imagen cedida por www.lakodorniz.com
Nada menos que 700 cargos electos pertenecientes a los tres partidos que integran el actual gobierno vasco (PNV, EA y EB) firmaron el sábado un documento en el que solicitan que los políticos se blinden ante la ley.
La petición, que será remitida a los presidentes del Congreso, del Senado y del Consejo General del Poder Judicial, representa un intento de dinamitar el Estado de Derecho, convirtiendo a los políticos en el poder en impunes e inmunes ante la ley.
Los políticos, con esa petición, pretenden defender al jefe del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, a quien la Justicia le ha abierto una causa por haberse entrevistado con Arnaldo Otegui, representante de la organización ilegalizada Batasuna.
Se trata de un movimiento totalitario que, si llegana a alcanzar el éxito, destruiría la democracia española y convertiría a los políticos en el poder en una casta de privilegiados con permiso para burlar la ley y los principios.
La democracia española, ya degradada y devaluadsa por el excesivo poder de los partidos políticos y la falta de controles ciudadanos a los poderes públicos, sigue manteniendo sus esencias democráticas porque la Justicia está por encima de todos y los polítiicos deben someterse a la ley. Si este último bastión democrático fuese eliminado, no quedaría en España resto alguno de una democracia real.
La petición, que será remitida a los presidentes del Congreso, del Senado y del Consejo General del Poder Judicial, representa un intento de dinamitar el Estado de Derecho, convirtiendo a los políticos en el poder en impunes e inmunes ante la ley.
Los políticos, con esa petición, pretenden defender al jefe del gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, a quien la Justicia le ha abierto una causa por haberse entrevistado con Arnaldo Otegui, representante de la organización ilegalizada Batasuna.
Se trata de un movimiento totalitario que, si llegana a alcanzar el éxito, destruiría la democracia española y convertiría a los políticos en el poder en una casta de privilegiados con permiso para burlar la ley y los principios.
La democracia española, ya degradada y devaluadsa por el excesivo poder de los partidos políticos y la falta de controles ciudadanos a los poderes públicos, sigue manteniendo sus esencias democráticas porque la Justicia está por encima de todos y los polítiicos deben someterse a la ley. Si este último bastión democrático fuese eliminado, no quedaría en España resto alguno de una democracia real.