El problema de España ante la crisis es más grave que el de cualquier otro país desarrollado porque ha tenido la mala suerte de contar en los momentos decisivos con un gobierno irresponsable, torpe y fanático, empeñado en dividir a los ciudadanos en lugar de unirlos y en recurrir al gasto público y al endeudamiento como únicas recetas frente a la crisis, permaneciendo insensible y pasivo ante la destrucción del empleo y del tejido productivo español, una política demencial que está acelerando y agudizando el camino de España hacia la derrota, el fracaso y la pobreza.
La culpabilidad de Zapatero, de su equipo y de los muchos que le apoyan en la destrucción de España es hoy una terrible sospecha pero no es una exageración y, desgraciadamente, pronto sera una realidad comprobada. Pero ya será demasiado tarde.
El gobierno de España, algunos grandes bancos y los dos mayores partidos políticos españoles comparten un peligroso secreto, guardado celosamente para que los ciudadanos no lo conozcan, aunque muchos ya lo ven venir: si se cumplen las peores previsiones, España vivirá momentos dramáticos en su futuro inmediato, con casi 6 millones de parados en el 2012, año electoral, con violencia y conflictos sociales y con un Estado que, arruinado e incapaz de pagar las pensiones y de cumplir con sus obligaciones básicas, quizás tenga que recurrir, incluso, al racionamiento de bienes de primera necesidad.
Algunas de las previsiones más dramáticas fueron anticipadas a la opinión pública en el Foro de Davos (World Economic Forum), pero las más terribles están protegidas y son únicamente para consumo de los gobiernos y de los partidos con posibilidades de gobernar. Según Davos, la gente empezará por robar en los supermercados, como ya está ocurriendo en España, pero la desesperación llevará a los pobres hasta el borde del abismo, con una sociedad inundada de inseguridad, violencia y revueltas.
Algunas de esas previsiones prohibidas pueden percibirse leyendo entre líneas el blog La carta de la bolsa, donde Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica de la Facultad de Economía IQS de la Universidad Ramon Llull, las revela con sangre fría. Obviamente, Niño Becerra es tachado de "alarmista" por el poder establecido.
Pero cada día son más los que creen que el mundo no está en una crisis sino padeciendo una enfermedad terminal y que panorama que se perfila en el horizonte es tan sobrecogedor que los gobiernos han decidido ocultarlo a los ciudadanos, a pesar de los riesgos que esa opacidad deliberada conlleva en las democracias.
Uno de los párrafos del análisis de Niño Becerra dice: "Entre Junio y Agosto del 2010, el derrumbe, ¿por qué?, pues porque meses antes ya se habrá llegado a la conclusión de que ninguna de las medidas que se hayan tomado, de que ninguna de las políticas que se hayan adoptado, ha servido, ni sirve, para resolver nada porque nada es posible resolver; y se habrá acabado la función. La caída será a plomo, unas economías más que otras: España más que The UK, por ejemplo, pero nadie va a quedar al margen de esa crisis sistémica. Así, cayendo, estaremos hasta finales del 2012."
Aquellos que conocen las previsiones ocultadas tiemblan de miedo y no saben qué hacer. Algunos, como el español Zapatero, sorprenden a los iniciados porque sigue gastando a manos llenas y comportándose como si no ocurriera nada. Muchos de sus colegas europeos empiezan a creer que Zapatero y su gobierno, por desoir recomendaciones reiteradas y angustiosas como las del FMI, que pide austeridad pública y reducciones fiscales para las empresas, no poseen el nivel mínimo exigible para estar al frente de un país como España. El francés Sarkozy, pensando en los contumaces e insólitos errores del gobierno de España, ya ha comentado en una comida que Zapatero no es demasiado inteligente.
Esos secretos explican muchos comportamientos de la política mundial que, sin conocerlos, parecen absurdos. En España, por ejemplo, algunos analistas del PP aconsejan a Rajoy que no luche demasiado por alcanzar el gobierno porque ganar unas elecciones en 2012, con el país arruinado y la sociedad en efervescencia y sumida en la desesperación y la violencia, no es atractivo.
Algunos asesores de Zapatero y algunos políticos cuerdos del PSOE, cada día más escasos porque Zapatero los va laminando progresivamente, desesperados porque no pueden romper el optimismo enfermo del "presi", le aconsejan que adelante las elecciones porque en 2012, si se celebran con 6 millones de parados, con escasez de suministros, con la sanidad pública paralizada, con las pensiones en peligro y con las calles tomadas por hambrientos resentidos y violentos, es imposible ganarlas.
La culpabilidad de Zapatero, de su equipo y de los muchos que le apoyan en la destrucción de España es hoy una terrible sospecha pero no es una exageración y, desgraciadamente, pronto sera una realidad comprobada. Pero ya será demasiado tarde.
El gobierno de España, algunos grandes bancos y los dos mayores partidos políticos españoles comparten un peligroso secreto, guardado celosamente para que los ciudadanos no lo conozcan, aunque muchos ya lo ven venir: si se cumplen las peores previsiones, España vivirá momentos dramáticos en su futuro inmediato, con casi 6 millones de parados en el 2012, año electoral, con violencia y conflictos sociales y con un Estado que, arruinado e incapaz de pagar las pensiones y de cumplir con sus obligaciones básicas, quizás tenga que recurrir, incluso, al racionamiento de bienes de primera necesidad.
Algunas de las previsiones más dramáticas fueron anticipadas a la opinión pública en el Foro de Davos (World Economic Forum), pero las más terribles están protegidas y son únicamente para consumo de los gobiernos y de los partidos con posibilidades de gobernar. Según Davos, la gente empezará por robar en los supermercados, como ya está ocurriendo en España, pero la desesperación llevará a los pobres hasta el borde del abismo, con una sociedad inundada de inseguridad, violencia y revueltas.
Algunas de esas previsiones prohibidas pueden percibirse leyendo entre líneas el blog La carta de la bolsa, donde Santiago Niño Becerra. Catedrático de Estructura Económica de la Facultad de Economía IQS de la Universidad Ramon Llull, las revela con sangre fría. Obviamente, Niño Becerra es tachado de "alarmista" por el poder establecido.
Pero cada día son más los que creen que el mundo no está en una crisis sino padeciendo una enfermedad terminal y que panorama que se perfila en el horizonte es tan sobrecogedor que los gobiernos han decidido ocultarlo a los ciudadanos, a pesar de los riesgos que esa opacidad deliberada conlleva en las democracias.
Uno de los párrafos del análisis de Niño Becerra dice: "Entre Junio y Agosto del 2010, el derrumbe, ¿por qué?, pues porque meses antes ya se habrá llegado a la conclusión de que ninguna de las medidas que se hayan tomado, de que ninguna de las políticas que se hayan adoptado, ha servido, ni sirve, para resolver nada porque nada es posible resolver; y se habrá acabado la función. La caída será a plomo, unas economías más que otras: España más que The UK, por ejemplo, pero nadie va a quedar al margen de esa crisis sistémica. Así, cayendo, estaremos hasta finales del 2012."
Aquellos que conocen las previsiones ocultadas tiemblan de miedo y no saben qué hacer. Algunos, como el español Zapatero, sorprenden a los iniciados porque sigue gastando a manos llenas y comportándose como si no ocurriera nada. Muchos de sus colegas europeos empiezan a creer que Zapatero y su gobierno, por desoir recomendaciones reiteradas y angustiosas como las del FMI, que pide austeridad pública y reducciones fiscales para las empresas, no poseen el nivel mínimo exigible para estar al frente de un país como España. El francés Sarkozy, pensando en los contumaces e insólitos errores del gobierno de España, ya ha comentado en una comida que Zapatero no es demasiado inteligente.
Esos secretos explican muchos comportamientos de la política mundial que, sin conocerlos, parecen absurdos. En España, por ejemplo, algunos analistas del PP aconsejan a Rajoy que no luche demasiado por alcanzar el gobierno porque ganar unas elecciones en 2012, con el país arruinado y la sociedad en efervescencia y sumida en la desesperación y la violencia, no es atractivo.
Algunos asesores de Zapatero y algunos políticos cuerdos del PSOE, cada día más escasos porque Zapatero los va laminando progresivamente, desesperados porque no pueden romper el optimismo enfermo del "presi", le aconsejan que adelante las elecciones porque en 2012, si se celebran con 6 millones de parados, con escasez de suministros, con la sanidad pública paralizada, con las pensiones en peligro y con las calles tomadas por hambrientos resentidos y violentos, es imposible ganarlas.