Colaboraciones

UN REFERENDUM SOBRE LA SEGREGACIÓN





Cada día cobra más fuerza la idea de que se convoque un referendum en el que los españoles decidamos sobre la segregación que pretenden los independentistas vascos y catalanes. Ese referendum representaría la ortodoxia constitucional y arrebataría a los incompetentes políticos la decisión sobre un tema que les supera claramente, encomendando su solución a quienes poseen la soberanía: los ciudadanos.

Lo están pidiendo ya muchos españoles razonables, entre ellos el escritor Miguel Delibes, que exige constantemente "una consulta estatal sobre la segregación", como establece la Constitución.

En España la soberanía nacional reside en el pueblo, en todos y cada uno de los españoles, lo que significa que las grandes decisiones que afecten a la estructura de la nación la deben tomar todos los españoles, democráticamente. Sólo así se respetaría la legalidad. La segregación es algo demasiado importante para que sea decidido por políticos, cuyo comportamiento demuestra que representan sólo a sus propios intereses y, como mucho, a sus votantes, nunca a la totalidad de la ciudadanía.

Parece más que evidente que nuestros políticos no están a la altura de lo que requiere un país como España, que afronta una grave crisis de identidad y de unidad nacional, precisamente porque los políticos la han generado.

"Yo creo que no tiene futuro la independencia, paro ahí está la Constitución. Habrá que consultarla. Llevamos juntos demasiados siglos para salir ahora por peteneras y, en último extremo, tendrían que votar todos, que a nadie le gusta que le amputen una pierna sin decir ni pio", ha dicho el académico, escritor y periodista Miguel Delibes.

Se trata de que todo el pueblo español se pronuncie y decida si vascos, catalanes, gallegos, o cualquier otra región tiene derecho a la independencia. Esa no es una decisión que dependa de esas regiones exclusivamente. Con la Constitución en la mano, todos los españoles tenemos voz y voto.

A pesar de que la Constitución es clara al respecto, el gobierno socialista de Zapatero ni siquiera se atreve a plantear esa opción, que es la democráticamente correcta, creyéndose en el derecho de negociar con los nacionalistas los niveles de autonomía e independencia que deben disfrutar, sin consultar a los ciudadanos, como está ocurriendo con el proyectado referendum, claramente inconstitucional, planteado por el vasco Ibarretxe.

La Constitución también establece que cualquier referendum debe ser convocado en libertad, premisa que no se cumple en el País Vasco, donde la dictadura del miedo y de las armas está en las calles.


Rubén


   
Martes, 23 de Octubre 2007
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