Dicen que Medellín (Colombia) es la cuna de los sicarios, pero esos asesinos pronto serán superados en maldad y crueldad sanguinaria por los asesinos pagados por el poder político.
Ya se están librando las primeras escaramuzas de las guerras del futuro: asesinatos ordenados por los políticos, ciberataques destinados a destrozar la seguridad y el orden en el campo enemigo, pandillas de delincuentes financiadas por enemigos ocultos, políticos convertido en capos mafiosos y sicarios con mandato de asesinar políticos adversarios, grandes empresarios y personajes claves en las estructuras de poder adversarias.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, fue herido de gravedad recientemente y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha sido atacada en Copenhague, mientras al otro lado del Atlántico más de una treintena de candidatos mexicanos fueron asesinados.
En España, los sicarios también hirieron no hace mucho al político español Vidal Cuadras, sin que ese delito haya sido aclarado por completo, y en sitios como la Costa del Sol los sicarios son ya casi tan numerosos como en Colombia.
Los expertos y los grandes Think Tanks del mundo creen que el futuro pertenece a los sicarios y que los países deben reforzar sus defensas ante esa nueva arma, ya utilizada en países tiranizados como Rusia, donde Putin hace desaparecer a sus enemigos, en Cuba, donde hay cientos de opositores desaparecidos, en Venezuela y en otros basureros del mapa mundial.
Los sicarios del futuro, que ya están irrumpiendo en nuestro mundo presente, son una extensión de los viejos mercenarios, pero mejor pagados y con objetivos muy concretos y de gran nivel. No cabe duda de que Rusia es líder de esa práctica, perfeccionando lo que hacen los sicarios del poder en Cuba y Venezuela, los que están al servicio del narcotráfico en México y Colombia y otros países y los que, desde el nihilismo y la desesperación, atentaron en el pasado contra políticos y monarcas.
Recordemos qua Primera Guerra Mundial fue provocada por un sicario en Sarajevo y que los sicarios al servicio de los gobiernos tuvieron gran protagonismo en la Segunda, donde asesinaron y sabotearon a diestro y siniestro.
El fenómeno crecerá de manera exponencial en los próximos años y los actuales conceptos de seguridad tendrán que ser redefinidos. Los políticos tendrán que moverse con mayores y mejores escoltas o no se atreverán a salir de sus palacios y ministerios.
La bajeza y corrupción que dominan en muchos de los gobiernos del mundo facilitarán el tránsito hacia un mundo de asesinos sueltos. La democracia ha sido ya dinamitada y hay pocos valores que resistan al embate de los corruptos dueños de los estados.
La clase política, infectada de suciedad y con escaso bagaje ético, es receptiva a todo tipo de crímenes que le faciliten el control del poder. Un mundo sin Dios y sin democracia ni principios es el caldo de cultivo perfecto para que florezcan los asesinos.
En un mundo donde mandan los delincuentes, los asesinos no serán ya los enemigos de la paz, sino los aliados de ese poder podrido y nauseabundo que ya financia a los musulmanes que llegan para delinquir, a los que roban viviendas y a los que colaboran con dinero y negocios sucios a que los político desalmados se enriquezcan.
Francisco Rubiales
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El primer ministro eslovaco, Robert Fico, fue herido de gravedad recientemente y la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha sido atacada en Copenhague, mientras al otro lado del Atlántico más de una treintena de candidatos mexicanos fueron asesinados.
En España, los sicarios también hirieron no hace mucho al político español Vidal Cuadras, sin que ese delito haya sido aclarado por completo, y en sitios como la Costa del Sol los sicarios son ya casi tan numerosos como en Colombia.
Los expertos y los grandes Think Tanks del mundo creen que el futuro pertenece a los sicarios y que los países deben reforzar sus defensas ante esa nueva arma, ya utilizada en países tiranizados como Rusia, donde Putin hace desaparecer a sus enemigos, en Cuba, donde hay cientos de opositores desaparecidos, en Venezuela y en otros basureros del mapa mundial.
Los sicarios del futuro, que ya están irrumpiendo en nuestro mundo presente, son una extensión de los viejos mercenarios, pero mejor pagados y con objetivos muy concretos y de gran nivel. No cabe duda de que Rusia es líder de esa práctica, perfeccionando lo que hacen los sicarios del poder en Cuba y Venezuela, los que están al servicio del narcotráfico en México y Colombia y otros países y los que, desde el nihilismo y la desesperación, atentaron en el pasado contra políticos y monarcas.
Recordemos qua Primera Guerra Mundial fue provocada por un sicario en Sarajevo y que los sicarios al servicio de los gobiernos tuvieron gran protagonismo en la Segunda, donde asesinaron y sabotearon a diestro y siniestro.
El fenómeno crecerá de manera exponencial en los próximos años y los actuales conceptos de seguridad tendrán que ser redefinidos. Los políticos tendrán que moverse con mayores y mejores escoltas o no se atreverán a salir de sus palacios y ministerios.
La bajeza y corrupción que dominan en muchos de los gobiernos del mundo facilitarán el tránsito hacia un mundo de asesinos sueltos. La democracia ha sido ya dinamitada y hay pocos valores que resistan al embate de los corruptos dueños de los estados.
La clase política, infectada de suciedad y con escaso bagaje ético, es receptiva a todo tipo de crímenes que le faciliten el control del poder. Un mundo sin Dios y sin democracia ni principios es el caldo de cultivo perfecto para que florezcan los asesinos.
En un mundo donde mandan los delincuentes, los asesinos no serán ya los enemigos de la paz, sino los aliados de ese poder podrido y nauseabundo que ya financia a los musulmanes que llegan para delinquir, a los que roban viviendas y a los que colaboran con dinero y negocios sucios a que los político desalmados se enriquezcan.
Francisco Rubiales
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