Lo cierto es que el mundo está regido por mediocres, empezando por los que mandan y siguiendo por los políticos de todos los países. La mediocridad del presidente useño es absoluta, tomó un país que aún tenía un prestigio y un poder y va a dejar un país sin prestigio, sin poder y sin democracia, porque van derechos a la tiranía, si no están ya de lleno.
Otro caso de mediocridad apabullante es la Sra Merkel, que mientras las cosas fueron bien, Alemania marchaba, pero cavaba su propia tumba al estrujar a los demás países y el remate fue la crisis de los refugiados, provocada por ella misma e incapaz de darle salida. Y eso lo hizo sin pensar en las consecuencias. Típico de un mediocre.
Los nuestros parecen peores porque son a los que dedicamos nuestros desvelos y tal vez lo sean, dentro de un mundo de mediocres. Es lo que ocurre cuando una civilización ha llegado a la cumbre, la caída se produce y la acompañan gobernantes mediocres o al menos incapaces de revertir la situación.
Pero en todos los casos esos gobernantes salen del pueblo independientemente de la forma en que lo hagan. Un pueblo sano no permite gobernantes corruptos, la corrupción se da con pueblos corrompidos. Lo curioso de nuestro caso es que fueron los políticos los que se apoderaron del poder y desde allí corrompieron a la sociedad. Tal vez sea un caso insólito o tal vez sea típico de España.
Al lanar se le plantea un problema cada vez que tiene que votar y es que tiene que votar a alguien y a ser posible que gane, porque no es cosa de desperdiciar el voto. Por eso no importa la corrupción ni la mediocridad, hay que votar y como todos son iguales, se vota al que va a ganar o al que me gusta o al que votaba mi abuelo. En ningún caso se contempla la abstención o votar a partidos pequeños. Por eso el negocio funciona muy bien, hay dos tercios del electorado que votan siempre y eso legitima al sistema y por tanto no importa que un tercio de gente por diversos motivos no voten.
Desgraciadamente la situación es similar en nuestro entorno, la diferencia es que ellos no presumen y por tanto, las miserias no salen a relucir, por otra parte, los criterios de honradez son un poco distintos y si copiar una tesis es objeto de dimisión, hacer cierto tipo de negocios es legal porque alguien hizo que fuera legal, no porque ellos lo consideren moral.
Por tanto la regeneración no sólo no puede venir de fuera, por ejemplo con advertencias sobre la corrupción, sino que si aquí nos ponemos muy honrados, puede que hasta se enfaden. Porque Europa ha detectado varias veces chanchullos con el dinero que nos mandan, pero no ha exigido investigaciones serias con castigo a los culpables y embargo de sus bienes hasta pagar lo robado, se han limitado a exigir que les devuelvan lo robado sin importar quién y al final lo hemos pagado entre todos. Y que los ladrones se quedaban con el dinero lo sabían, pero no les importa, lo importante es demostrar que ellos castigan los fraudes.
Y pensar que as nuevas generaciones criadas en la logse pueden solucionar algo es utópico pues se han criado en la mediocridad y falta de exigencias y salvo individuos excepcionales, que no se meten en política pues encuentran buenos trabajos en la empresa privada, el resto es de una incultura abismal y así no se puede sacar un país adelante.
Vanlop
Otro caso de mediocridad apabullante es la Sra Merkel, que mientras las cosas fueron bien, Alemania marchaba, pero cavaba su propia tumba al estrujar a los demás países y el remate fue la crisis de los refugiados, provocada por ella misma e incapaz de darle salida. Y eso lo hizo sin pensar en las consecuencias. Típico de un mediocre.
Los nuestros parecen peores porque son a los que dedicamos nuestros desvelos y tal vez lo sean, dentro de un mundo de mediocres. Es lo que ocurre cuando una civilización ha llegado a la cumbre, la caída se produce y la acompañan gobernantes mediocres o al menos incapaces de revertir la situación.
Pero en todos los casos esos gobernantes salen del pueblo independientemente de la forma en que lo hagan. Un pueblo sano no permite gobernantes corruptos, la corrupción se da con pueblos corrompidos. Lo curioso de nuestro caso es que fueron los políticos los que se apoderaron del poder y desde allí corrompieron a la sociedad. Tal vez sea un caso insólito o tal vez sea típico de España.
Al lanar se le plantea un problema cada vez que tiene que votar y es que tiene que votar a alguien y a ser posible que gane, porque no es cosa de desperdiciar el voto. Por eso no importa la corrupción ni la mediocridad, hay que votar y como todos son iguales, se vota al que va a ganar o al que me gusta o al que votaba mi abuelo. En ningún caso se contempla la abstención o votar a partidos pequeños. Por eso el negocio funciona muy bien, hay dos tercios del electorado que votan siempre y eso legitima al sistema y por tanto no importa que un tercio de gente por diversos motivos no voten.
Desgraciadamente la situación es similar en nuestro entorno, la diferencia es que ellos no presumen y por tanto, las miserias no salen a relucir, por otra parte, los criterios de honradez son un poco distintos y si copiar una tesis es objeto de dimisión, hacer cierto tipo de negocios es legal porque alguien hizo que fuera legal, no porque ellos lo consideren moral.
Por tanto la regeneración no sólo no puede venir de fuera, por ejemplo con advertencias sobre la corrupción, sino que si aquí nos ponemos muy honrados, puede que hasta se enfaden. Porque Europa ha detectado varias veces chanchullos con el dinero que nos mandan, pero no ha exigido investigaciones serias con castigo a los culpables y embargo de sus bienes hasta pagar lo robado, se han limitado a exigir que les devuelvan lo robado sin importar quién y al final lo hemos pagado entre todos. Y que los ladrones se quedaban con el dinero lo sabían, pero no les importa, lo importante es demostrar que ellos castigan los fraudes.
Y pensar que as nuevas generaciones criadas en la logse pueden solucionar algo es utópico pues se han criado en la mediocridad y falta de exigencias y salvo individuos excepcionales, que no se meten en política pues encuentran buenos trabajos en la empresa privada, el resto es de una incultura abismal y así no se puede sacar un país adelante.
Vanlop