Información y Opinión

Un año aterrador de sanchismo



La esperpéntica sesión celebrada anoche por la Comisión de Hacienda del Congreso es la expresión de lo que hoy es el gobierno de Sánchez: peleas, cuchilladas, desorden, ausencia de la democracia, desprecio a las leyes y lejanía del pueblo. Aprobó subir el IRPF al ahorro pero tumbó el impuesto a la banca, lo que significa más saqueo a los ciudadanos por parte del gobierno más ladrón y despilfarrador de los últimos siglos.

Se acaba de cumlir un año de legislatura sanchista y el balance es aterrador. Su mandato está lleno de fracasos y destrozos, el último de ellos escandaloso, cobarde y rastrero, con un Pedro Sánchez escondiéndose de la DANA para eludir toda responsabilidad en el desastre y echando las culpas al presidente de la autonomía valenciana.

Sánchez cumple un año en el gobierno desde las últimas elecciones, que perdió, aunque le sirvieron para gobernar a través de una alianza que reunió a la escoria más inmoral del país y a los peores enemigos de España.

Ha sido un año de ignominia, corrupción, división, odio, avance de la delincuencia y deterioro de la convivencia, los valores y el prestigio y la solvencia de España en el mundo. El divorcio entre políticos y ciudadanos no para de crecer, lo mismo que el rechazo de la mayoría de los ciudadanos al pésimo y sucio gobierno de Sánchez.

Definitivamente, el actual gobierno de Sánchez está destrozando España.

España retrocede, la corrupción lo invade todo, incluso la familia del presidente, la democracia se derrumba, la ética perece, el gobierno está cubierto de fango apestoso, la corrupción galopa por las tierras de España, el prestigio internacional de España, por los suelos, crecen nuestros enemigos en el mundo, los delincuentes nos invaden y el gobierno los protege, las instituciones están ocupadas y envilecidas, la desigualdad es insoportable, nos roban con impuestos injustos, siembran odio y rencor a diestro y siniestro, los separatismos crecen, los asesinos son liberados de las cárceles, se indulta a la morralla del país, benefician a los más desleales, aplastan la libertad y la educación y la sanidad naufragan.
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Sánchez tiene alma de serpiente cuando asigna recursos del Estado a su esposa Begoña, que no tiene derecho a utilizarlos, mientras exige a Mazón y a las víctimas de Valencia «que los pida».

El sanchismo, que ya tiene acostumbrados a los españoles a vivir en los escándalos y la corrupción, es el traspiés más sucio y tenebroso de España en siglos. Es un eficaz foco contaminante que ha llenado de fango las instituciones, desde la Monarquía a las FF. AA,, el Parlamento, la información y la Justicia.

Es rechazado por los empresarios, los autónomos, los demócratas, los cristianos, los profesionales y todos lo que aman a España, mientras que sus amigos y aliados son cada día más los corruptos, golpistas, delincuentes y envilecidos.

El corazón del sanchismo es la mentira. El sanchismo ha convertido la mentira en el motor de su poder. No es de izquierdas ni de derecha, sino simplemente mentiroso y corrupto porque la mentira es el alma de la corrupción, al igual que la verdad es el mejor antídoto contra la suciedad.

Es tan enorme el entramado de la corrupción en España, que sólo puede sostenerse con la mentira y el engaño. Está tan podrido el poder, que los que gobiernan tienen que recurrir a la mentira para que no se conozca la verdad aterradora de sus abusos, injusticias y traiciones.

A través de la propaganda, el sanchismo miente y engaña cada día, oculta, tergiversa y manipula sin descanso. El resultado es un país desmoralizado, en declive, infectado y maloliente, tan alejado de la democracia y las libertades que da miedo.

El PSOE ha perdido lo poco que tenía de democracia y decencia y se ha convertido, bajo la bilis contaminante de Sánchez, en un cáncer con metástasis en todo el Estado.

Es el gobierno más débil en siglos, pero se comporta con arrogancia, como si fuera el más fuerte y poderoso. Ni siquiera es capaz de aprobar los presupuestos generales. Ha creado en su entorno una pandilla inmoral que protege al jefe de la banda. Sus alianzas preferidas son con los delincuentes, los okupas, los inmigrantes ilegales y los partidos golpistas, traidores a España y herederos del terror y el crimen.

El partido socialista ha sido despojado de toda ideología y Sánchez lo ha transformado en un conglomerado experto en repetirse privilegios y recursos del Estado. El PSOE, aliado con los partidos que le apoyan, ofrecen un panorama de crisis, terror y dolor.

Es cierto que el país crece, pero no lo hace con solidez y solvencia porque gran parte de ese crecimiento se debe al endeudamiento atroz del Estado. Las cantidades que España debe pagar cada año por el interés de su deuda son tan enormes que sólo pueden abonarse con impuestos saqueadores y pidiendo más dinero a los mercados. La espiral de endeudamiento nos lleva a la ruina, pero Sánchez, como carece de conciencia y decencia, no duda en endeudar a nuestros hijos y nietos e hipotecar el futuro de España.

El sanchismo es odiado y su líder, Pedro Sánchez, es ya el político más denostado y rechazado de toda la Historia moderna de España. El presidente no puede salir a las calles porque es abucheado y apedreado.

Su permanencia en el poder es enfermiza porque está tan rodeado y envuelto en delitos y corrupciones que lo lógico es que hubiera dimitido. Gobernar en esas condiciones, con una nación que le odia enfrente, es sólo apto para psicópatas.

Francisco Rubiales

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Martes, 19 de Noviembre 2024
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