R. Zapatero decidió que no sería candidato en 2012, pero que completaría la legislatura para terminar las reformas pendientes; ello, al no adelantar las elecciones, no era más que prolongar la triste agonía de su Gobierno, lo cual, tras el varapalo sufrido por el PSOE, en los comicios de 22 de Mayo, pone de manifiesto el grave error de su planteamiento y el terrible daño que causa a España. Esto no puede continuar. España se encuentra cada día más aquejada; se impone la realidad: hay que llamar a los especialistas que sepan aplicar los remedios necesarios y sacarla de su postración.
Para colmo, su amiguete, el superministro, viejo combatiente de batallas felipistas, tras recibir el “dedazo”, en lugar de enjugar su triste soledad y acompañarlo en su difícil tránsito a la vida privada en ese abrigado chalecito que se construye en León, se yergue y despereza y quiere seguir de mandamás, en un Gobierno inerme ya tocado de enorme debilidad y agostado en esa bicefalia inepta y nociva. A Zapatero, se le amontonan dentro, los amotinados de su propio partido y los hastiados e indignados fuera, en las calles y plazas, mientras intenta continuar y agotar la legislatura; sus previsiones se van desmoronando y va a tener que tirar la toalla, pero no por salvar a España de su grave extenuación, sino a su partido de la debacle que se le pronostica. Las reformas que ha aplicado el Gobierno no han reportado ninguna mejoría. Parece que, entre ellos, baila una grave tensión “in crescendo” y que su amigo Alfredo, curiosamente, simpatiza con las gentes del 15-M.
Las urnas del 22 de Mayo son expresión evidente del repudio de un Gobierno que no ha sabido solventar el paro de cinco millones y la crisis que no es sólo económica, sino también social, moral, educativa, religiosa e institucional. No ha sabido cortar el despilfarro y reducir el déficit, ni reactivar la actividad empresarial para crear empleo; se ha desmadrado el ejercicio administrativo de las 'autonosuyas' en duplicidades, derroches y corruptelas y el de los ayuntamientos; el volumen total de deuda, según el Banco de España, es de un monto de millones (115.455) insoportable. La desconfianza de los mercados en España, según los observadores, ha vuelto a elevar el diferencial de la deuda, a lo que se suma la perspectiva de una subida de los tipos, como adelanta el presidente del BCE.
Salir de esta agonía y recuperar las constantes es muy difícil. Este Gobierno ya ha demostrado su incapacidad para aplicar los medicamentos oportunos al enfermo. ZP está ido y Rubalcaba no parece haber tenido ni tener ahora en su mano los manejos de la UCI ni las soluciones necesarias y las recetas de ajuste, para sacar a España de su lento coma. Tremenda tarea le espera al que venga a emprender la cura, con don Alfredo enfrente y las huestes de la izquierda incitadas; pero sólo eso puede lograr avivar las expectativas. Urge convocar elecciones y poner remedio.
C. Mudarra
Para colmo, su amiguete, el superministro, viejo combatiente de batallas felipistas, tras recibir el “dedazo”, en lugar de enjugar su triste soledad y acompañarlo en su difícil tránsito a la vida privada en ese abrigado chalecito que se construye en León, se yergue y despereza y quiere seguir de mandamás, en un Gobierno inerme ya tocado de enorme debilidad y agostado en esa bicefalia inepta y nociva. A Zapatero, se le amontonan dentro, los amotinados de su propio partido y los hastiados e indignados fuera, en las calles y plazas, mientras intenta continuar y agotar la legislatura; sus previsiones se van desmoronando y va a tener que tirar la toalla, pero no por salvar a España de su grave extenuación, sino a su partido de la debacle que se le pronostica. Las reformas que ha aplicado el Gobierno no han reportado ninguna mejoría. Parece que, entre ellos, baila una grave tensión “in crescendo” y que su amigo Alfredo, curiosamente, simpatiza con las gentes del 15-M.
Las urnas del 22 de Mayo son expresión evidente del repudio de un Gobierno que no ha sabido solventar el paro de cinco millones y la crisis que no es sólo económica, sino también social, moral, educativa, religiosa e institucional. No ha sabido cortar el despilfarro y reducir el déficit, ni reactivar la actividad empresarial para crear empleo; se ha desmadrado el ejercicio administrativo de las 'autonosuyas' en duplicidades, derroches y corruptelas y el de los ayuntamientos; el volumen total de deuda, según el Banco de España, es de un monto de millones (115.455) insoportable. La desconfianza de los mercados en España, según los observadores, ha vuelto a elevar el diferencial de la deuda, a lo que se suma la perspectiva de una subida de los tipos, como adelanta el presidente del BCE.
Salir de esta agonía y recuperar las constantes es muy difícil. Este Gobierno ya ha demostrado su incapacidad para aplicar los medicamentos oportunos al enfermo. ZP está ido y Rubalcaba no parece haber tenido ni tener ahora en su mano los manejos de la UCI ni las soluciones necesarias y las recetas de ajuste, para sacar a España de su lento coma. Tremenda tarea le espera al que venga a emprender la cura, con don Alfredo enfrente y las huestes de la izquierda incitadas; pero sólo eso puede lograr avivar las expectativas. Urge convocar elecciones y poner remedio.
C. Mudarra