario por la estrategia… y por la indolencia. Hay millones de seguidores originales de VOX que hoy creen que el partido se duerme en los laureles y se ha convertido en una agencia de colocación de amigos.
El perfil plano y moderado de Abascal provoca que la esperanza de VOX se esté apagando. Los españoles no quieren un partido más porque ya hay demasiados. Lo que quieren es una VOX estridente y valiente de denuncia y de regeneración que haga temblar a la estructura corrupta e indecente creada por los viejos partidos, la que está convirtiendo a España en un país problemático, decadente, injusto y desprestigiado.
VOX ha perdido demasiadas valores vitales, desde la furia anti corruptos hasta el alma cristiana, ha cambiado la osadía por el miedo y ha adoptado una "prudencia" que sus seguidores no entienden porque España está en llamas.
Todavía hay tiempo para la regeneración, la de VOX y la de España, pero hay que regresar a la furia, a la denuncia y a la lucha sin cuartel contra los abusos y canalladas del sanchismo y de sus cómplices. VOX muere cuando convive con las miserias y suciedades de España.
Los avances de las nuevas derechas en Europa y el mundo se basan en haber sido auténticos e irreductibles luchadores y en haber sabido convencer al pueblo de que los viejos políticos han fracasado y que hoy, convertidos en sicarios de los poderes ocultos que mueven los hilos y de la nefasta agenda 2030, son la ruina de las naciones.
En ningún otro lugar de Europa es más necesaria esa derecha nueva y regeneradora que en España, un país que necesita a VOX para salir de la política que impone Pedro Sánchez y sus socios desleales y golpistas, todos ellos empujando a España hacia el abismo de la ruptura de su unidad y la perdido de valores, prosperidad y solvencia moral.
VOX ne debería dejar pasar un sólo minuto sin gritar contra lo que representa el autócrata Sánchez, el peor enemigo de España en siglos. Cuanto más grite en los desiertos sin ética de España, más crecerá.
Francisco Rubiales