La imagen del “totum revolutum” es la primera que me ha venido al caletre nada más tener noticia de que a ERC y al PP también les fueron condonadas deudas (con condón, de nada). Y me he dicho a mí mismo, ¡claro!, ¡por supuestísimo!, he aquí la clave: todo revuelto, todo resuelto. Y es que, como todo quisque sabe, pues el dicho no se cansa de iterar una y otra vez lo mismo, a río revuelto, ganancia de pescadores (aunque el menda lerenda prefiere una variante, que contiene el último término sincopado -y más cabal- de “pecadores”).
A este paso, el colectivo de funcionarios públicos “Manos Limpias” no va a dar abasto, porque por doquier aparecen, nacen y/o surgen los casos de “mamandurrias”. Hoy, verbigracia, ha presentado (aún no había trascendido la denuncia formulada por el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, de que al PP varias entidades financieras le habían condonado más de 3 millones de euros, si se suman las cifras de cuatro créditos que la susodicha formación “pepera” había suscrito entre 1989 y 2001) ante la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción sendas denuncias contra el ministro de Industria, José Montilla, y el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, por presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y financiación ilegal de partidos políticos.
Hay quien se refiere a los políticos con expresiones malsonantes como ésta, “casta de granujas”, y con la torticera generalidad de que todos son iguales. Hay quien gusta sentenciar que por sus hechos (con provecho) los conoceréis. No falta clérigo que sostiene que la política (no Dios) los parió y ellos se juntaron.
¿De verdad la política sin ética ni estética los pare impares, singulares, y ellos se juntan para hacer “chapulcos”, fechorías? Con respecto a este caso, debo referir con deferencia que lo que sí tengo claro (en grado elativo) es que urge, sin dilación, cuanto antes, una Ley de Partidos Políticos (Honestos), sin duda.
Ángel Sáez García
A este paso, el colectivo de funcionarios públicos “Manos Limpias” no va a dar abasto, porque por doquier aparecen, nacen y/o surgen los casos de “mamandurrias”. Hoy, verbigracia, ha presentado (aún no había trascendido la denuncia formulada por el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, de que al PP varias entidades financieras le habían condonado más de 3 millones de euros, si se suman las cifras de cuatro créditos que la susodicha formación “pepera” había suscrito entre 1989 y 2001) ante la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción sendas denuncias contra el ministro de Industria, José Montilla, y el presidente de La Caixa, Ricard Fornesa, por presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y financiación ilegal de partidos políticos.
Hay quien se refiere a los políticos con expresiones malsonantes como ésta, “casta de granujas”, y con la torticera generalidad de que todos son iguales. Hay quien gusta sentenciar que por sus hechos (con provecho) los conoceréis. No falta clérigo que sostiene que la política (no Dios) los parió y ellos se juntaron.
¿De verdad la política sin ética ni estética los pare impares, singulares, y ellos se juntan para hacer “chapulcos”, fechorías? Con respecto a este caso, debo referir con deferencia que lo que sí tengo claro (en grado elativo) es que urge, sin dilación, cuanto antes, una Ley de Partidos Políticos (Honestos), sin duda.
Ángel Sáez García