Una de las muchas imágenes que circulan por internet ridiculizando la sumisión de Sánchez al monarca marroquí
Marruecos desprecia y humilla a España porque conoce bien sus debilidades internas, la fragilidad de su gobierno y sabe que los Estados Unidos y los grandes poderes en las sombras, en caso de conflicto, optarían por apoyar a Marruecos y no a España.
Sánchez nos ha debilitado en el mundo más de lo que sospechamos y eso es un asunto grave y ruinoso para España.
El problema real del asunto marroquí es que si Marruecos y el Sultán se atreven a despreciar, humillar y desafiar a España es porque se sienten respaldados por terceros muy poderosos, que son los USA y los británicos, quizás nuestros peores enemigos, ambos camuflados de aliados.
Marruecos tiene un puñal en el cuello de España, amenazando a las ciudades autónomas del Norte de África y a las islas Canarias. Tiene también la llave de la inmigración ilegal y está logrando, con la suicida ayuda de España, una relación de privilegio con la Unión Europea, de la que recibe ayudas económicas y facilidades comerciales que están arruinando la agricultura española.
La solución a los problemas de España con Marruecos es la fortaleza, la unidad y el rearme, no bajarse los pantalones y calzoncillos ante el moro, como hace el sanchismo.
Inexplicablemente, España ha abandonado su tradicional eje de seguridad estratégica, que iba de las Canarias a Gibraltar y a Baleares. Pero, sólo para agradar a nuestros aliados, España tiene tropas y material avanzado (tanques y aviones de combate) en países del norte de Europa, fronterizos con Rusia, y está plenamente implicada en la guerra de Ucrania, un conflicto lejano que no toca nuestros intereses vitales.
España, desde el punto de vista estratégico, se comporta como un pollo sin cabeza, descuidando su seguridad y puntos defensivos vitales e ignorando que en un mundo como el del presente sólo se sobrevive con aliados leales y con unas fuerzas armadas bien entrenadas y equipadas.
En lugar de despilfarrar y derrochar dinero llenando el Estado de empleados innecesarios, en subvenciones a los amigos, asesores, inflación de ministerios, compra de medios de comunicación, lujos y compra de votos, España debería armarse para ser respetada por el moro y por nuestros falsos aliados.
Nuestra Historia demuestra que España sólo ha sido grande, respetada y poderosa cuando ha tenido un Ejército temible.
Francisco Rubiales
Sánchez nos ha debilitado en el mundo más de lo que sospechamos y eso es un asunto grave y ruinoso para España.
El problema real del asunto marroquí es que si Marruecos y el Sultán se atreven a despreciar, humillar y desafiar a España es porque se sienten respaldados por terceros muy poderosos, que son los USA y los británicos, quizás nuestros peores enemigos, ambos camuflados de aliados.
Marruecos tiene un puñal en el cuello de España, amenazando a las ciudades autónomas del Norte de África y a las islas Canarias. Tiene también la llave de la inmigración ilegal y está logrando, con la suicida ayuda de España, una relación de privilegio con la Unión Europea, de la que recibe ayudas económicas y facilidades comerciales que están arruinando la agricultura española.
La solución a los problemas de España con Marruecos es la fortaleza, la unidad y el rearme, no bajarse los pantalones y calzoncillos ante el moro, como hace el sanchismo.
Inexplicablemente, España ha abandonado su tradicional eje de seguridad estratégica, que iba de las Canarias a Gibraltar y a Baleares. Pero, sólo para agradar a nuestros aliados, España tiene tropas y material avanzado (tanques y aviones de combate) en países del norte de Europa, fronterizos con Rusia, y está plenamente implicada en la guerra de Ucrania, un conflicto lejano que no toca nuestros intereses vitales.
España, desde el punto de vista estratégico, se comporta como un pollo sin cabeza, descuidando su seguridad y puntos defensivos vitales e ignorando que en un mundo como el del presente sólo se sobrevive con aliados leales y con unas fuerzas armadas bien entrenadas y equipadas.
En lugar de despilfarrar y derrochar dinero llenando el Estado de empleados innecesarios, en subvenciones a los amigos, asesores, inflación de ministerios, compra de medios de comunicación, lujos y compra de votos, España debería armarse para ser respetada por el moro y por nuestros falsos aliados.
Nuestra Historia demuestra que España sólo ha sido grande, respetada y poderosa cuando ha tenido un Ejército temible.
Francisco Rubiales