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Turquía: la Unión Europea no aprende y sigue despreciando la opinión de sus ciudadanos





A pesar de que existe evidencia científica suficiente para afirmar que los ciudadanos europeos no desean que Turquía sea admitida en la Unión como un miembro más, los gobiernos europeos han doblegado la resistencia de Austria y han iniciado las conversaciones de adhesión con el gigante musulmán.

La BBC ha informado hasta la saciedad que existe una evidente oposición ciudadana en Europa a la incorporación turca, pero, al parecer, la Unión, en manos de gobiernos que viven temerariamente de espaldas a sus ciudadanos, cuya opinión en democracia debe ser sagrada, no está dispuesta a someterse a la opinión pública.

Según la BBC, los sondeos realizados en cada país de la Unión reflejan que en ninguno de ellos existe una mayoría a favor del ingreso de Turquía.

Los "noes" de Francia y Holanda a la Constitución pusieron de relieve que Europa había sido construida en exclusiva por los políticos, de espaldas a sus ciudadanos, y reflejaron un preocupante divorcio entre la ciudadanía europea y sus políticos, en los que ya no confian.

El asunto de la adhesión de Turquía a la Unión amenaza con convertirse en un capítulo más del escandaloso divorcio entre gobiernos y ciudadanos, algo que degenera y degrada la democracia hasta límites inaceptables. Arrogantes y obtusos, los gobiernos europeos han dado un paso trascendental en contra de la opinión de sus representados.

La negociación entre la Unión y Turquía comenzaron en la madrugada, después de que se abriera también el diálogo con Croacia, un país aliado de Austria, y tras recibirse fuertes presiones desde Washington para que Turquía, una pieza importante de la OTAN, no fuera humillada en su relación con Europa.

Austria proponía que Turquía, en una primera etapa, adquiera una vinculación especial y privilegiada con la Unión para, porteriormente, en una segunda etapa, emprender, si todo va bien, la ruta de la incorporación.

El gobierno de Turquía había declarado que prefieren abandonar las negociaciones antes que aceptar la oferta austriaca. El Canciller de Turquía, Abdullah Gul llamó a la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Condoleezza Rice, para prevenirle que Turquía está dispuesta a abandonar las negociaciones antes que aceptar un estatus inferior dentro de la UE.

Europa está debilitada por el "no" de los ciudadanos franceses y holandeses a un texto constitucional que "sí" habrían aprobado los parlamentos de Francia y Holanda, una prueba que pone en evidencia la escasa conexión de los gobiernos con sus respectivos pueblos.

Los defensores de la incorporación de Turquía a la Unión esgrimen el argumento de la importancia que tiene el gesto de invitar a un país musulmán para que se una a una Europa mayoritariamente cristiana, un paso importante en la ruta de la "alianza de las civilizaciones", tan querida por Rodríguez Zapatero, pero, aunque se oculte, el asunto turco también es un capítulo más de lo que centenares de expertos y observadores consideran ya un "escándalo" en la democracia europea: el desprecio del liderazgo político europeo por la opinión de sus ciudadanos, algo que degrada y deslegitima al sistema democrático vigente.


Franky  
Martes, 4 de Octubre 2005
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