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UPyD: luz y esperanza en el siniestro tunel de la política española





No sé si Rosa Díez (R-10) es consciente de que el tiempo y los acontecimientos le ayudan y que ella encarna hoy la luz y la esperanza en el oscuro túnel de la política española. No sé si ella lo sabe, pero el pasado 4 de octubre, cuando su partido, UPyD, celebraba con un acto su primer aniversario, sus seguidores sintieron ese espíritu mesiánico y pionero que suele iluminar las grandes aventuras y gestas.

UPyD nació hace un año en medio del escepticismo y del desprecio, pero hoy es un partido que crece en intención de votos, que concita esperanzas en el desolado panarama político español y que cada día arrebata más adeptos tanto a la izquierda como a la derecha.

El nuevo partido ha sabido conectar con un sentimiento incipiente en España, el del rechazo a la partitocracia y a sus arrogancias y abusos, que hoy es apenas un movimiento que florece entre intelectuales y ciudadanos libres, pero que, como ocurrió en la Italia de los años noventa, pronto se convertirá en la pólvora (Manos Limpias) que se llevará por delante a la corrupta e ineficiente oligocracia de partidos que nos gobierna. El de Rosa Díez es un partido que más que apostar por las ideologías, frágiles y desgastadas, ha apostado por los derechos civicos y los valores, que no se desgastan jamás.

Rosa Díez y sus militantes han conectado con otros sentimientos emergentes en la sociedad española, que crecen en intensidad cada día, como el rechazo a los abusos del nacionalismo y a la corrupción política, plasmada en ese criterio bastardo e inmoral según el cual es lícito “robar para el partido”.

También ha sabido conectar con otra de las corrientes fuertes que atraviesan hoy a la sociedad española: la recuperación del orgullo de ser español. En el acto central de la conmemoración del aniversario, Rosa llamó “españoles” a sus seguidores y muchos de ellos lloraron de emoción.

UPyD es el principio del vendaval ético y razonable que España necesita para sacudirse la podredumbre que embadurna su estructura política.

La existencia de UPyD nos permite decir a muchos españoles angustiados ante el tremendo deterioro de la democracia que “no todo está perdido”. El partido de Rosa es más activo en el Parlamento que cualquier otro, además de descarado, fresco, osado y valiente, muchos más que lel resto de los partidos que pueblan el llamado “espectro político”.

Por fortuna, la sociedad española conserva la decencia suficiente para amparar a un partido que merece apoyo y esperanza. Las encuestas le otorgan más del doble de los votos que tuvo en las anteriores elecciones y le vaticinan hasta tres diputados. Sin embargo, esas encuestas todavía no reflejan la gran frustración de los españoles ante los dos grandes partidos políticos, PSOE y PP, que han demostrado su incapacidad para cuidar la economía y para prevenir el estallido de una crisis que muchos veíamos venir desde hace años.

Aunque UPyD, como cualquier partido político, corre el riesgo de tornarse arrogante y maquinaria insaciable de poder, por ahora está demostrando la solvencia necesaria para sustentar la esperanza que los ciudadanos españoles necesitan y para recoger el descontento, la frustración y la amargura de los que han votado en las últimas citas electorales a personajes sobradamente fracasados e ineptos.



   
Viernes, 10 de Octubre 2008
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