El Ministro Jordi Sevilla ha dicho de su jefe, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien debe su alto cargo, que es un ser al que hay que situar "en un nivel superior al del resto de los moratales". Ante tamaña barbaridad antidemocrática, uno ya no sabe si está siendo gobernado por una teocracia, por una monarquía absoluta o por un conjunto de memos, de baja alcurnia intelectual, que dedican su mayor esfuerzo a proporcionar a los ciudadanos dosis masivas de anestesia.
Nadie en democracia puede situarse en un nivel "superior al del resto de los humanos", señor Sevilla. En las teocracias antiguas de Egipto y en aquellas las monarquías absolutas que fueron erradicadas tras la Revolución Francesa, "sí" tenía cabida su pensamiento, pero, afortunadamente, la Humanidad ha superado aquellas patrañas, o al menos eso creíamos.
¿Por qué no nos propone usted que construyamos en España una pirámide que sirva de tamba a su amigo el Presidente?
Le recomiendo (a usted y a los muchos que confunden lo público con lo privado y que desconocen las leyes básicas de la democracia) que lean el siguiente párrafo, tomado del libro "Democracia Secuestrada", del que soy autor:
"Los poderosos del presente han logrado lo que nunca antes habían conseguido los poderes a lo largo de la historia: las cosas están tan mal que parece que están bien; nadie añora la utopía, ni echa de menos los ideales perdidos; la gente contempla paralizada y con cara de bobo el continuo espectáculo de los abusos del poder, la injusticia y la mentira; muy pocos son conscientes de que están siendo manipulados y los que protestan frente a la ineficacia y la traición de los poderes son apenas unos cuantos. Los mediocres han tomado el poder prácticamente sin encontrar resistencia y los intelectuales y sabios, aquellos que durante siglos representaron la vanguardia y la conciencia crítica de la Humanidad, ahora están desmoralizados, resultan incómodos, han sido castrados y apenas consiguen proyectar hacia la sociedad otra cosa que confusión, duda y silencio. Prácticamente todos nos sentimos a gusto en la pocilga, una charca carente de valores, principios y verdades. Cuando nuestra sociedad y nuestros líderes caen en el profundo pozo de la inmoralidad, nadie tiene arrestos para reaccionar. El mundo está anestesiado y hasta sus mejores hijos parece que han tirado la toalla."
Nadie en democracia puede situarse en un nivel "superior al del resto de los humanos", señor Sevilla. En las teocracias antiguas de Egipto y en aquellas las monarquías absolutas que fueron erradicadas tras la Revolución Francesa, "sí" tenía cabida su pensamiento, pero, afortunadamente, la Humanidad ha superado aquellas patrañas, o al menos eso creíamos.
¿Por qué no nos propone usted que construyamos en España una pirámide que sirva de tamba a su amigo el Presidente?
Le recomiendo (a usted y a los muchos que confunden lo público con lo privado y que desconocen las leyes básicas de la democracia) que lean el siguiente párrafo, tomado del libro "Democracia Secuestrada", del que soy autor:
"Los poderosos del presente han logrado lo que nunca antes habían conseguido los poderes a lo largo de la historia: las cosas están tan mal que parece que están bien; nadie añora la utopía, ni echa de menos los ideales perdidos; la gente contempla paralizada y con cara de bobo el continuo espectáculo de los abusos del poder, la injusticia y la mentira; muy pocos son conscientes de que están siendo manipulados y los que protestan frente a la ineficacia y la traición de los poderes son apenas unos cuantos. Los mediocres han tomado el poder prácticamente sin encontrar resistencia y los intelectuales y sabios, aquellos que durante siglos representaron la vanguardia y la conciencia crítica de la Humanidad, ahora están desmoralizados, resultan incómodos, han sido castrados y apenas consiguen proyectar hacia la sociedad otra cosa que confusión, duda y silencio. Prácticamente todos nos sentimos a gusto en la pocilga, una charca carente de valores, principios y verdades. Cuando nuestra sociedad y nuestros líderes caen en el profundo pozo de la inmoralidad, nadie tiene arrestos para reaccionar. El mundo está anestesiado y hasta sus mejores hijos parece que han tirado la toalla."