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VIOLENCIA APLAUDIDA POR GENTUZA Y TOLERADA POR EL GOBIERNO



Una violencia peligrosa ha hecho acto de presencia en la campaña electoral y esa violencia ha sido aplaudida por gentuza mientras el gobierno de Sánchez miraba hacia otro lado.

Análisis de la cobardía y la irresponsabilidad realizado en un comentario de Vanlop, muy apropiado para hoy, jornada electoral.
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Hoy toca dos temas muy importantes: la violencia y la educación.

La violencia es la misma de siempre, sólo que adecuada a los tiempos. A principio de siglo era el pistolerismo y el anarquismo en general, eso dio lugar a la Dictadura. En los años 30 fueron los pistoleros marxistas los que empezaron, contestados tímidamente por falange, mientras que los maricomplejines de entonces clamaban por el diálogo. También es cierto que falange puso la mayoría de los muertos y se defendió matando a algunos, pero fueron muchos menos de lo que se dice. Al fin y al cabo, que van a decir estos.

Ahora, que nos hemos "civilizado" ya no está bien eso de las pistolas y se recurre a los insultos y los golpes. Naturalmente y como ocurría entonces, siempre son incontrolados y los gobiernos siempre lamentan la violencia. Pero los gobiernos no hacen nada para evitarla y mucho más sabiendo de donde salen los organizadores y conociendo a los actores. Porque esta violencia, lo mismo que la de antes, se produce por parte de unos cuantos, perfectamente conocidos.

No voy a decir que los partidos marxistas y separatistas sean los inductores y los organizadores, pero desde luego se hace en su nombre y cuando están en el poder, no hacen nada al respecto. Y cuando digo marxistas, me refiero a toda la casta, que bien son marxistas declarados o bien son marxistas culturales. Porque los ataques no han sido condenados por nadie, al menos las pocas condenas han sido de forma protocolaria y sin la firmeza necesaria para una condena, que ya sabemos que no sirve de nada, pero al menos, un poco de entusiasmo.

En el caso del PSOE, que usurpa el gobierno y tiene a todas las policías a su servicio, ni se ha molestado en condenar, no digamos impedir, que como digo, se puede hacer, pues se conocen a los autores.

No tengo ni idea los resultados electorales que puede tener esa gentuza que aplaude la violencia, no sabemos a cuantos les repugna eso o están tan abducidos que consideran que matar a los fachas es moralmente, no sólo aceptable, sino obligatorio ni cuantos se sentirán asqueados y votarán fuera de esos partidos. En cualquier caso, parece que eso da votos o al menos los retiene, por el estímulo que mandan todos los "líderes". Veremos.

Otra cuestión que toca es la educación. La educación pasó a manos de los marxistas una vez que el régimen se suavizó, yo diría que a partir de los 60, la infiltración fue completa y como consecuencia, los nuevos profesores ya salieron con esa forma de ver el mundo.

Recuerdo que los compañeros de Historia no sabían que existía otra forma de enfocar la Historia que fuera la forma marxista, de modo que se explicaba así a los alumnos. Pero es que los demás tampoco sabíamos de eso y mucho menos los padres. De modo que desde los 60 todo el mundo ha sido educado en el marxismo, al menos se ha educado siguiendo las directrices marxistas.

Naturalmente, está el sentido común y eso hace que una buena parte veamos, muchos sin saber las razones profundas de esto, el marxismo como una forma de ver el mundo que sólo trae miseria y desgracias. Pero otra parte, por las razones que sean, falta de tiempo o ganas para enterarse o cualquiera de otras miles de razones, siguen viendo el marxismo como la solución a los problemas y lógicamente, la violencia contra los enemigos, muy loable.

En estos momentos hay dos tipos de personas en España: los que aspiran a la libertad y que cada cual haga lo que pueda o quiera y los que consideran que el estado debe regular hasta los aspectos más insignificantes de la vida del lanar. Estos son los marxistas, incluidos los separatistas, que también son marxistas, excepto las derechitas vascas y catalanas, que no tienen ideología marxista, pero la siguen porque piensan que eso les ayuda a sus fines o simplemente, están metidos en el marxismo cultural y las bases ni lo saben.

La parte más triste es la que votan a esos partidos que se dicen contrarios al marxismo, pero que siguen puntualmente las directrices marxistas sin que ni siquiera la mayoría de sus dirigentes lo sepan ni por supuesto, los votantes.

Estamos recogiendo los frutos de tantos años de siembra y eso no se puede evitar en unas elecciones. A lo más que se puede aspirar es que la gente reaccione parcialmente y frene un poco o un mucho esa ruta. Al menos, hay una parte del electorado que considera que lo que nos muestra la casta no es lo que necesitamos. Eso ha existido siempre, pero esta vez esa gente tiene forma de expresarlo.

Pero esta revolución, porque se trata de una revolución en contra de lo que nos han venido imponiendo, necesita una ideología clara, porque, de momento y para salvar lo que se pueda, está bien votar en contra de lo que no nos gusta, pero ir a la contra conduce necesariamente al fracaso. Pero no tengo ni idea si es posible en estos tiempos montar una ideología que no utilice nada del marxismo, que al fin y al cabo, lo impregna todo, incluida la forma de pensar que los que abominamos de esa ideología.

Y como siempre, esperar que las votaciones sean limpias y los resultados sean la suma de lo que sale en cada mesa.

Vanlop

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Domingo, 28 de Abril 2019
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