Solo en Catalunya más de un millón de ciudadanos empiezan ya a pasar frio en sus hogares sin calefacción, al no poder pagar los precios abusivos impuestos por las empresas energéticas, ante la impasibilidad del gobierno. Ese frio incipienre pronto será un frío gélido que causará enfermedades, dolor, tristeza y hasta algunas muertes este invierno de 2014.
Millones de familias no pueden asumir el precio de los recibos eléctricos, lo que provoca que mayores, enfermos, niños y hasta recién nacidos sufran el rigor de las temperaturas en sus hogares.
Algunos comentariastas han afirmado que el de 2014 podría ser el invierno mas triste, desesperanzado, gélido e insufrible de los españoles, desde la muerte de Franco, en 1975. Es cierto que entonces España era menos rica, pero la riqueza estaba mejor repartida, el precio de la energía era muy bajo y el poder adquisitivo de las familias era notablemente superior.
Según datos de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, una de cada diez familias españolas se encuentran en situación de “pobreza energética”, lo que significa que no podrán este invierno encender la calefacción. Algunas viven en tierras donde tendrán que soportar a diario temperaturas por debajo de cero grados.
El sufrimiento presente de los españoles no viene motivado solo por el rigor de la crisis, la pobreza, el desempleo y la desprotección de los mas débiles y menos favorecidos, sino porque al lado de los que sufren y se angustian viven cientos de miles de políticos y amigos del poder que se reparten sobres en negro, dietas, privilegios y se dedican en cuarpo y alma a la corrupción, a la rapiña, al saqueo de los bienes públicos y a delinquir y acumular sin conciencia ni rubor. El caso de las tarjetas "B" de Caja Madrid, con millones de euros gastados sin decencia ni sensibilidad por directivos avarientos y sin alma, casi todos ellos políticos y sindicalistas, es un escupitajo en la cara de los millones de pobres causados en España por la crisis, por el abuso de poder y, sobre todo, por el mal gobierno y la sucia e insolidaria codicia de los poderosos.
Los pobres de ahora tienen menos esperanza que los del pasado y están mas indignados y escandalizados. En los inicios de la Transición, la pobreza tenía horizonte porque bastaba trabajar y esforzarse para escapar de sus garras, pero ahora las garras de la miseria son mas fuertes y escapar de ellas es casi imposible para muchos españoles, desmoralizados también porque el Estado que han construido los falsos demócratas es injusto, desequilibrado, inmisericorde, corrupto y desalmado.
Desde el año 2008 el coste del recibo de la luz se ha disparado más de un 70%, subiendo una media de 800 euros al año, pero esto no parece importarle a los impresentables que vienen gobernando el país en las últimas décadas, mas inclinados hacia los privilegios, la convivencia con la corrupción y la rapiña que hacia el bien común y la defensa de los mas desamparados.
A pesar de que el gobierno afirma que la crisis retrocede y que España se recupera, los pobres no paran de aumentar y cada día son mas los millones de familias que sobreviven sin ningún tipo de ingresos o con tan poco dinero que no basta ni siquiera para pagar la luz.
El invierno de dolor que se avecina debería servir a los españoles para tomar conciencia de que mientras los actuales partidos y políticos sigan gobernando el timón de España, el país solo crecerá en desigualdad, pobreza, desempleo e indignidad, victima de una de las peores castas políticas del planeta, constructores y artífices de un Estado que no es capaz de socorrer a los débiles, ni de repartir esperanza y fe en los que han tenido la poca fortuna de haber nacido en estos tiempos, en tierras españolas.
Millones de familias no pueden asumir el precio de los recibos eléctricos, lo que provoca que mayores, enfermos, niños y hasta recién nacidos sufran el rigor de las temperaturas en sus hogares.
Algunos comentariastas han afirmado que el de 2014 podría ser el invierno mas triste, desesperanzado, gélido e insufrible de los españoles, desde la muerte de Franco, en 1975. Es cierto que entonces España era menos rica, pero la riqueza estaba mejor repartida, el precio de la energía era muy bajo y el poder adquisitivo de las familias era notablemente superior.
Según datos de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, una de cada diez familias españolas se encuentran en situación de “pobreza energética”, lo que significa que no podrán este invierno encender la calefacción. Algunas viven en tierras donde tendrán que soportar a diario temperaturas por debajo de cero grados.
El sufrimiento presente de los españoles no viene motivado solo por el rigor de la crisis, la pobreza, el desempleo y la desprotección de los mas débiles y menos favorecidos, sino porque al lado de los que sufren y se angustian viven cientos de miles de políticos y amigos del poder que se reparten sobres en negro, dietas, privilegios y se dedican en cuarpo y alma a la corrupción, a la rapiña, al saqueo de los bienes públicos y a delinquir y acumular sin conciencia ni rubor. El caso de las tarjetas "B" de Caja Madrid, con millones de euros gastados sin decencia ni sensibilidad por directivos avarientos y sin alma, casi todos ellos políticos y sindicalistas, es un escupitajo en la cara de los millones de pobres causados en España por la crisis, por el abuso de poder y, sobre todo, por el mal gobierno y la sucia e insolidaria codicia de los poderosos.
Los pobres de ahora tienen menos esperanza que los del pasado y están mas indignados y escandalizados. En los inicios de la Transición, la pobreza tenía horizonte porque bastaba trabajar y esforzarse para escapar de sus garras, pero ahora las garras de la miseria son mas fuertes y escapar de ellas es casi imposible para muchos españoles, desmoralizados también porque el Estado que han construido los falsos demócratas es injusto, desequilibrado, inmisericorde, corrupto y desalmado.
Desde el año 2008 el coste del recibo de la luz se ha disparado más de un 70%, subiendo una media de 800 euros al año, pero esto no parece importarle a los impresentables que vienen gobernando el país en las últimas décadas, mas inclinados hacia los privilegios, la convivencia con la corrupción y la rapiña que hacia el bien común y la defensa de los mas desamparados.
A pesar de que el gobierno afirma que la crisis retrocede y que España se recupera, los pobres no paran de aumentar y cada día son mas los millones de familias que sobreviven sin ningún tipo de ingresos o con tan poco dinero que no basta ni siquiera para pagar la luz.
El invierno de dolor que se avecina debería servir a los españoles para tomar conciencia de que mientras los actuales partidos y políticos sigan gobernando el timón de España, el país solo crecerá en desigualdad, pobreza, desempleo e indignidad, victima de una de las peores castas políticas del planeta, constructores y artífices de un Estado que no es capaz de socorrer a los débiles, ni de repartir esperanza y fe en los que han tenido la poca fortuna de haber nacido en estos tiempos, en tierras españolas.