Las mentiras y trucos de Sánchez destapados por la cadena CNN
Un día antes, la Comisión Europea se sorprendió y protestó ante la utilización mentirosa y propagandística que ha hecho el Gobierno español de una carta «de cortesía» que la presidenta Ursula von der Leyen le había enviado a Pedro Sánchez. El truculento y mentiroso gobierno de España utilizó esa carta para decir a los ciudadanos que la Comisión "felicitaba" a Sánchez por su reparto de los fondos extraordinarios enviados por Europa, unos fondos que la mayoría de los españoles saben que están siendo utilizados por el trilero con las habituales argucias, arbitrariedades y trampas, para beneficiar a los suyos y marginar o castigar a los adversarios.
Pero estos dos actos tramposos son apenas una centésima parte de lo que el gobierno que preside Sánchez acostumbra a hacer. Sus trucos, mentiras y engaños son una constante insoportable, que está destrozando la fiabilidad de España. Unas semanas atrás, el ex vicepresidente Pablo Iglesias comunicó datos de encuestas oficiales, realizadas por el CIS, de manera anticipada, antes de que fueran conocidos por el Congreso y la opinión pública, lo que reflejaba que es acertada la sospecha de que Sánchez y sus amigos juegan con ventaja y no respetan las reglas elementales de la democracia.
Mentiras a diario, miles de violaciones de la Ley de Transparencia, que en la practica ha sido anulada, y una vergonzosa opacidad en muchas de las actuaciones del gobierno, que se ocultan para evitar reacciones indignadas del pueblo, son la rutina diaria de una nación que ha caído en manos de rufianes y traficantes de mentiras y engaños.
Hace pocos días, el prestigioso diario ABC titulaba que "el gobierno de Sánchez ha infringido 1.200 veces la Ley de Transparencia", un comportamiento corrupto y de abuso de poder que provocaría la dimisión inmediata en cualquier otro país europeo donde esté vigente la democracia, pero que en la España de Sánchez es comida de todos los días.
La inflación de mentiras, engaños, trampas y estafas con el gobierno como protagonista es infernal e insoportable para cualquier país decente, pero los españoles, paralizados y soportando todos los abusos posibles e imaginables de sus dirigentes políticos, demuestran ser el pueblo más cobarde y sometido de Europa y, probablemente, del mundo.
El gobierno de Estados Unidos, tanto el de Donald Trump como el de Joe Biden, lo han calado y, temeroso que de que revele secretos y traicione la seguridad común, ha decidido marginar a Sánchez y cerrarle el grifo de la información sensible, además de no invitarle a las cumbres y reuniones donde se manejan datos confidenciales. Nadie lo dice, pero ese desprestigio y marginación internacional de Sánchez está privando a España de grandes negocios y oportunidades en el mundo.
Las mentiras y trampas no son nuevas y van unidas a la personalidad de Pedro Sánchez, al que los socialistas eligieron como líder a pesar de haber sido sorprendido haciendo trampas, con una urna escondida detrás de una cortina, en una votación crucial de su partido.
Tras ser reelegido secretario general ante la sorpresa de los españoles decentes y alcanzar el poder mediante una moción de censura al derechista Rajoy, hizo al controlar el poder todo lo contrario de lo que había prometido, pactó con los enemigos de España, a los que había garantizado que nunca acogería en su gobierno, y aplazó todo lo que pudo las elecciones, que dijo que serían "inmediatas" cuando ganó su moción.
Desde que accedió al poder, sus trucos, trampas y mentiras son una sinfonía impresentable e indecente que el pueblo español, por razones de salud y dignidad, jamás debería soportar de un político que, además, está conduciendo al país hacia la bancarrota, la decadencia y el fracaso.
Recientemente estuve en Italia y allí contacté con amigos de mis tiempos de corresponsal de prensa en Roma y el Vaticano (1980-83). Uno de ellos, ya jubilado y famoso en sus tiempos por su sagacidad periodística, me dijo: "¿Como un pueblo digno y bravo como el español puede soportar a un sinvergüenza como Sánchez?" Le respondí, un poco avergonzado por el pasaporte que llevaba en el bolsillo, que yo tampoco lo entendía y que algo grave y extraño ha debido ocurrirle a los españoles.
Francisco Rubiales
Pero estos dos actos tramposos son apenas una centésima parte de lo que el gobierno que preside Sánchez acostumbra a hacer. Sus trucos, mentiras y engaños son una constante insoportable, que está destrozando la fiabilidad de España. Unas semanas atrás, el ex vicepresidente Pablo Iglesias comunicó datos de encuestas oficiales, realizadas por el CIS, de manera anticipada, antes de que fueran conocidos por el Congreso y la opinión pública, lo que reflejaba que es acertada la sospecha de que Sánchez y sus amigos juegan con ventaja y no respetan las reglas elementales de la democracia.
Mentiras a diario, miles de violaciones de la Ley de Transparencia, que en la practica ha sido anulada, y una vergonzosa opacidad en muchas de las actuaciones del gobierno, que se ocultan para evitar reacciones indignadas del pueblo, son la rutina diaria de una nación que ha caído en manos de rufianes y traficantes de mentiras y engaños.
Hace pocos días, el prestigioso diario ABC titulaba que "el gobierno de Sánchez ha infringido 1.200 veces la Ley de Transparencia", un comportamiento corrupto y de abuso de poder que provocaría la dimisión inmediata en cualquier otro país europeo donde esté vigente la democracia, pero que en la España de Sánchez es comida de todos los días.
La inflación de mentiras, engaños, trampas y estafas con el gobierno como protagonista es infernal e insoportable para cualquier país decente, pero los españoles, paralizados y soportando todos los abusos posibles e imaginables de sus dirigentes políticos, demuestran ser el pueblo más cobarde y sometido de Europa y, probablemente, del mundo.
El gobierno de Estados Unidos, tanto el de Donald Trump como el de Joe Biden, lo han calado y, temeroso que de que revele secretos y traicione la seguridad común, ha decidido marginar a Sánchez y cerrarle el grifo de la información sensible, además de no invitarle a las cumbres y reuniones donde se manejan datos confidenciales. Nadie lo dice, pero ese desprestigio y marginación internacional de Sánchez está privando a España de grandes negocios y oportunidades en el mundo.
Las mentiras y trampas no son nuevas y van unidas a la personalidad de Pedro Sánchez, al que los socialistas eligieron como líder a pesar de haber sido sorprendido haciendo trampas, con una urna escondida detrás de una cortina, en una votación crucial de su partido.
Tras ser reelegido secretario general ante la sorpresa de los españoles decentes y alcanzar el poder mediante una moción de censura al derechista Rajoy, hizo al controlar el poder todo lo contrario de lo que había prometido, pactó con los enemigos de España, a los que había garantizado que nunca acogería en su gobierno, y aplazó todo lo que pudo las elecciones, que dijo que serían "inmediatas" cuando ganó su moción.
Desde que accedió al poder, sus trucos, trampas y mentiras son una sinfonía impresentable e indecente que el pueblo español, por razones de salud y dignidad, jamás debería soportar de un político que, además, está conduciendo al país hacia la bancarrota, la decadencia y el fracaso.
Recientemente estuve en Italia y allí contacté con amigos de mis tiempos de corresponsal de prensa en Roma y el Vaticano (1980-83). Uno de ellos, ya jubilado y famoso en sus tiempos por su sagacidad periodística, me dijo: "¿Como un pueblo digno y bravo como el español puede soportar a un sinvergüenza como Sánchez?" Le respondí, un poco avergonzado por el pasaporte que llevaba en el bolsillo, que yo tampoco lo entendía y que algo grave y extraño ha debido ocurrirle a los españoles.
Francisco Rubiales