En el futuro se vislumbra ya una confrontación entre Sánchez y su corte de enemigos de España y Ayuso, encabezando las fuerzas de la libertad, el petriotismo y la regeneración
Cuando dos poderosos contendientes tiran de la misma cuerda, el centro se convierte en un roto. Así está quedando el pobre Casado.
El socialismo marxista nació con vocación de tiranía internacional, mientras que la reacción que encarna VOX nace con ansias de liberación nacional. Sin embargo, no podrá limitarse a transformar España en un oasis de libertad, sino que deberá formar parte de una gran corriente internacional.
Enfrente hay toda una generación de pseudoperiodistas, intelectualoides, tecnocapitalistas, medioclasistas progres, figurines mediáticos y perroflautas de toda clase y condición dispuestos a boicotear el proyecto. En realidad, lo único que los localiza con precisión es su paso por la universidad contemporánea, esa gigantesca fábrica de marionetas. No son lo que se podría entender como «parias de la tierra» o «famélica legión»; más bien se trata de gente de vida fácil y moral desastrosa, a los que les gusta creerse en posesión de las grandes verdades, las grandes bondades y los grandes botones de mando.
La tarea es hercúlea, aunque la bola ha empezado a moverse y va adquiriendo velocidad. Hay cosas que no pueden detener ni todos los necios del mundo.
La humanidad nunca ha caminado hacia un horizonte de concordia y progreso, sino hacia un abismo de lucha y destrucción, y este paso va en ese sentido. Pero si hemos de caer derrotados, que sea en campo abierto, peleando por nuestra libertad, y no en el interior de la cárcel de muselina que están tejiendo a nuestro alrededor.
Yorick
El socialismo marxista nació con vocación de tiranía internacional, mientras que la reacción que encarna VOX nace con ansias de liberación nacional. Sin embargo, no podrá limitarse a transformar España en un oasis de libertad, sino que deberá formar parte de una gran corriente internacional.
Enfrente hay toda una generación de pseudoperiodistas, intelectualoides, tecnocapitalistas, medioclasistas progres, figurines mediáticos y perroflautas de toda clase y condición dispuestos a boicotear el proyecto. En realidad, lo único que los localiza con precisión es su paso por la universidad contemporánea, esa gigantesca fábrica de marionetas. No son lo que se podría entender como «parias de la tierra» o «famélica legión»; más bien se trata de gente de vida fácil y moral desastrosa, a los que les gusta creerse en posesión de las grandes verdades, las grandes bondades y los grandes botones de mando.
La tarea es hercúlea, aunque la bola ha empezado a moverse y va adquiriendo velocidad. Hay cosas que no pueden detener ni todos los necios del mundo.
La humanidad nunca ha caminado hacia un horizonte de concordia y progreso, sino hacia un abismo de lucha y destrucción, y este paso va en ese sentido. Pero si hemos de caer derrotados, que sea en campo abierto, peleando por nuestra libertad, y no en el interior de la cárcel de muselina que están tejiendo a nuestro alrededor.
Yorick